jueves, 8 de junio de 2023

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 4 VERSICULO 1

 


EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 4 VERSICULO 1

RV1960

NVI1999

BTX4

Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan

Jesús  se enteró de que los fariseos sabían que él estaba haciendo y bautizando más discípulos que Juan

Cuando JESÚS supo que los fariseos oyeron decir: JESÚS hace y bautiza más discípulos que Juan

TR+

INA27+

VUL

ωςG5613 ADV ουνG3767 CONJ εγνωG1097 V-2AAI-3S οG3588 T-NSM κυριοςG2962 N-NSM οτιG3754 CONJ ηκουσανG191 V-AAI-3P οιG3588 T-NPM φαρισαιοιG5330 N-NPM οτιG3754 CONJ ιησουςG2424 N-NSM πλειοναςG4119 A-APM-C μαθηταςG3101 N-APM ποιειG4160 V-PAI-3S καιG2532 CONJ βαπτιζειG907 V-PAI-3S ηG2228 PRT ιωαννηςG2491 N-NSM

ως G5613:ADV Como ουν G3767:CONJ por lo tanto εγνω G1097:V-2AAI-3S conoció ο G3588:T-NSM el ιησους G2424:N-NSM Jesús οτι G3754:CONJ que ηκουσαν G191:V-AAI-3P oyeron οι G3588:T-NPM los φαρισαιοι G5330:N-NPM fariseos οτι G3754:CONJ que ιησους G2424:N-NSM Jesús πλειονας G4119:A-APM-C mucho más μαθητας G3101:N-APM aprendedores ποιει G4160:V-PAI-3S está haciendo και G2532:CONJ y βαπτιζει G907:V-PAI-3S está sumergiendo η G2228:PRT que ιωαννης G2491:N-NSM Juan

ut ergo cognovit Iesus quia audierunt Pharisaei quia Iesus plures discipulos facit et baptizat quam Iohannes

KJV

When therefore the Lord knew how the Pharisees had heard that Jesus made and baptized more disciples than John,

TCB

Cuando el Señor. Luc_1:76; Luc_2:11; Luc_19:31, Luc_19:34; Hch_10:36; 1Co_2:8; 1Co_15:47; 2Co_4:5; Stg_2:1; Apo_19:16.

 

Jesús hacía y bautizaba. Jua_3:22, Jua_3:26.

 

COMENTARIOS:

JOHN PIPER

“Jesús dejó Judea, según Juan, porque sabía que los fariseos sabían algo. Ellos sabían que Jesús tenía más seguidores que Juan Bautista (versículo 1). ¿Por qué esta situación impulsó a Jesús a irse?

¿Qué Hizo que Jesús Abandonara Judea?

La relación con el capítulo 3 es importante porque rige nuestro temor. Pudiéramos pensar que Jesús pensó que los fariseos verían su creciente popularidad y tratarían de aplastarle, de modo, que por miedo a los fariseos, Él huye. Pero Juan había dicho en 3:35: “El Padre… ha entregado todas las cosas en su mano”. Jesús no es la víctima de un capricho humano.

Nadie puede tocarle sin su permiso. “Nadie me la quita mi vida, sino que yo la doy de mi propia voluntad” (Juan 10:18).

Así que no está yéndose de Judea por miedo a los fariseos. Está haciéndolo por sus propios propósitos. Puedo pensar en cuatro posibilidades. Todas son probablemente más o menos ciertas (y en todas, Jesús es una persona llena de propósitos en la gracia).

Primero, pudiera ser un asunto de tiempo. Sí, los fariseos pudieran incitar algún problema para librarse de Jesús. Pero su hora aún no había llegado. “Procuraban, pues, prenderle; pero nadie le echó mano porque todavía no había llegado su hora” (Juan 7:30; 2:4; 8:20).

Él conocía la hora de su muerte, y sabía cómo vendría. Los fariseos no estaban a cargo de ella. Jesús sí. Y todavía no era el tiempo. Así que se va.

Segundo, quizás se fue porque los fariseos pudieron haber usado esta popularidad de Jesús para desacreditar a Juan. Juan había avergonzado a los fariseos porque aun a ellos los llamó a arrepentimiento y a bautizarse. No era que ellos favorecieran a Jesús, pero esta sería una buena manera de mostrar que Juan era sólo una moda religiosa.

O, tercero, Jesús quizás vio que los fariseos habrían desacreditado los dos movimientos, el suyo y el de Juan, porque eran grupos divididos sin un fundamento estable.

¿Una Cita que Atender?

O, cuarto, como un suplemento a estas tres razones para irse, quizás Jesús sintió un impulso divino de ir a Galilea a través de Samaria, porque Dios tenía una cita divina allí.

¿Las palabras “tenía” en el versículo 4 sólo significan que aquel camino era geográficamente más corto? Versículo 4: “Y tenía que pasar por Samaria”. Era posible ir a Galilea por una ruta indirecta, que escogían algunos judíos porque pensaban que los samaritanos eran inmundos. Pero Juan dijo que Jesús “tenía que pasar por Samaria” ¿Era porque tenía una cita que atender?

Es difícil estar seguros de cuál de estos propósitos estaba guiando a Jesús, o si había otros que desconocemos. Pero como sabemos que el Padre “ha entregado todas las cosas en su mano” (3:35), sabemos que Él no estaba siendo controlado por las circunstancias, sino que estaba a cargo de las circunstancias. Por tanto, no estaba simplemente reaccionando.

Estaba accionando con propósito. Y cada uno de esos cuatro propósitos está lleno de gracia. Hay gracia en que Él cuide su momento predeterminado para la cruz. Hay gracia en que Él busque que Juan no sea desacreditado públicamente más de lo necesario. Hay gracia en que Él guarde la unidad de los dos movimientos, el suyo y el de Juan. Y es gracia que Él se haya sentido comprometido a atender una cita divina en Samaria con una mujer adúltera reincidente.

Multipropósitos ¡Millones de Millones!

Uno de los beneficios gloriosos de tener un Salvador soberano es que Él siempre tiene multipropósitos, y sus propósitos siempre tienen gracia para los que confían en Él.

Nombramos cuatro propósitos posibles por los cuales Jesús abandonó Judea y se dirigió hacia Galilea. Realmente, hay miles. De hecho, si pudiéramos ver lo que Dios puede ver (nunca podremos porque nunca seremos infinitos), veríamos millones de millones de propósitos en cada acción del Hijo de Dios.

Dios nunca está haciendo sólo una cosa en lo que hace con nosotros. Siempre está haciendo miles de cosas que no podemos ver. Nunca tiene un sólo propósito en lo que hace. Siempre tiene miles de propósitos en todo lo que hace. Él es infinitamente sabio, y todo lo que hace se relaciona con todo lo demás que hace, más tarde o más temprano.

Para los que le aman y son llamados para su propósito, todo, ¡todo lo que hace!, obra para bien.

Por tanto, yo sólo dirijo nuestra atención, primero, al hecho de que Jesús, en esta historia, está lleno de propósito en la gracia, y siempre es así.”

GARY BURGE

“Juan 4:1–3 nos ofrece el trasfondo del relato de la samaritana. No es de extrañar que los fariseos se interesen por Jesús (4:1), puesto que ya han investigado el ministerio del Bautista (1:19, 24). No habría que indagar mucho para descubrir que muchos de los seguidores de Jesús procedían de las filas del Bautista (1:35–37). Más adelante, cuando Jesús llega a Galilea, las averiguaciones de Herodes Antipas también identifican firmemente a Jesús con el Bautista (Mr 6:14–16).

Puesto que los sinópticos sitúan en Galilea el inicio del ministerio público de Jesús (junto con el llamamiento de los discípulos, Mr 1:14–20), algunos eruditos críticos se resisten a aceptar el relato de Juan que presenta un ministerio anterior en Judea. No se consigna en ningún otro lugar que, en aquel momento, la obra de Jesús hubiera ya comenzado y que su fama y su círculo de discípulos se estuvieran extendiendo. Sin embargo, los sinópticos sugieren esta temprana popularidad de Jesús en Judea desde otro punto de vista. Jesús no se dirige a Galilea hasta que Juan es arrestado en Perea (al otro lado del Jordán [Mr 1:14]).

Jesús tenía probablemente razones para temer que también él fuera arrestado (de ahí su traslado al norte de Israel) dada su relación con el ahora encarcelado Juan. No hay duda de que Jesús trabaja ampliamente con sus nuevos discípulos, encargándoles el seguimiento de su tarea bautismal (4:1–2); luego, en Galilea, y a medida que crece el número de sus seguidores, Jesús llama a un grupo selecto de ellos a un ministerio de plena dedicación.”

CHARLES SPURGEON

Note aquí que nuestro Señor al principio evitó el conflicto con los fariseos. Cuando supo que le tenían envidia, se fue de Judea a un distrito más remoto, "a Galilea". ¡Que él nos ayude a tomar siempre lo que sea más sabio en cada emergencia! No fue culpable de cobardía; eso, no podía ser, porque era el más valiente de los valientes; y a veces será muy valiente de nuestra parte evitar un conflicto. Cuando crea que es correcto hacerlo, no importa lo que digan los demás; pero haz lo que hizo tu Maestro en esta ocasión.

Nuestro Salvador no fue un hombre de contienda; estaba bastante dispuesto a contender con los fariseos en ocasiones oportunas, pero en ese momento evitó un encuentro con ellos. Además, una mujer de Samaria, a quien iba a salvar, le valía más que diez mil fariseos que no serían salvados por él. La mayor parte del saber y la cultura de Palestina estaban en manos de los fariseos, pero Cristo no pensaba en ello en comparación con el alma de la pobre mujer de Samaria a quien iba a salvar.”

COMENTARIO BIBLICO MUNDO HISPANO

“La RVA omite una conjunción continuativa (oun G3767) que sirve para unir este pasaje con algo anterior. Una traducción sería “entonces” o “por lo tanto”. Podría referirse a todo el capítulo anterior, o más precisamente a 3:22 s., donde el autor comenta sobre los bautismos realizados por Juan y por Jesús. Se lee en muchas versiones “Cuando el Señor…”, en vez de Cuando Jesús, pero la RVA sigue la lectura preferida del texto griego.

Aparentemente, los fariseos no sintieron gran alarma por lo que Juan hacía, pues él había negado ser el Mesías y no realizaba milagros. Sin embargo, se supone que ellos tomaron ofensa por el ministerio de Jesús porque ya daba evidencias de ser el Mesías. Su autoridad, su desafío a las instituciones religiosas establecidas y los milagros que realizaba corroboraron esa sospecha. Con razón los fariseos comenzaban a mirarle con sospecha y alguien informó a Jesús de esta situación.”

JUAN CALVINO

“Pero, ¿por qué busca el retiro y los escondites de Galilea, como si no quisiera ser conocido, lo cual era muy deseable? Le respondo que conocía bien la forma adecuada de actuar y aprovechó tanto las oportunidades de utilidad que no permitió perder un momento. Por lo tanto, deseaba seguir su curso con regularidad y de la manera que juzgaba adecuada. De ahí que también oímos que nuestra mente debe estar regulada de tal manera que, por un lado, no nos detengamos ante ningún temor de seguir adelante en el deber; y que, por otra parte, no nos arriesguemos demasiado precipitadamente.

Todos los que estén fervientemente deseosos de seguir su llamamiento se cuidarán de mantener esta moderación, por la cual seguirán al Señor firmemente incluso en medio de las muertes; no se precipitarán hacia ellos sin hacer caso, sino que seguirán sus caminos. Por tanto, recordemos que no debemos avanzar más allá de lo que exige nuestro llamamiento.”

J.C RYLE

[Cuando, pues, el Señor entendió, etc.]. La relación entre este capítulo y el anterior la encontramos en el versículo 25 del último capítulo. La controversia entre los discípulos de Juan y los judíos fue la forma de hacer recaer la atención pública sobre el ministerio de nuestro Señor. Se convirtió en tema común de conversación y atrajo la atención de los principales maestros religiosos de los judíos, esto es, los fariseos. Ya les había molestado el ministerio de Juan el Bautista y las multitudes que lo rodearon (Juan 1:19–28). Él dijo inequívocamente a la delegación que le enviaron que uno mayor que él estaba a punto de aparecer.

Cuando los fariseos, pues, oyeron decir que Jesús estaba de hecho bautizando a más discípulos y llamando más la atención que Juan, bien podemos imaginar que estuvieran aún más molestos que antes. Surgiría una sensación vaga e incómoda en sus corazones de que esta misteriosa persona que había echado del Templo a los mercaderes y compradores de forma tan milagrosa, y que ahora estaba bautizando a tantos discípulos, pudiera ser el Cristo. Y después vendría el sentimiento de que, si este era el Cristo, no era el Cristo que esperaban o deseaban. El resultado de ambos sentimientos supondría probablemente una amarga enemistad contra nuestro Señor y la secreta determinación de despejar, a ser posible, todas las dudas matándole.

No debemos preocuparnos de saber cómo “supo” nuestro Señor lo que habían oído los fariseos. Posiblemente lo sabía por información de los discípulos. Sin duda algunos de ellos mantendrían la relación con su viejo maestro, Juan el Bautista, y así sabrían lo que estaba sucediendo en Enón. Es más probable que lo supiera por su omnisciencia como Dios. Con frecuencia se nos dice que “conocía los pensamientos” de sus enemigos y actuaba y hablaba en consonancia con ellos. Es bueno que todos nosotros recordemos que no se habla ni se dice nada entre los hombres, por mucho que sea el secretismo, que Cristo no conozca.”

LEON MORRIS

“El uso de “por tanto” es, a primera vista, algo extraño, ya que en la sección anterior Juan no ha mencionado a los fariseos, ni que estos hubiesen oído acerca de lo que hacía. La única interpretación posible es que marca una etapa en los viajes de Jesús. Cuando leemos “el Señor”, algunas versiones traducen “Jesús”, pero esta traducción está corroborada por muchos manuscritos.

Puede que esta expresión se usara como una fórmula de respeto, pero también puede ser que se usara para mostrar reverencia o asombro, por ejemplo, para referirse a una divinidad. Después de la resurrección, vemos que se usa con frecuencia para designar a Jesús, aunque parece ser que durante su vida en la Tierra, la mayoría de veces que se usó este término en relación con Jesús fue simplemente por respeto. Los nombres que más se usaban para referirse a Él eran “Jesús” y “Maestro” (“Rabí”), tanto al dirigirse a Él, como al hablar de Él en tercera persona. En este evangelio vemos que mucha gente que aún no ha entendido cuál es su identidad le llama “Señor” (vv. 11, 15, 19, 49, etc.) – con el sentido de “respeto” –, o “Rabí”. Lo mismo hacen los discípulos al principio.

Pero en 6:68 Pedro le llama “Señor” – con el sentido de “reverencia ante lo divino” –, idea que se desarrolla más aún al leer las palabras de aprecio y reconocimiento que aparecen a continuación. A partir de entonces, los discípulos a veces usan “Rabí” (9:2; 11:8), pero también usan “Señor” (11:3, 21; 13:6; 14:5, etc.) aunque algunos de estos casos puede que tengan el sentido de “respeto” y no el de “reverencia”. Se lleva al clímax con la magnífica exclamación de Tomás: “¡Señor mío y Dios mío!” (20:28).

Después de la resurrección, vemos que en casi todas las ocasiones, los discípulos usan “Señor” (reverencia). Nótese también que el evangelista solo se refiere a Jesús como “el Señor” en este versículo y en 6:23; 11:2; 20:20; 21:12. Puede que esto se deba a la estrecha relación que él tenía con los días anteriores a la resurrección. Sin embargo, deberíamos ver que mientras que el título “Señor” no estaba muy extendido durante el ministerio de Jesús en la Tierra, el señorío de Cristo ya estaba presente. La relación que ya se estableció en los días de su ministerio preparó el camino para que la expresión llegara a usarse de forma común en épocas posteriores.

Ya se ha mencionado que los fariseos tenían un interés especial por descubrir quién era Juan el Bautista (1:19, 24). Así, no nos sorprende que también tomaran medidas para conocer el carácter de la empresa de Jesús. La situación que vimos en 3:26 aún continúa. Jesús atraía a mucha más gente que Juan el Bautista.”

SAN AGUSTIN

“Ciertamente que, si el Señor viera que a los fariseos les interesaba saber sobre los discípulos que hacía y los muchos que bautizaba con la intención de seguirle, para su salud, y de hacerse discípulos suyos y de ser bautizados por él, no se hubiera ido tan pronto de la Judea, sino que por ellos se hubiera quedado allí; pero Jesús, a la vez que se da cuenta de lo que ellos sabían, se da cuenta a la vez también de su envidia: trataban de saber lo que Jesús hacía, no con el fin de seguirle, sino con el de perseguirle; por eso se fué de allí.

Podía, sin duda, quedarse allí también sin ser prendido por ellos, si El no quería y sin poderlo matar, si no quería El, como pudo no haber nacido si no hubiera sido ésa su voluntad. Mas en todas las acciones que como hombre realiza quiere dar ejemplo a los que habían de creer en El. En efecto, un siervo de Dios no peca cuando se retira a otro lugar para huir del furor de sus perseguidores o de quienes pretenden quitarle la vida; pero le parecería que era pecado obrar así si el Señor no hubiera precedido con su ejemplo. El buen Maestro obró así por la enseñanza, no por el temor.”

WILLIAM HENDRIKSEN

“Juan fue encarcelado hacia diciembre del año 27 (cf. Mr. 6:17–20). Los líderes religiosos de Jerusalén que, en los días de la gran popularidad de Juan, habían estado llenos de celos, ahora se regocijaban. ¿Cuáles fueron las causas de su enemistad con él? (Véase 1:19.) Pero su alegría duró poco, pues otras noticias llegaron hasta los fariseos: a saber, que las multitudes que rodeaban a Jesús—los discípulos que ganaba y bautizaba—eran más numerosas que las que habían seguido al heraldo. En realidad, ya antes del encarcelamiento de Juan, Jesús le había aventajado con respecto al favor de la opinión pública (3:22–26). En consecuencia, desde el punto de vista de los miembros del Sanedrín, las cosas estaban empeorando en lugar de mejorar.

Cuando, pues, el Señor entendió” (véase 1:38, nota 44). ¿Cómo lo supo? (véase 5:6). El Nuevo Testamento griego moderno tiene aquí, emaqen entendióhabía llegado a saber. Concretamente Jesús había llegado a saber:

a. Que Juan había sido encarcelado (Mt. 4:12); y

b. Que los fariseos habían oído que las gentes iban a Jesús, el cual ganaba y bautizaba más discípulos que Juan.”

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario