jueves, 8 de junio de 2023

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 4 VERSICULO 2


 

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 4 VERSICULO 2

RV1960

NVI1999

BTX4

(aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),

(Aunque en realidad no era Jesús quien bautizaba sino sus discípulos).

(aunque JESÚS mismo no bautizaba, sino sus discípulos),

TR+

INA27+

VUL

καιτοιγεG2544 CONJ ιησουςG2424 N-NSM αυτοςG846 P-NSM ουκG3756 PRT-N εβαπτιζενG907 V-IAI-3S αλλG235 CONJ οιG3588 T-NPM μαθηταιG3101 N-NPM αυτουG846 P-GSM 

καιτοιγε G2544:CONJ Aunque ιησους G2424:N-NSM Jesús αυτος G846:P-NSM mismo ουκ G3756:PRT-N no εβαπτιζεν G907:V-IAI-3S estaba sumergiendo αλλ G235:CONJ sino οι G3588:T-NPM los μαθηται G3101:N-NPM aprendedores αυτου G846:P-GSM de él --

quamquam Iesus non baptizaret sed discipuli eius

KJV

(Though Jesus himself baptized not, but his disciples,)

TCB

Hch_10:48; 1Co_1:13-17.

 

COMENTARIOS:

DAVID GUZIK

“La labor de bautismo de Jesús se mencionó primero en Juan 3:22. Jesús consideraba importante también realizar la labor de bautismo de Juan como demostración del arrepentimiento y purificación en preparación para el Mesías. Aquí nos enteramos que la verdadera labor de bautismo, Jesús la delegaba a sus discípulos.

Esto también significa que cuando los discípulos comenzaron la práctica del bautismo cristiano en el pentecostés (Hechos 2:41), su experiencia previa de bautizar estaba en conexión con el arrepentimiento, purificación, e identificación con la obra del Mesías.”

COMENTARIO BIBLICO MUNDO HISPANO

“Es una explicación del autor para corregir un malentendido que iniciaron los celosos discípulos del Bautista (ver 3:22, 26). Existe un axioma que dice: “lo que uno hace por medio de otro, él mismo lo hace” y este principio se ve en otras ocasiones (p. ej., ver Mat. 20:20 ss. con Mar. 10:35 ss.). Se han sugerido tres conjeturas para explicar el hecho de que Jesús mismo no bautizaba: porque bautizar en agua era un acto propio de un ministro y no del Señor; porque Jesús quería evitar las consecuencias violentas que podrían recaer sobre personas tan íntimamente identificadas con él; porque quería dejar en claro que el bautismo no salva y que el valor del bautismo no depende del agente que lo administra.”

BRIAN BAILEY

“Quiero detenerme aquí por un momento, para leer 1 Corintios 1:12-15, donde el apóstol Pablo encuentra la misma dificultad. Algunas personas decían que eran de Pedro, otras que eran de Pablo y otras de Apolos, y aun otras que eran de Cristo. Por lo tanto, Pablo pregunta en 1 Corintios 1:13-15:

“¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre”. En realidad, lo más importante no es quien bautiza. Lo que importa es que seas bautizado en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”

JUAN CALVINO

“Él da la designación de Bautismo de Cristo a lo que él confirió por las manos de otros, para informarnos que el Bautismo no debe ser estimado por la persona del ministro, sino que su poder depende enteramente de su Autor, en cuyo nombre y por cuya autoridad se confiere. De ahí que tengamos un consuelo notable, cuando sabemos que nuestro bautismo no tiene menos eficacia para lavarnos y renovarnos que si hubiera sido dado por la mano del Hijo de Dios.

Tampoco se puede dudar que, mientras vivió en el mundo, se abstuvo de la administración externa del signo, con el expreso propósito de testificar a todas las edades, que el Bautismo no pierde nada de su valor cuando es administrado por un mortal hombre. En resumen, no solo Cristo bautiza interiormente por su Espíritu, sino que el mismo símbolo que recibimos de un hombre mortal debe ser visto por nosotros de la misma manera como si Cristo mismo desplegara su mano desde el cielo y la extendiera hacia nosotros...

Ahora bien, si el bautismo administrado por un hombre es el bautismo de Cristo, no dejará de ser el bautismo de Cristo cualquiera que sea el ministro. Y esto basta para refutar a los anabautistas, que sostienen que, cuando el ministro es un hombre malvado, el bautismo también está viciado y, por medio de este absurdo, perturba a la Iglesia; ya que Agustin ha empleado muy apropiadamente el mismo argumento contra los donatistas.”

JOHANNES BRENZ

“El oficio de Cristo era bautizar con el Espíritu Santo. Aunque el Espíritu Santo siempre ha existido, el Espíritu todavía no se ha dado a conocer ni ha sido revelado por cosas externas, como ocurrió después de la ascensión de Cristo. Porque el Espíritu Santo fue revelado a los apóstoles en el día de Pentecostés con un sonido repentino proveniente del cielo y, como ustedes saben, con lenguas de fuego. En consecuencia, debido a que Cristo aún no era famoso y el Espíritu no fue revelado, se abstuvo de la obra externa de bautizar, aunque desde la fundación del mundo siempre ha bautizado a los piadosos por el aliento interno del Espíritu. Porque Abraham fue bautizado, y también los profetas, no, por supuesto, en agua sacramental, pero fueron bautizados en la verdad de la Santa Cena, que es el Espíritu Santo. El hecho de que Cristo, antes de su ascensión, encomendara al apóstol el oficio externo de bautizar, me parece que demuestra que estaba dando a conocer con una obra clara que incluso en ese momento sus apóstoles eran ministros del Espíritu Santo, no maestros, y que su oficio era de servicio, no de gobierno.”

WOLFGANG MUSCULUS

“El hecho de que Cristo no bautizara él mismo, sino solo a través de los discípulos, deja bastante claro la gran diferencia que hay entre la predicación del evangelio y el ministerio del bautismo. El Señor mismo estaba predicando, pero no bautizaba excepto por el ministerio de los discípulos. La predicación del evangelio es una obra de mayor poder y expone más plenamente la gracia y el conocimiento de Dios que el ministerio de bautizar, así como es una obra de mayor laboriosidad y experiencia entrenar a un atleta que colocar guirnaldas en las cabezas de los vencedores.

Y el apóstol Pablo dice que no fue enviado a bautizar sino a predicar el evangelio. Y el mismo Pedro no bautizó en la casa de Cornelio, pero ordenó que fueran bautizados. Y así debe observarse el orden en la iglesia de que aquellas cosas que son más importantes deben ser confiadas a aquellos que tienen la gracia de administrar lo más importante.”

J.C RYLE

“[Aunque Jesús no bautizaba, etc.]. El hecho de que nuestro Señor no administrara el bautismo con sus propias manos se menciona únicamente en los Evangelios y es digno de atención.

En todo caso, muestra que lo que hacen los ministros de Cristo por orden suya en la administración de los sacramentos se considera ejecutado por Cristo mismo. El versículo anterior dice que “Jesús hace y bautiza”, mientras que este dice que “no bautizaba”. Comenta Lightfoot: “Es normal, tanto en el lenguaje de la Escritura como en otros, hablar de una cosa como si la hiciera un hombre aunque la haga otro en su nombre. Así, se dice que la hija de Faraón “crió” a Moisés y se dice que Salomón “construyó” el Templo y su propia casa. De la misma forma, “se llevó, pues, David la lanza y la vasija de agua”, queriendo decir que fue Abisai por orden de David (1 Samuel 26:12).

Se habla de diversas razones para que nuestro Señor no administrara el bautismo con sus propias manos. Lightfoot menciona cuatro: “1) No fue enviado a bautizar, sino a predicar. 2) Habría parecido inapropiado que Cristo bautizara en su propio nombre. 3) El bautismo más apropiado para que el Señor lo administrara no era el de agua, sino el del Espíritu Santo. 4) Evitaría todas las peleas y discusiones entre los hombres con respecto a su bautismo que hubieran surgido si algunos hubiesen sido bautizados por Cristo y otros únicamente por sus discípulos”.

A estas razones podemos añadir otra de considerable importancia. Nuestro Señor quiere mostrarnos que el efecto y el beneficio del bautismo no dependen de la persona que los administra. No cabe duda que Judas Iscariote bautizó a algunos. La intención del ministro no afecta a la validez del sacramento.

Hay algo que parece perfectamente claro: En el cristianismo, el bautismo no es un medio de gracia de importancia primordial, sino secundaria. El lenguaje altisonante y extravagante que utilizan algunos teólogos con respecto al sacramento del bautismo y sus efectos es completamente irreconciliable con el texto que tenemos delante, así como con la enseñanza general de la Escritura (cf. Hechos 10:48; 1 Corintios 1:17).”

SAN AGUSTIN

“Quizás os inquiete esta expresión del evangelista: Jesús bautizaba más que Juan Y después de haber dicho que bautizaba, añadió: Aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos. ¿Qué, pues? ¿Es falsa la primera afirmación y tuvo que rectificar añadiendo esta otra: Aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos? ¿O bien son las dos verdaderas: que Jesús bautizaba y que Jesús no bautizaba? Jesús bautizaba, porque el que purificaba era El; y no bautizaba, porque no era El quien sumergía en el agua.

Los discípulos ejercían el ministerio corporal, y el Maestro prestaba el auxilio de su majestad. ¿Cómo iba a dejar de bautizar no dejando nunca de purificar? De El dice el mismo evangelista Juan por la persona del Bautista: Este es el que bautiza. Luego sigue Jesús bautizando todavía y seguirá bautizando mientras haya alguien que necesite su bautismo. Llegúese el hombre con confianza al inferior ministro, porque hay un maestro que le es muy superior.

Pero alguien tal vez diga: Cristo bautiza, sí, espiritualmente, mas no corporalmente. Como si alguien por una gracia extraña a Cristo recibiera el sacramento del bautismo corporal y visible. ¿Quieres saber que El bautiza no sólo con el espíritu, sino con el agua también? Presta atento oído al Apóstol: Como Cristo, dice, amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, purificándola con el bautismo de agua y con la palabra para presentarla El delante de sí mismo llena de gloria y sin mancha ni arruga ni nada parecido. Purificándola, ¿cómo? Con el bautismo de agua y con la palabra. ¿Qué es el bautismo de Cristo? El baño de agua y la palabra. Quita el agua, y no hay bautismo; quita la palabra, y no hay bautismo tampoco.”

MATTHEW HENRY

“Así se notaba mejor la diferencia entre Su bautismo y el de Juan, pues éste bautizaba siempre por sí mismo. Jesús quería de este modo, no sólo honrar a Sus discípulos, sino también entrenarlos para ulteriores servicios. También nos enseñaba con esto que lo que, según Sus instrucciones, es llevado a cabo por Sus ministros, es como si lo hiciera Él mismo.”


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