domingo, 18 de junio de 2023

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 4 VERSICULO 23


 

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 4 VERSICULO 23

RV1960

NVI1999

BTX4

Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad,  porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.

Pero viene una hora, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque también el Padre quiere que lo adoren tales adoradores.

TR+

INA27+

VUL

αλλG235 CONJ ερχεταιG2064 V-PNI-3S ωραG5610 N-NSF καιG2532 CONJ νυνG3568 ADV εστινG1510 V-PAI-3S οτεG3753 ADV οιG3588 T-NPM αληθινοιG228 A-NPM προσκυνηταιG4353 N-NPM προσκυνησουσινG4352 V-FAI-3P τωG3588 T-DSM πατριG3962 N-DSM ενG1722 PREP πνευματιG4151 N-DSN καιG2532 CONJ αληθειαG225 N-DSF καιG2532 CONJ γαρG1063 CONJ οG3588 T-NSM πατηρG3962 N-NSM τοιουτουςG5108 D-APM ζητειG2212 V-PAI-3S τουςG3588 T-APM προσκυνουνταςG4352 V-PAP-APM αυτονG846 P-ASM

αλλα G235:CONJ Pero ερχεται G2064:V-PNI-3S está viniendo ωρα G5610:N-NSF hora και G2532:CONJ y νυν G3568:ADV ahora εστιν G1510:V-PAI-3S está siendo οτε G3753:ADV cuando οι G3588:T-NPM los αληθινοι G228:A-NPM verdaderos προσκυνηται G4353:N-NPM adoradores προσκυνησουσιν G4352:V-FAI-3P adorarán τω G3588:T-DSM a el πατρι G3962:N-DSM Padre εν G1722:PREP en πνευματι G4151:N-DSN espíritu και G2532:CONJ y αληθεια G225:N-DSF verdad και G2532:CONJ y γαρ G1063:CONJ porque ο G3588:T-NSM el πατηρ G3962:N-NSM Padre τοιουτους G5108:D-APM a tales ζητει G2212:V-PAI-3S está buscando τους G3588:T-APM a los προσκυνουντας G4352:V-PAP-APM adorando αυτον G846:P-ASM a él

sed venit hora et nunc est quando veri adoratores adorabunt Patrem in spiritu et veritate nam et Pater tales quaerit qui adorent eum

KJV

But the hour cometh, and now is, when the true worshippers shall worship the Father in spirit and in truth: for the Father seeketh such to worship him.

TCB

Más la hora viene. Jua_5:25; Jua_12:23.

 

Los verdaderos adoradores. Isa_1:10-15; Isa_26:8, Isa_26:9; Isa_29:13; Isa_48:1, Isa_48:2; Isa_58:2, Isa_58:8-14; Isa_66:1, Isa_66:2; Jer_7:7-12; Mat_15:7-9; Luc_18:11-13.

 

En espíritu. Rom_1:9; Rom_8:15, Rom_8:26; Gál_4:6; Efe_6:18; Flp_3:3; Jud_1:20, Jud_1:21.

 

Y en verdad. Jua_1:17; Jos_24:14; 1Sa_12:24; 1Cr_29:17; Sal_17:1; Sal_32:2; Sal_51:6; Isa_10:20; Jer_3:10; Jer_4:2.

 

El Padre tales adoradores busca. Sal_147:11; Pro_15:8; Cnt_2:14; Isa_43:21; Eze_22:30; 1Pe_2:9.

COMENTARIOS:

JOHN PIPER

“En el versículo 23, Jesús muestra con claridad que la hora ha venido, la hora en que la adoración cambia desde el templo en Jerusalén, hacia Jesús mismo. Versículo 23: “Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren”.

Sólo unos últimos comentarios a modo de conclusión para mostrar cómo encajan todas estas ideas. La hora es ahora, aquí, porque el Salvador está aquí. El Hijo está aquí. Jesús es la forma en que el Padre busca adoradores. Por eso es que vino al mundo. No para condenarlo, sino para salvarlo. Jesús es Dios buscando la adoración de Dios.

La Verdadera Adoración Requiere el Nuevo Nacimiento

Cuando el Evangelio dice que esta verdadera adoración ocurre en espíritu y en verdad, implica, al menos, que debemos nacer de nuevo en el Espíritu, para adorar a Dios, y que debemos venir a Él mediante la verdad, es decir, mediante Jesús, quien dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6).

Recuerden, Jesús dijo a Nicodemo en Juan 3:6: “Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” Adorar a Dios en espíritu significa haber nacido del Espíritu, y por tanto, ser un espíritu viviente. Antes del nuevo nacimiento, sólo vamos a la iglesia, o vamos a la sinagoga, a la mezquita o al templo en un acto de la carne. Sea que nos llamemos cristianos, judíos, musulmanes, hindúes, o budistas, no tenemos un espíritu vivo. Estamos muertos y no conocemos a Dios. “Lo que es nacido de la carne, carne es.” Pero cuando, mediante la fe en Jesús, el Espíritu Santo nos da vida espiritual, nacemos de nuevo. Tenemos un espíritu vivo. Podemos adorar en espíritu; nuestros espíritus están vivos y tenemos al Espíritu de Dios dentro. Y ahora podemos ver y aceptar la verdad- al Jesús, Jesucristo. Ahora adoramos al Padre en espíritu (en nuestro espíritu vivificado por el Espíritu), y en verdad (la suprema verdad de Dios: Jesucristo es la suma de toda verdad).

Agua Viva, Profeta, Salvador, y Mesías

Ahora, la mujer se acerca al abismo de este misterio y dice en el versículo 25: “Sé que el Mesías viene (el que es llamado Cristo); cuando Él venga nos declarará todo.” Y Jesús le dice en el versículo 26: “Yo soy, el que habla contigo.”

Y Él se lo dice a usted, tan real como si estuviera parado aquí, en la carne: “Yo soy el agua viva que fuiste destinado a beber. Yo soy el profeta que conoce todo acerca de ti, y aun te quiere. Soy el Salvador que ha venido al mundo y murió por los pecadores para hacer que sea posible la verdadera adoración. Tú preguntas acerca del Mesías venidero, Yo Soy, el que habla contigo. Confía en mí.”

JOHN OWEN

“Él se preocupa más por el interior de nuestro corazón, con el que le servimos, que por el mero desempeño de los deberes externos; que sólo hasta ahora son aceptadas por él como expresiones y demostraciones de las mismas. Sí, entonces, en la observación de este día, nuestro corazón es sencillo y sincero en nuestros objetivos de su gloria con deleite, para él es más valioso que la más rígida observación de los deberes externos en número y medida.”

WILHEMUS BRAKEL

“El segundo mandamiento (Éxo 20:4) requiere la forma apropiada de adoración. Cada maestro quiere que le sirvan según sus dictados. No es una cuestión de indiferencia para Dios en cuanto a cómo le servimos, ni debemos ser de la opinión de que Él estará complacido mientras sea servido, incluso si es de una manera que sea aceptable para nosotros. No, desea que le sirvan de una manera que le agrade y que nos ha prescrito. De hecho, toma nota de la forma de servicio con tanto cuidado como el servicio en sí. Dios es Espíritu y por eso también desea ser servido en Espíritu y en verdad. Por lo tanto, nos ha dado el segundo mandamiento además del primer mandamiento para que no nos equivoquemos en esto, decretando así la manera en que debemos servirle.

Orando en espíritu y en verdad

(1) Consiste en una oración con entendimiento; es decir, conocer al Señor a quien se está orando; con el Cristo por quien uno se acerca a Dios; con nosotros mismos en nuestra perplejidad e indignidad; con la materia que deseamos; y con el objetivo de solicitar el asunto. No sólo es necesario estar familiarizado habitualmente con esto (pudiendo ser así conscientes de esto si le prestamos atención), sino que debe haber un conocimiento real de todo esto. Así, mientras oramos en el presente, percibiremos y observaremos lo que se está expresando, y mediante tal percepción seremos conmovidos y activados. “Oraré con el espíritu, y oraré también con el entendimiento” (1 Co.14:15).

(2) Es un ejercicio de la voluntad, para que deseemos los asuntos en verdad. Nuestra conciencia debe testificar ante Dios que los deseamos, que ese es nuestro objetivo, no sólo al considerar el asunto como tal, sino también junto con las circunstancias que lo acompañan, renunciando voluntariamente a todo lo que se opone al asunto deseado. Una persona inconversa, al escuchar la deseabilidad de la santidad presentada como tal, tal vez diría: “Sí, quiero esto y tengo un deseo de santidad.” Sin embargo, si ese pecado que él ve como una práctica honesta, que aprecia, y se deleita en él y juzga provechoso, al observarse en esta luz, percibe que debe renunciar plenamente a ello, y que no desea la santidad, sino su pecado. Alejandro Magno quería ser Diógenes si no fuera Alejandro. El joven rico deseaba la salvación y guardar los mandamientos de Dios; sin embargo, cuando debe desprenderse de sus bienes, se marchó tristemente (Mateo 19:21-22).

(3) También se acompaña de consideración y atención. Debemos estar atentos para que la pasión no corra por delante del entendimiento y la voluntad; más bien, el compromiso del entendimiento y la voluntad debe preceder, estimular y gobernar nuestro celo. Si las cosas proceden de esta manera, el corazón permanecerá en la disposición adecuada. “Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.  (2)  No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.” (Eclesiastés 5:1-2).”

El espíritu y la verdad son absolutamente esenciales en la oración, porque:

[1] “Dios es Espíritu; y los que le adoran, deben adorarle en espíritu y en verdad” (Juan 4:24);

[2] Dios requiere el corazón: “Hijo mío, dame tu corazón” (Prov. 23:26);

[3] Dios conoce el corazón así como la mente del Espíritu: "... porque tú, solo tú, conoces el corazón de todos los hijos de los hombres" (1 Reyes 8:39);

[4] Dios desea la verdad en el interior nuestro;

[5] “Tus ojos (están) puestos en la verdad” (Jer 5:3), “porque los tales busca el Padre para que le adoren” (Juan 4:23);

[6] Dios odia y castiga a los que se acercan a Él físicamente y no con el corazón. “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;  (14)  por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.” (Isaías 29: 13-14).”

DAVID DICKSON

“Hay un tipo de adoración engañosa y falsa; como hay también una manera de invocar a Dios excluida de los beneficios de esta promesa: cuando el suplicante no está reconciliado, ni busca la reconciliación a través de Cristo, único Mediador. O también, cuando lo que pide es algo que no ha sido prometido o persigue algún fin carnal para satisfacer sus propias pasiones. Para tener acceso a esta promesa es preciso que el suplicante adore a Dios en espíritu y en verdad; que le adore con fe y con intencionalidad sincera. Pues únicamente a los tales el Señor se mostrará “cercano.”

HEINRICH BULLINGER

“Los santos tienen un cuidado especial y consideran que la adoración interior de la mente sea sana y que, en primer lugar, adoren de corazón, y verdaderamente, con una fe sincera y una reverencia por la majestad de Dios. Y mientras están tan ocupados por dentro, no menos por fuera, postrándose con humildad, adoran en la presencia de Dios. Porque el culto exterior es compañero del interior y lo sigue. Los hipócritas también adoran a Dios en cuerpo, suplicante y lo suficientemente humilde; pero debido a que sus mentes van acumulando pecados, y ni con fe ni reverencia se aferran al Señor, oyen esto dicho por el Señor por el profeta: "Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí . En vano me adoran, enseñando como doctrinas preceptos de hombres." Mat 15:8-9.

Y, para decirlo con sinceridad, no adoran a Dios en absoluto, quienes ni temen a Dios, ni creen en Dios, ni dependen ni obedecen únicamente a Dios. Todos los hombres confiesan verdaderamente que Dios debe ser adorado, pero no todos reconocen y confiesan sinceramente que sólo Dios debe ser adorado.”

OCTAVIUS WINSLOW

“¡Mi alma! ¡Cuidado con la adoración falsa e idólatra! Reflexiona a menudo y con devoción las palabras solemnes y pesadas de tu Señor: "Los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque el Padre busca a los tales para que lo adoren. Dios es Espíritu; y los que lo adoran deben adorarlo en espíritu y en verdad." Aprecia la sinceridad más profunda, observa la sencillez más severa y cultiva la espiritualidad más elevada en todos tus acercamientos a Dios: público, social, privado.

Solo hay un Ser en el universo ante el cual puedes ofrecer el amor indiviso de tu corazón, el homenaje más profundo de tu mente, la devoción más profunda de tu alma, sí, ante quien puedes postrarte todo tu ser, es ese gran Dios quien ha dicho: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente", y cuyo amor sin igual por nosotros se expresa así: "Dios encomia su amor hacia nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." Oh, deja que esta verdad quede grabada, como en mármol, en la tablilla de tu memoria -que se escriba, como con un rayo de sol, en la conciencia de tu vida diaria- que Dios sólo mira al corazón, y que, donde ese corazón le ofrece su puro incienso de amor, ¡Oración y alabanza, cada bosque es una catedral, cada hogar es un santuario, cada lugar es un altar y cada adorador un sacerdote! Cuando seamos tentados, como nuestro Señor, a una adoración falsa e idólatra, rechacemos el dardo y frustremos al Arquero con el arma invulnerable de Cristo: "Escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a Él servirás.”

THOMAS READE

“Oh! que todos los días te adore en la belleza de la santidad, en espíritu y en verdad, para que "con ángeles y arcángeles, y con toda la compañía del cielo, pueda alabar y magnificar tu glorioso nombre, alabándote cada vez más y diciendo: Santo, santo, santo, Señor Dios de los ejércitos, el cielo y la tierra están llenos de tu gloria. Gloria a ti, oh Señor Altísimo.

Ahora vivo en el país de un enemigo. Mi corazón, como una ciudad sitiada, tiene que lidiar con enemigos por fuera y traidores por dentro. La vigilancia y la oración son los centinelas que guardan el santo principio interior; mientras que la prudencia observa los movimientos del enemigo exterior. Si duermo en mi puesto, o me relajo en mi vigilancia, mi alma pronto se verá dominada por las corrupciones que moran en mi interior y será vencida por los poderes de las tinieblas. Cuán ferviente es la exhortación de Pedro: "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario, el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a los que devorar; resistidle firmes en la fe, sabiendo que las mismas aflicciones son cumplidos en tus hermanos que están en el mundo". Cuán alentadora es su oración: "Pero el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna por Cristo Jesús, después de que hayas padecido un poco, te perfeccione, afirme, fortalezca, afirme. A él sea la gloria y el dominio, por los siglos de los siglos amen."

EBENEZER ERSKINE

“Dondequiera que tenga acceso a Dios en cualquiera de los deberes de su adoración, allí podrá encontrar el trono de la gracia. De hecho, bajo el Antiguo Testamento, cuando el centro de adoración estaba confinado al templo de Jerusalén, los gentiles pobres no sabían dónde llegar a un trono de gracia; pero ahora, bajo el Nuevo Testamento, se les quita el centro de adoración y se les coloca entre nosotros, los gentiles; de modo que en cualquier parte de la tierra en la que te encuentres, si los cielos están sobre tu cabeza, no tienes por qué perderte dónde encontrar el trono de gracia: aunque estuvieras encerrado en una prisión o mazmorra, aunque seas conducido a lo último de la tierra, por amigos, parientes y aliados, sin embargo, no puedes ser expulsado del trono de gracia.

En pocas palabras, no hay lugar de aquí al infierno en que no puedas encontrar este trono, y a tu Dios en Cristo que es un Dios presente en todas partes; no está lejos de cada uno de nosotros. Tanto parece estar insinuado por Cristo a la mujer de Samaria, Jua 4:21-23 “Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.  (22)  Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.  (23)  Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.”

EDWARD PAYSON

“Dios es un espíritu por naturaleza y, por lo tanto, como informa nuestro Salvador, debe ser adorado en espíritu y en verdad. Él es también un Espíritu Santísimo y, por lo tanto, para usar el lenguaje de nuestro texto, debe ser adorado en la belleza de la santidad, en el ejercicio de todos esos santos afectos que constituyen la belleza y la excelencia moral. El hombre que adora así a Jehová, el hombre cuyo cuerpo, alma y espíritu se inclinan ante él en humilde postración, cuyo entendimiento reconoce que él es solo Dios, y cuyo corazón lo adora como solo Dios, le da la gloria que es suyo debido a su naturaleza.”

JONATHAN EDWARDS

“Los verdaderamente piadosos tienen el espíritu de adopción, el espíritu de un niño, al que es natural acudir a Dios e invocarlo, clamándole como a un padre.

Pero los hipócritas no tienen el espíritu de adopción y no tienen espíritu de niños; porque éste es un espíritu santo y misericordioso, dado sólo en una verdadera obra de regeneración. Por lo tanto, es a menudo mencionado como parte del carácter distintivo de los piadosos, que invocan a Dios. Sal 145:18-19 “Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras.  (19)  Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará.” Joel 2:32. “Sucederá que todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”

Es natural para quien verdaderamente ha nacido de arriba rezar a Dios y derramar su alma en santas súplicas ante su Padre celestial. Esto es tan natural para la nueva naturaleza y la vida como lo es respirar para la naturaleza y la vida del cuerpo.

Pero los hipócritas no tienen esta nueva naturaleza. Esas iluminaciones y afectos que tenían se fueron y no dejaron ningún cambio de naturaleza. Por tanto, la oración se extingue naturalmente en ellos, sin fundamento en la naturaleza del alma. Se mantiene por un tiempo solo por cierta fuerza aplicada a la naturaleza. Pero la fuerza no es constante; y a medida que declina, la naturaleza carnal volverá a tener lugar.

El espíritu de un verdadero converso es un espíritu de verdadero amor por Dios, y eso naturalmente inclina al alma a aquellos deberes en los que está familiarizado con Dios, y hace que se deleite en acercarse a él. Pero el hipócrita no tiene tal espíritu. Él queda bajo el poder reinante de la enemistad contra Dios, ¡lo cual es natural en el carnal! y lo inclina a evitar su presencia.

El espíritu de un verdadero converso es un espíritu de fe y confianza en el poder, la sabiduría y la misericordia de Dios, y ese espíritu se expresa naturalmente en la oración. La verdadera oración no es otra cosa que la fe expresada. Por eso leemos de la oración de fe; Santiago 5:15. “Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.”

Pero un hipócrita no tiene espíritu de fe. No tiene verdadera confianza ni dependencia de Dios, sino que realmente depende de sí mismo.

En cuanto a esas convicciones y afectos comunes que tenía el hipócrita y que le hicieron mantener el deber de la oración por un tiempo, no alcanzaron el fondo de su corazón, ni fueron acompañados de ningún cambio de naturaleza, y por ende los extingue. Los afanes del mundo comúnmente los ahogan y sofocan, y a menudo los placeres y vanidades de la juventud le alejan de la oración por completo, y con ello termina su práctica constante del deber de la oración.”

THOMAS BROOKS

“El libro de la vida es el libro donde están escritos los nombres que fueron elegidos y redimidos para vivir en Cristo Jesús. [Dios no necesita ni usa libros para juzgar, pero esto se habla a la manera de los hombres.] Este libro de la vida contiene un registro de tales personas particulares en cuya salvación, Dios desde toda la eternidad determinó tener su misericordia glorificada, y por a quienes Cristo les dio fe, arrepentimiento y perseverancia, para que se arrepintieran, creyeran y finalmente fueran salvos.

"El libro de la vida será abierto"; es decir, entonces se publicarán y darán a conocer los decretos de Dios, que ahora están sellados en su seno y guardados en sus archivos. Entonces se verá quiénes son designados para la vida eterna, para glorificar la gracia libre, rica y soberana de Dios; y a quienes se propuso dejar en sus pecados y perecer para siempre, para la exaltación de su justicia. Se le llama "el libro de la vida", no porque Dios necesite un libro, sino para notar la certeza de la predestinación, es decir, que Dios conoce a todos y a cada uno de los elegidos, así como los hombres conocen algo que, por el bien de la memoria, lo dejan por escrito.

Este libro de la vida se abrirá en el gran día, porque entonces se mostrará… quienes fueron elegidos y quienes fueron reprobados; quienes verdaderamente creyeron en Cristo y quienes no; quienes adoraban a Dios en espíritu y en verdad y quienes no; quien caminó con Dios como lo hizo Noé y quién no; quien verdaderamente reverenciaba a Dios y quien no; quién siguió al Cordero dondequiera que fuera y quién no; quiénes eran sinceros y quiénes no; quienes son ovejas y quienes son cabras; quienes son hijos de Dios y quienes son esclavos de Satanás; quienes se han apartado de sus pecados y los que se han complacido en el pecado; quién prefirió a Cristo por encima de diez mil mundos y quién no; quienes preferían sus granjas, sus bueyes y sus cerdos, sí, y hasta sus mismísimas concupiscencias en vez del Salvador y Redentor.”

GEORGE WHITEFIELD

“Observemos la parábola de las vírgenes sabias… los sabios, los verdaderos creyentes, tenían sus lámparas tanto como las vírgenes insensatas; porque el cristianismo no requiere que desechemos todas las formas externas; podemos usar formas, pero no ser formales: por ejemplo, es posible adorar a Dios en una forma determinada de oración y, sin embargo, adorarlo en espíritu y en verdad.

Por tanto, hermanos, no nos juzguemos unos a otros. Las vírgenes prudentes tenían sus lámparas; Aquí no estaba la diferencia entre ellas y las insensatas, que una adoraba a Dios con una forma, y la otra no: No: como el fariseo y el publicano subían al templo a orar, así estas vírgenes prudentes y necias podían ir a el mismo lugar de culto, y sentarse bajo el mismo ministerio; pero las prudentes tomaron aceite en sus vasijas con sus lámparas; mantuvieron la forma, pero no descansaron en ella; sus palabras en oración eran el lenguaje de sus corazones y no eran ajenos a los sentimientos internos; no temían escudriñar doctrinas, ni se sintieron ofendidas cuando los ministros les decían que merecían ser condenadas; no eran farisaicas, sino que deseaban que Jesucristo tuviera toda la gloria de su salvación; estaban convencidas de que los méritos de Jesucristo se aprehenderían sólo por la fe; pero, sin embargo, fueron tan cuidadosos en mantener las buenas obras, como si fueran a ser justificados por ellas: en resumen, su obediencia fluía del amor y la gratitud, y eran alegres, constantes, uniformes, universales, como la obediencia que rinden los santos ángeles, a nuestro Padre en el cielo.

Permítanme ahora exhortarlos a que hagan una pausa nuevamente; y si alguno de ustedes puede aplicar fielmente estos caracteres a sus corazones, denle a Dios la gloria y lleven el consuelo a sus propias almas; ustedes no son falsos sino verdaderos creyentes.”

SAN JUAN CRISOSTOMO

Más viene la hora, y es ahora, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre. Mujer, somos superiores a vosotros -dice- en el modo de adorar, pero esto tendrá su fin. Pues no sólo se producirá un cambio en lo relativo a los lugares, sino también en lo concerniente al culto, y esto ya está a las puertas: Mas viene la hora, y es ahora.

Como los profetas habían predicho todo hacía mucho tiempo, aludiendo al inminente cumplimiento de las profecías dice: Y es ahora. Al decir «verdaderos» rechaza a los judíos juntamente con los samaritanos. Si los primeros son mejores que los segundos, son, sin embargo, muy inferiores a lo que habrá de ser: tanto cuanto es inferior a la verdad la representación simbólica. Se refiere a la Iglesia porque ésta es la verdadera y conveniente forma de adorar a Dios. Puesto que el Padre busca adoradores tales. Si buscaba tales adoradores, concedió a éstos una forma propia de adorarle, no porque ésa fuera su voluntad, sino por condescender con ellos a fin de iniciarlos. ¿Quiénes son los verdaderos adoradores? Los que no circunscriben el culto a un lugar y los que adoran a Dios en el espíritu, tal y como dice Pablo: A quien sirvo en mi espíritu, en el Evangelio de su Hijo... Y de nuevo: Os ruego que ofrezcáis vuestros cuerpos como víctima viva, grata a Dios, como vuestro culto racional.

Cuando dice: Dios es espíritu, no quiere significar otra cosa sino que es incorpóreo. Es necesario, por consiguiente, que el culto de quien es incorpóreo sea tributado por lo que de incorpóreo hay en nosotros, o sea, el alma y la pureza de mente.”

A.W PINK

Adorar en espíritu" es adorar espiritualmente; "adorar en verdad", es adorar verdaderamente. No son dos tipos diferentes de adoración, sino dos aspectos de la misma adoración. Adorar espiritualmente es lo contrario de meros ritos externos que pertenecían a la carne; en cambio, es rendir a Dios el homenaje de una mente iluminada y un corazón afectuoso. Adorarlo de verdad es adorarlo de acuerdo con la Verdad, de una manera adecuada a la revelación que Él ha hecho de sí mismo; y, sin duda, también conlleva la fuerza de adorar de verdad, no fingiendo, sino sinceramente. Tales, y solo tales, son los adoradores aceptables.”

COMENTARIO BIBLICO MUNDO HISPANO

“Los verdaderos adoradores adorarán al Padre implica que había adoradores que no eran verdaderos, es decir, que no agradaban a Dios en su adoración. Los que agradan a Dios le adoran en espíritu, lo cual significa que la adoración surge y se expresa por medio del espíritu humano.

Esta adoración nace en el recinto más interior del alma y se rinde a Dios como un servicio espiritual (Rom. 1:9; 12:1). Ciertamente el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad y nos guía en la adoración (Rom. 8:26), pero espíritu aquí se refiere al espíritu humano. Lo exterior y lo material pueden facilitar la adoración, pero lo que importa a Dios es la condición del corazón y espíritu del adorador. Templos y lugares “sagrados”, como Jerusalén y Gerizim, juntamente con los utensilios, altares y ritos religiosos, no son esenciales para la adoración que agrada a Dios.

Inclusive, todo esto puede distraer de la verdadera adoración. Verdad en el NT se refiere a lo que es realidad en contraste con la mera apariencia o a lo opuesto a la falsedad. La verdad es un atributo esencial de Dios y Jesús pudo decir “yo soy… la verdad” (14:6). Además, en el AT el término llevaba el sentido de fidelidad, confiabilidad y seguridad. En este contexto, Jesús se refería a la revelación de Dios que se manifestó principalmente en la persona de su Hijo. Para nosotros, verdad es la revelación de la persona de Dios y de su voluntad para el hombre y ésta se encuentra en la Biblia. Para agradar a Dios en la adoración, uno debe conocerle tal cual se revela en la Biblia y debe saber cuál es su voluntad general y particular.

Porque también el Padre busca a tales que le adoren. Esta frase presenta un concepto completamente nuevo de Dios. Los dioses paganos esperaban pasivamente que sus súbditos se acercasen para rendirles culto, pero el Dios revelado en las Escrituras sale buscando de entre la humanidad una clase particular de adoradores, los que adoran en espíritu y en verdad.”

JUAN CALVINO

Pero la hora viene. Ahora sigue la última cláusula, sobre la derogación del culto o las ceremonias prescritas por la Ley. Cuando dice que la hora viene, o vendrá, muestra que el orden establecido por Moisés no será perpetuo. Cuando dice que ha llegado la hora, pone fin a las ceremonias y declara que así se ha cumplido el tiempo de reforma del que habla el Apóstol (Hebreos 9:10). Sin embargo, aprueba el templo, el sacerdocio y todas las ceremonias relacionadas con ellos, en lo que se refiere al tiempo pasado. Una vez más, para mostrar que Dios no elige ser adorado ni en Jerusalén ni en el monte Gerizim, toma un principio más elevado, que la verdadera adoración de Él consiste en el espíritu; porque de ahí se sigue que en todos los lugares Él puede ser debidamente adorado.

Pero la primera pregunta que se presenta aquí es: ¿Por qué y en qué sentido se llama espiritual a la adoración a Dios? Para entender esto, debemos prestar atención al contraste entre el espíritu y los emblemas externos, como entre las sombras y la verdad. Se dice que la adoración a Dios consiste en el espíritu, porque no es otra cosa que esa fe interior del corazón que produce oración y, luego, pureza de conciencia y abnegación, para que podamos estar dedicados a la obediencia a Dios como santos sacrificios.

De ahí surge otra pregunta: ¿No lo adoraron los padres espiritualmente bajo la ley? Respondo, como Dios es siempre como él mismo, desde el principio del mundo no aprobó ningún otro culto que no sea el espiritual y que concuerde con su propia naturaleza. Esto lo atestigua abundantemente el mismo Moisés, quien declara en muchos pasajes que la Ley no tiene otro objeto que el de que el pueblo se adhiera a Dios con fe y una conciencia pura. Pero es aún más claramente declarado por los Profetas cuando atacan con severidad la hipocresía del pueblo, porque pensaban que habían satisfecho a Dios, cuando habían realizado los sacrificios y se habían exhibido. Es innecesario citar aquí muchas pruebas que se encuentran en todas partes, pero los pasajes más notables son los siguientes: Sal 50:7-14  Oye, pueblo mío, y hablaré; Escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo.  (8)  No te reprenderé por tus sacrificios, Ni por tus holocaustos, que están continuamente delante de mí.  (9)  No tomaré de tu casa becerros, Ni machos cabríos de tus apriscos.  (10)  Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados.  (11)  Conozco a todas las aves de los montes, Y todo lo que se mueve en los campos me pertenece.  (12)  Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud.  (13)  ¿He de comer yo carne de toros, O de beber sangre de machos cabríos?  (14)  Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo.”

Pero aunque la adoración de Dios bajo la Ley era espiritual, estaba envuelta en tantas ceremonias externas que se parecía a algo carnal y terrenal. Por esta razón, Pablo llama a las ceremonias carne y a los elementos miserables del mundo (Gálatas 4:9). De igual manera, el autor de la Epístola a los Hebreos dice que el santuario antiguo, con sus apéndices, era terrenal (Hebreos 9:1.) Por lo tanto, podemos decir con justicia que la adoración de la Ley era espiritual en su sustancia, pero, con respecto a su forma, era algo terrenal y carnal; porque toda esa economía, cuya realidad ahora se manifiesta plenamente, estaba formada por sombras.

Ahora vemos lo que los judíos tenían en común con nosotros y en qué se diferenciaban de nosotros. En todas las épocas Dios quiso ser adorado por fe, oración, acción de gracias, pureza de corazón e inocencia de vida; y en ningún momento se deleitó en otros sacrificios.

Pero bajo la Ley hubo varias adiciones, de modo que el espíritu y la verdad se ocultaron bajo formas y sombras, mientras que, ahora que el velo del templo se ha rasgado (Mateo 27:51), nada está oculto ni oscuro. Ciertamente hay entre nosotros, en el día de hoy, algunos ejercicios externos de piedad, que nuestra debilidad hace necesarios, pero tal es la moderación y sobriedad de ellos, que no oscurecen la pura verdad de Cristo. En resumen, lo que se exhibió a los padres bajo figuras y sombras ahora se muestra abiertamente.”

WOLFGANG MUSCULUS

“Dos vicios particulares dominan a quienes, por ser todavía carnales, no conocen o no persiguen la verdadera adoración. Uno es que cuentan el culto y la adoración de Dios con cosas externas. El segundo es que se acercan a Dios a través de la santidad pretendida con ciertas palabras o hechos externos, pero en su corazón están haciendo otra cosa. Estos dos vicios son tan característicos de todo lo carnal que los vemos no solo entre aquellos que miden el culto a Dios con tradiciones humanas que se oponen a la Palabra de Dios, sino también entre aquellos que tienen ceremonias prescritas por Dios. Por ejemplo, el Señor estaba hablando con una mujer samaritana sobre la abrogación de la adoración en las dos naciones, tanto judíos como samaritanos. Los judíos tenían ceremonias prescritas por Dios, y los samaritanos tenían un culto inventado por seres humanos. En este sentido, su forma de adorar era ciertamente diferente. Sin embargo, ambos estaban trabajando bajo uno de esos dos vicios: uno, estaban adorando a Dios mediante ritos externos de adoración; dos, estaban haciendo esto con poca sinceridad.

Contra estos dos vicios opone estas dos cosas, espíritu y verdad. Él opone el espíritu a la idea de que somos absueltos de nuestros pecados mediante rituales externos de adoración, tales como ceremonias corporales, ofrendas rituales, purificaciones, guardar el sábado y ese tipo de cosas.

Habla del espíritu de los seres humanos, al que llamamos mente. Relacionadas con la mente están las cosas que se requieren para la verdadera adoración: fe, amor, temor, reverencia y admiración, obediencia, sumisión, piedad y justicia. Contrapone la verdad a la falta de sinceridad, que es algo que también los profetas reprochaban entre los judíos.”

CHARLES SPURGEON

“Si observa atentamente las palabras, verá que se trataba de un tipo de adoración distintivo, porque menciona a los verdaderos adoradores. Antes había habido muy poca distinción; mientras todos pasaran por la misma forma exterior, todos parecían adoradores; pero ahora debía hacerse una distinción clara y manifiesta. Los adoradores meramente externos eran ahora adoradores falsos, y solo aquellos que se apresuraban a la adoración espiritual debían ser considerados verdaderos.

El evangelio de Cristo es un gran discernidor y un juez certero. Cristo tiene el aventador en la mano; se sienta como refinador; el profeta lo compara con el "fuego purificador" y con el "jabón de lavadores"; y de ahí que vea que él discierne a la vez entre adoradores y entusiastas. Allí están ambos por igual con la cabeza inclinada, quizás ambos repitiendo las mismas palabras, pero el Salvador distingue: “hay”, dice, “un adorador falso, y hay un adorador verdadero, y solo el que es espiritual es verdadero."  

Además, anuncia que bajo el evangelio se debe adorar a Dios en el carácter de un Padre; los verdaderos adoradores adorarán al Padre. Este no había sido el caso antes. El Señor había sido adorado como el Adonai y reverenciado como Jehová; pero decir "Padre nuestro que estás en los cielos" sigue siendo la prerrogativa del cristiano iluminado que, habiendo creído en Cristo, ha recibido el poder de convertirse en hijo de Dios.

La verdadera adoración cristiana se dirige a Dios, no meramente como Creador y Conservador, o como el gran Señor del Universo, sino como alguien muy cercano a nosotros, nuestro Padre, amado de nuestras almas. Jesús también declara que la adoración del evangelio debe ser de una clase que no sea el resultado del hombre mismo meramente, sino que provenga de Dios, y sea una obra de gracia. Esto está implícito en la oración, "El Padre busca a tales que le adoren", como si ninguna adoración verdadera viniera de ningún hombre a menos que Dios la buscara. La verdadera devoción bajo la dispensación cristiana no es meramente humana sino también divina. Es la obra del Espíritu en el alma que regresa a su autor; o como dice nuestro himno:

La oración es el soplo de Dios en el hombre, Regresando de donde vino." Estos son puntos muy graves y trazan una amplia línea de distinción entre el culto vivo de los escogidos de Dios y el culto formal muerto del mundo que reside en el maligno.

Además, el Salvador continúa diciendo que los que adoran a Dios deben adorarlo "en espíritu". Ya no con el sacrificio visible de un cordero, sino confiando interiormente en Aquel que es el Cordero de la Pascua de Dios; no más con sangre rociada de cabras, sino confiando de todo corazón en la sangre que una vez fue derramada por muchos; ya no adorando a Dios con efod, coraza y mitra, sino con el alma postrada, con fe elevada y con las facultades no del cuerpo sino del espíritu interior.

Nosotros, que adoramos a Dios bajo la dispensación cristiana, ya no debemos imaginar que el ejercicio corporal en la adoración beneficie algo, que las genuflexiones y contorsiones tienen algún valor, sino que la adoración aceptable es totalmente mental, interior y espiritual.

Pero agrega, para que no parezca una omisión en la descripción, "debemos adorarlo en espíritu y en verdad"; porque aunque debemos profesar adorar a Dios sólo con el espíritu y despreciar las formas, sin embargo, a menos que el alma realmente ame, adore y se doble sinceramente, nuestra adoración será tan inaceptable como si fuera formal y exterior. Entonces, hermanos, miren, poniendo los tres juntos, la adoración bajo la dispensación cristiana que Dios ordena, y que él acepta a través de Cristo Jesús, es una adoración que se distingue por una vitalidad interior de la adoración exterior de la mente carnal.

Es el culto de un niño hacia un padre, sintiendo en sí mismo un parentesco con lo divino; es una adoración realizada en nosotros por Dios el Espíritu Santo, porque el Padre nos ha buscado y nos ha enseñado cómo adorarlo. Es un culto que no es externo, sino del hombre interior, y no ocupa manos, ojos y pies, sino corazón, alma y espíritu; y es un culto que no es profesional ni formal, sino real, sincero, ferviente y muy aceptable ante Dios.”

JOHN TRAPP

El Padre busca a los tales… ¡Oh, cómo debería esto encender nuestros corazones a la adoración espiritual! que Dios busca a los tales, con: "Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; Porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.", Cnt 2:14. Está buscando a su novia.”

GRANT OSBORNE

“Por segunda vez, Jesús le dice: “Pero se acerca la hora”, pero en el versículo 23 agrega “y ha llegado ya”. La hora del destino en Juan (véase 2:4; 4:21) siempre se refiere al tiempo designado por Dios de la pasión de Jesús.

El punto aquí es que la nueva era de salvación ahora ha llegado en Jesús. Hay una discrepancia del tipo “ya / aún no” aquí, ya que el reino ya ha llegado, pero aún no se ha consumado, la “hora que vendrá con la pasión y muerte de Jesús en la cruz. Hay tres etapas de la historia de la salvación en Juan: la encarnación, la vida y muerte de Jesús el Cristo, y la segunda venida. Juan destaca los dos primeros aquí.

El “ahora” de la salvación se define por la adoración: “verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren”. Hay un patrón A-B-A en los versículos 23–24, con “adoración en espíritu y verdad” brindando la estructura para “Dios es espíritu”. Jesús comienza con “verdaderos adoradores” por dos razones:

(1) ni la adoración judía ni la samaritana serás suficientes (v. 21, “ni en este monte ni en Jerusalén”, cada uno con su propio templo material), porque se ha introducido un nuevo culto en la nueva era de la salvación; y,

(2) la adoración adecuada ahora se centra en Cristo y la nueva vida que ha traído. La imagen de Dios “buscando” tales adoradores es enfática. El Padre solo quiere a aquellos cuya adoración sincera es guiada por el Espíritu y centrada en el Espíritu. Esta adoración es trinitaria, ya que todos los miembros de la Trinidad están involucrados.”

J.C RYLE

“[Más la hora viene, y ahora es]. Estas palabras significan que los tiempos del Evangelio se están acercando, y ciertamente ya han comenzado: “Han comenzado en la predicación del Reino de Dios. Llegarán plenamente con mi muerte y ascensión y el establecimiento de la Iglesia del Nuevo Testamento”.

[Los verdaderos adoradores adorarán […] espíritu […] verdad]. Nuestro Señor declara aquí a quiénes se consideraría exclusivamente verdaderos adoradores en la futura dispensación del Evangelio. No serían aquellos que adoraran meramente en un lugar u otro. No serían exclusivamente judíos, ni exclusivamente gentiles, ni exclusivamente samaritanos. La parte externa de la adoración carecería de valor alguno en comparación con el estado interno de los adoradores. Solo se consideraría adoradores verdaderos a aquellos que adoraran en espíritu y en verdad.

Las palabras “en espíritu y en verdad” reciben diversas interpretaciones, y han corrido ríos de tinta acerca de ellas. Creo que la explicación más sencilla es la siguiente. La palabra “espíritu” no se debe interpretar como el Espíritu Santo, sino como la parte intelectual o mental del hombre en contraposición a la parte carnal o material. Esta distinción se establece claramente en 1 Corintios 7:34: “Ser santa así en cuerpo como en espíritu”.

La adoración en espíritu” es adoración con el corazón en contraposición a toda adoración formal, material y carnal que solo consiste en ceremonias, ofrendas, sacrificios y cosas semejantes. Cuando un judío hacía una ofrenda de carne con un corazón alejado, era una adoración según la carne. Cuando David ofreció en oración un corazón quebrantado y contrito, fue adoración en espíritu. “Adoración en verdad” hace referencia a la adoración a través de la única vía verdadera de acceso a Dios, sin la mediación de los sacrificios o del sacerdocio ordenados hasta que Cristo muriera en la Cruz.

Cuando se rasgara el velo y el camino al lugar santo se hiciera manifiesto por medio de la muerte de Cristo, entonces, y solo entonces, los hombres adorarían “en verdad”. Antes de Cristo adoraban solo por medio de tipos, sombras, figuras y emblemas. Después de Cristo, adorarían en verdad. El espíritu se opone a la “carne”; la verdad a la “sombra”. El “espíritu” es, en resumidas cuentas, el culto del corazón en contraste con la adoración verbal o la devoción formal. La “verdad” es la luz plena de la dispensación cristiana en contraste con la luz crepuscular de la Ley de Moisés.

La interpretación que me he propuesto ofrecer es sustancialmente la de Eutimio y Crisóstomo. Carril, citado por Ford, dice: “En espíritu concierne al poder interior, en verdad a la forma externa. La primera golpea a la hipocresía y la segunda a la idolatría”.

[El Padre tales adoradores busca que le adoren]. Esta es una frase notable. Considero que significa que “viene la hora en que el Padre ha ordenado desde toda la eternidad que reunirá de entre el mundo a una congregación de adoradores verdaderos y espirituales. Aun ahora está buscando y reuniendo a tales adoradores”. La palabra “busca” es especial. Hay algo semejante en la frase: “El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). Parece mostrar la abundante compasión del Padre y su infinita disposición para salvar almas. No “espera” meramente a que los hombres acudan a Él. Los “busca”. También muestra la apertura de la misericordia del Padre bajo el Evangelio. Ya no restringe su gracia a los judíos. Ahora busca y desea reunir en todas partes creyentes verdaderos procedentes de toda nación.

Creo que la frase está especialmente destinada a invitar a la samaritana a no preocuparse por las respectivas reivindicaciones de los sistemas judío y samaritano. ¿Deseaba ser una adoradora espiritual? Esa era la única cuestión que merecía su atención.”

J. WALVOORD – R. ZUCK

“Los verdaderos adoradores son los que se dan cuenta de que Jesús es la verdad de Dios (3:21; 14:6), y el único camino al Padre (Hch. 4:12). Adorar en verdad, es adorar a Dios a través de Jesús. Adorar en Espíritu, es adorar en la nueva esfera que Dios ha revelado a su pueblo. El Padre busca verdaderos adoradores, porque él desea que la gente viva en la realidad, no en falsedad. Cada persona es un adorador (Ro. 1:25), pero debido al pecado, muchos están ciegos y constantemente ponen su confianza en objetos sin valor.”

XAVIER LEON DUFOUR

“El término «espíritu» no se refiere al aspecto espiritual del hombre, en el sentido de la interioridad, de la intimidad del corazón. La expresión «en espíritu» se refiere, no a una buena disposición subjetiva (aunque evidentemente la incluye), sino a la presencia del Espíritu que ha regenerado al creyente. Jesús, en el que mora el Espíritu y que bautiza en el Espíritu (1,33), anuncia adoradores nacidos del Espíritu (cf. 3,5-8). Juan coincide en este punto con lo que dice Pablo: «Es el Espíritu el que nos hace clamar: ¡Abba! ¡Padre».”

LEON MORRIS

“Es posible que en este versículo Jesús esté anunciando que Él iba a inaugurar una nueva era. «Más la hora viene, y ahora es» es una referencia a una crisis, a un cambio, al hecho de que algo nuevo llega.

En la persona de Jesús vemos no solo una repetición de las verdades del Antiguo Testamento (si en boca de samaritanos, o judíos, da igual), sino que además, vemos la aparición de la revelación definitiva de Dios. Al poco, moriría en ese acto expiatorio que traería la salvación del mundo. Nos quedaríamos cortos si interpretáramos sus palabras tan solo como una enunciación de un principio de verdad eterna (que lo es, pero no es eso lo que Jesús está intentando enfatizar).

Los desacuerdos entre los judíos y los samaritanos desaparecerán. Para adorar no habrá que seguir ninguno de los patrones que estableces, ni los de unos, ni los de los otros. Jesús ya ha hablado de la destrucción del templo (cf. 2:19s). Primeramente habló de la destrucción de su cuerpo, pero, como ya vimos, quizá también estuviera haciendo una referencia al nuevo sistema de adoración que él iba a inaugurar, un sistema que no estaba ligado a un lugar santo. Así que aquí enseña que la distinción de la que la mujer habla ya es parte del pasado.”

SAMUEL P. MILLOS

“Sin duda el término Padre, como se ha considerado antes, es una referencia directa a quien es el Padre de nuestro Señor Jesucristo, y también Padre de todos los creyentes en Él. Es el Dios único que la Escritura presenta y del que se ha revelado en Jesús. Jesús respondió a Satanás, en una de las tentaciones, que el hombre adorará sólo al Señor Dios y ha de servirle (Mt. 4: 10). ¿Sólo debe adorarse al Padre? ¿Es posible adorar a las otras tres Personas Divinas? Sin duda, ya que la adoración se dirige únicamente al Dios verdadero y cada una de las Personas Divinas, es Dios verdadero, con subsistencia en el Ser Divino. Sin embargo se aprecia que en el orden bíblico la adoración se dirige al Padre, en el nombre del Hijo y en el poder del Espíritu.”

WILLIAM HENDRIKSEN

“Jesús emplea una expresión que también se encuentra en 5:25: Mas la hora viene—sí, ¡ya ha llegado! En la mente del Señor, el estado ya perfeccionado del futuro se halla prefigurado en el presente. El presente es el futuro en embrión. Así, el reino de los cielos es tanto presente como futuro. Esto es también válido en relación con la vida eterna. Es cierto que la adoración al Padre en espíritu y en verdad no alcanzará la perfección hasta el gran día de la consumación de todas las cosas; pero ya ahora empieza a desvanecerse la religión de la antigua dispensación que daba tanta importancia a días, lugares y otras observancias externas. Pronto se rasgará el velo del templo de arriba abajo (Mt. 27:51), y, con él, cesará de existir el último residuo de la validez de la adoración ceremonial.”

COMENTARIO BIBLIA TEXTUAL IV EDICION

Jua_4:23 verdaderos adoradores... Rom_12:1-2 adoración verdadera... Primeramente, es importante entender que las acciones de adoración del Viejo Pacto se limitaban a simples actos de prosternación. Es a partir de Pentecostés cuando los hijos tienen entrada a una nueva dimensión que les permite ahora adorar a Dios en espíritu y verdad (Jua_4:20-24). Pablo explica al creyente estas enigmáticas palabras de Jesús (Jua_4:20-24) como una práctica de adoración cristiana.

En este caso, el vocablo gr. latreian constituye una terminología análoga al cristianismo primitivo, íntimamente relacionada con el nuevo nacimiento, que el apóstol describe como un logiké latreía, es decir, una adoración razonable, la cual, por la consubstancialidad que el creyente tiene con Dios, puede y debe manifestarse en un estado de adoración permanente. La riqueza de esta logiké latreía, definitivamente, debe distinguirse de la pobreza culterana de la treskeía = religión (Col_2:18-23).”

W. PARTAIN – B. REEVES

“Bajo la dispensación mosaica Dios requería que su pueblo ofreciera sacrificios solamente en Jerusalén, y ahora bajo la ley de Cristo el sitio indicado es el corazón ("alabando al Señor en vuestros corazones", Efe_5:19). El "sacrificio de alabanza" es "el fruto de labios" (Heb_13:15), el "hacer bien" (Heb_13:16), el ofrendar para tener comunión con los que predican el evangelio (Flp_4:18), etc., pero estos actos de servicio no serán aceptables ante los ojos de Dios a menos que procedan del corazón (2Co_9:7, "como propuso en su corazón").

            Al buscar a los perdidos Cristo buscaba adoradores de Dios. Luc_19:10. Cristo quería que Nicodemo, la mujer samaritana, y Zaqueo fueran verdaderos adoradores de Dios. Dios nos quiere salvar para que le sirvamos y adoremos.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario