domingo, 18 de junio de 2023

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 4 VERSICULO 22


 

 

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 4 VERSICULO 22

RV1960

NVI1999

BTX4

Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.

Ahora ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación proviene de los judíos.

Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.

TR+

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vos adoratis quod nescitis nos adoramus quod scimus quia salus ex Iudaeis est

KJV

Ye worship ye know not what: we know what we worship: for salvation is of the Jews.

TCB

Adoráis lo que no sabéis. 2Re_17:27-29, 2Re_17:41; Esd_4:2; Hch_17:23, Hch_17:30.

 

Adoramos lo que sabemos. 2Cr_13:10-12; Sal_147:19; Rom_3:2; Rom_9:5.

 

La salvación viene de los judíos. Gén_49:10; Sal_68:20; Isa_2:3; Isa_12:2, Isa_12:6; Isa_46:13; Sof_3:16, Sof_3:17; Zac_9:9; Luc_24:47; Rom_9:4, Rom_9:5; Heb_7:14.

 

COMENTARIOS:

JOHN PIPER

 Vosotros Adoráis Lo Que No Conocéis

“Vosotros [samaritanos] adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.” Es desafiante y doloroso: el problema con ustedes, samaritanos, no es que adoren en la montaña incorrecta, sino que no conocen a quién adoran.

¿Por qué no? “Porque,” dice (v. 22b), “la salvación viene de los judíos” ¿Qué significa? ¿Significa que todos los judíos sabían a quién adoraban? No. Escuche lo que Jesús dice a los fariseos en Juan 8:19 (los judíos más conscientes): “No me conocéis a mí ni a mi Padre. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre.” Ellos ni siquiera conocen a Dios. Son idénticos a los samaritanos. “vosotros adoráis lo que no conocéis.”

Toda esa adoración, dice Jesús, es vana, vacía (Mateo 15:9). No es verdadera adoración (Juan 4:23).

Nosotros Adoramos Lo Que Conocemos

Entonces, qué quiere decir Jesús en el versículo 22b: “nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.” Quiere decir que los judíos enseñan que un Salvador viene al mundo. Viene como el Hijo de David, el Mesías, el Siervo del Señor. Y como habrá un Salvador, son posibles el verdadero conocimiento y la verdadera adoración de Dios. La última cláusula en toda esta historia (que viene desde el versículo 1 hasta el 42) es el anuncio de los samaritanos en el pueblo de Sicar: “sabemos que éste es en verdad el Salvador del mundo” (versículo 42).

Cuando Jesús dice (versículo 22b): “la salvación viene de los judíos”, y que por esa razón “nosotros adoramos lo que conocemos”, quiere decir que viene un Salvador al mundo, quien hará posible que los pecadores (como las personas que se han casado cinco veces y viven con sus novios) conozcan a Dios, le llamen Padre, y le adoren en verdad.

Ustedes no conocen a quien adoran porque no están dependiendo del Salvador, la salvación que está llegando al mundo. El Salvador es el Mesías judío. Ustedes, los samaritanos, no lo creen así. Y por tanto, la adoración que ofrecen no es verdadera.

No Hay una Religión Verdadera Sin Jesús

Es muy importante que veamos las implicaciones que tiene este evento para nuestra situación actual, con relación al Islam, al hinduismo, al budismo, al judaísmo, y a cualquier otra religión que no acepte a Jesús como al Salvador divino del mundo, quien vino para morir por los pecadores y resucitar y volverse el mediador entre Dios y los hombres. Es importante porque de ello depende la supremacía gloriosa, única, de Jesús sobre todas las religiones. Y porque muchos cristianos están abandonando la verdad de que conocer, honrar, amar y creer en Jesucristo es necesario para la salvación.

No Hay una Adoración Verdadera Sin Jesús

Por el contrario, el énfasis de Jesús aquí, y en el resto de este evangelio, es que no hay una verdadera adoración sin recibir al Salvador que viene de los judíos. Jesús no sólo dijo en Juan 8:19: “Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre,” sino que también dijo en Juan 5:23: “El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.” Y en Juan 5:42–43 les había dicho: “pero os conozco, que no tenéis el amor de Dios en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís.”

En otras palabras, el que no sabe quién soy yo realmente, y me honra por quien realmente soy, y me ama por quien realmente soy, no conoce u honra el amor de Dios. Y por tanto, cualquier cosa que haga en su montaña o en su templo, basílica, mezquita o sinagoga, no adora a Dios.

Usted no Puede Adorar a Quien Rechaza

Ese es el mensaje fundamental de Lucas 10:16: “el que a mí me rechaza, rechaza al que me envió.” No tiene sentido decir que ellos adoran cuando rechazan. Y Mateo 10:40: “el que me recibe a mí, recibe al que me envió.” No tiene sentido decir que ellos adoran a quien no reciben. Y Juan 5:46, que es especialmente importante para el pueblo samaritano y judío: “Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.” En otras palabras, si rehúsan pertenecerme, entonces, realmente no creen en Moisés, y la adoración que hacen en respuesta a Moisés, no es verdadera.

En un mundo contraído, pluralístico, multicultural, relativista, como el nuestro, esto será cada vez más difícil de creer en los años venideros. Mientras más personas usted conozca personalmente, quienes sean muy religiosas, pero no acepten a Jesús como Señor y Salvador, más difícil le será creer que la adoración que hacen no es verdadera adoración. Pero si cede la valentía en nuestra fe, olvidaremos al Jesús del Nuevo Testamento y nos uniremos al mundo que produce su propio Jesús.”

WARREN WIERSBE

“Sólo aquellos que tienen al Espíritu Santo morando en ellos, y que obedecen la verdad, pueden adorar a Dios de manera aceptable.

Fue una declaración devastadora decir que la adoración ya no estaba limitada al templo judío. Dicha declaración se relaciona con Juan 2: 19-21 y también con la de Esteban en Hechos 7:48-50. El Evangelio de Juan claramente revela que hay un nuevo sacrificio (Juan 1:29), un nuevo templo (Juan 2:19-21; 4:20-24), un nuevo nacimiento (Juan 3:1-7) y una nueva agua (Juan 4:11). Los judíos que leían este evangelio deben haberse dado cuenta que Dios estaba estableciendo en Jesucristo toda una nueva economía. La ley del Antiguo Testamento había sido cumplida y puesta a un lado.”

SAN JUAN CRISOSTOMO

“¿Cómo es posible que los samaritanos no conocieran lo que adoraban? Porque creían que Dios podía estar circunscrito a un lugar y ser dividido. Así lo veneraban y así, después de anunciar a los persas «el Dios de este lugar se irrita con nosotros», lo adoraban como se adoraría a un ídolo.

Por eso continuaban dando culto, al mismo tiempo, a los demonios y a Dios, mezclando lo que en ninguna manera admite mezcla. Los judíos, por el contrario, estaban a salvo de este error, y sabían, aunque no todos, que Dios lo era del mundo. Por este motivo dice: Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos. No te sorprendas de que se incluya entre los judíos, pues se expresa de acuerdo a la opinión que de él tenía la mujer, es decir, como si fuera un profeta de los judíos. Por este motivo utiliza la palabra «adoramos».

Que es objeto de adoración es a todas luces evidente: adorar es propio de la criatura, ser adorado es lo propio del Señor de las criaturas. Ciertamente, habla como un judío. El término «nosotros» significa aquí «nosotros los judíos».

Exaltando lo judío, se hace digno de crédito y más convincente en orden a que se fíen de sus palabras. Además, libra de toda sospecha su discurso y manifiesta que no exalta su culto por el parentesco de raza. El que se expresa de este modo acerca del lugar, concepto del que los judíos tanto se gloriaban y por el que creían que eran superiores, hace evidente que, cuando condena a los samaritanos, no lo hace para halagar a nadie, sino con verdad y en virtud de su poder profético. Entretanto había disuadido a la mujer de estas opiniones diciendo: Créeme, mujer. Y añadiendo seguidamente: porque la salvación viene de los judíos.

Lo que quiere decir es que los bienes que están en el mundo proceden de aquí. El conocimiento de Dios y la condena de los ídolos tuvieron su principio aquí, y todas las demás verdades de fe y el culto que vosotros practicáis, aunque de forma incorrecta, tuvieron su origen entre los judíos.

Por igual da el nombre de salvación a estas cosas y a su venida. No se equivoca cuando llama a ambas salvación, diciendo que una procede de los judíos. Refiriéndose a esto, Pablo decía: De quienes según la carne procede Cristo, Dios que está por encima de todas las cosas. ¿Ves cómo predica el Antiguo Testamento, lo señala como raíz de los bienes, declara que él no es contrario en nada a la Ley y dice que de los judíos procede el origen de todos los bienes?”

A.T ROBERTSON

“«La salvación», la salvación mesiánica que había sido durante tanto tiempo la esperanza y estrella conductora del pueblo escogido (Lc. 1:69, 71, 77; Hch. 13:26, 47). Era para todo el mundo (Jn. 3:17), pero proviene (ek) de los judíos. Esta tremenda realidad nunca debería ser olvidada, por muy indignos que los judíos se hayan mostrado de su privilegio. El Mesías, el Hijo de Dios, era judío.”

GARY BURGE

“Este es el único lugar del Nuevo Testamento en que Jesús se alinea con las tradiciones del judaísmo: «Nosotros [enfático] adoramos lo que sabemos, porque la salvación proviene de los judíos». Jesús es judío. El Mesías tenía que ser judío. Por tanto, el judaísmo traza la trayectoria de la historia religiosa a través de la cual Dios ha estado obrando. Estas palabras representan un inflexible comentario sobre las deficiencias de las creencias samaritanas. El comentario «ustedes [pl., enfático] … adoran lo que no conocen» se dirige a su mundo y a su tradición.”

A.W PINK

“Aquí vemos la verdad mezclada con la gracia. Cristo no sólo actuó con fidelidad. Él fue, y es, "el testigo fiel y verdadero". El Señor, en una palabra muy breve, resolvió el punto en disputa, que los samaritanos estaban equivocados, y los judíos tenían razón; los primeros eran ignorantes, los segundos estaban bien instruidos. Cristo luego añadió una razón a lo que acababa de decir "porque la salvación es de los judíos".

Consideramos que la "salvación" aquí es equivalente a "el Salvador", es decir, el Mesías. De esta manera fue la palabra usada por Simeón "Señor, ahora deja a tu siervo partir en paz, según tu palabra: porque mis ojos han visto tu salvación" (Lucas 2:29,30) .Así también, la palabra fue usada por Juan el Bautista, "Y toda carne verá la salvación de Dios" (Lucas 3:6). La fuerza entonces de la declaración de Cristo fue esta: El Salvador, el Mesías, se levantará de entre los judíos y, por lo tanto, la verdadera adoración de Jehová se encontrará entre ellos.

Se puede preguntar: ¿Por qué el Señor Jesús debería referirse a sí mismo bajo la palabra impersonal "salvación"? Un momento de reflexión demostrará su propiedad. Cristo seguía insistiendo en esta mujer sobre el hecho de que era pecadora y, por lo tanto, era inútil ocupar su mente con preguntas sobre lugares de culto. Lo que necesitaba era la salvación, y esta salvación solo podía obtenerse a través del conocimiento de Dios revelado como Padre, en el rostro de Jesucristo.

Tal es la base, y la única base, de la verdadera adoración espiritual. Para adorar al Padre debemos conocerlo; y conocerlo a Él es salvación, y la salvación es vida eterna.

¡Qué lección hay aquí para cada obrero cristiano que respeta la manera de tratar con las almas ansiosas. Cuando estemos hablando con tales, no los ocupemos con preguntas sobre sectas y partidos, iglesias y denominaciones, credos y confesiones. Es cruel hacerlo. Lo que necesitan es la salvación para conocer a Dios, para creer en el Señor Jesucristo. Cerrémoslos a esta única cosa y rehusémonos a discutir cualquier otra cosa con ellos hasta que hayan recibido al Salvador. Las preguntas sobre la membresía de la iglesia, las ordenanzas, etc., tienen su lugar e interés; pero evidentemente no son para pecadores convictos. Demasiada gente está tan estúpidamente ansiosos por engrosar las filas de su partido, que están en grave peligro de pensar más en lograr que la gente se les una a ellos que en llevar a las almas ansiosas simple y plenamente a Cristo. Estudiemos diligentemente el ejemplo del Maestro perfecto en Su trato con la mujer de Sicar.”

CHARLES SPURGEON

“Esa majestuosa palabra de Cristo llevaba consigo convicción; la mujer lo creyó allí mismo.”

JOHN WESLEY

Ustedes adoran y no saben qué; los samaritanos ignoran, no solo el lugar, sino el mismo objeto de adoración. De hecho, temieron al Señor de alguna manera; pero al mismo tiempo servían a sus propios dioses, 2 Reyes 17:33.

La salvación viene de los judíos - Así dijeron todos los profetas, que el Salvador se levantaría de la nación judía, y que desde allí su conocimiento se difundiría a todas las naciones debajo del cielo.”

LUIS PALAU

“Como sucedió en el caso de Nicodemo, Jesús retoma el control de la conversación y maneja las cosas de manera de volver a enfocar la atención en las cuestiones importantes: “Mujer créeme…”

La salvación prometida vendría de los judíos (22c) y se cristalizaría en el Mesías. El concepto estaba claramente expresado en Sal. 147:19–20; Is. 2:3; Am. 3:2; Mi. 4:1–2.2 La salvación procedía de los descendientes de Judá (Gn. 49:10) y estaba dirigida a Israel y a todo el mundo.”

COMENTARIO BÍBLICO MUNDO HISPANO

“Jesús declara explícitamente (v. 22) que la adoración en Gerizim no estaba basada en toda la verdad revelada de Dios y, por lo tanto, no llevaba la aprobación de Dios. Recordamos que ellos aceptaban sólo el Pentateuco como inspirado por Dios, rechazando el resto del AT. Así, su conocimiento de Dios era parcial y por eso su adoración era deficiente. Una explicación por la deficiencia en la adoración en toda generación es el conocimiento parcial de Dios, por no estudiar toda la Biblia.

Nosotros adoramos lo que sabemos, se refiere a un conocimiento que, comparado con la revelación limitada que los samaritanos aceptaban, era completo. No quiere decir que los judíos conocían y obedecían toda la verdad de Dios. El AT enseñaba que el Mesías vendría por el pueblo de Dios, como “simiente de David” y por él la salvación. Se considera que el artículo definido la que precede a salvación se refiere a la única salvación verdadera. El Mesías tendría que ser un judío; sin embargo, los samaritanos abrigaban una esperanza de la venida de un mesías, semejante a Moisés.”

JUAN CALVINO

Tú adoras lo que no sabes, nosotros adoramos lo que sabemos. Ésta es una frase digna de ser recordada, y nos enseña que no debemos intentar nada en la religión precipitadamente o al azar; porque, a menos que haya conocimiento, no es a Dios a quien adoramos, sino a un fantasma o ídolo. Todas las buenas intenciones, como se les llama, son golpeadas por esta sentencia, como por un rayo; porque aprendemos de ella, que los hombres no pueden hacer nada más que errar, cuando son guiados por su propia opinión sin la palabra o el mandato de Dios. Porque Cristo, al defender la persona y la causa de su nación, muestra que los judíos son muy diferentes de los samaritanos. ¿Y por qué?

Porque la salvación viene de los judíos. Con estas palabras quiere decir que tienen la superioridad a este respecto, que Dios había hecho con ellos un pacto de salvación eterna. Algunos lo restringen a Cristo, que era descendiente de los judíos; y, de hecho, desde todas las promesas de Dios fueron confirmadas y ratificadas en él (2 Corintios 1:20), no hay salvación sino en él. Pero como no puede haber duda de que Cristo da preferencia a los judíos por este motivo, que no adoran a una deidad desconocida, sino solo a Dios, quien se reveló a ellos y por quien fueron adoptados como su pueblo; por la palabra salvación debemos entender la manifestación salvadora que les fue hecha acerca de la doctrina celestial.

Pero, ¿por qué dice que fue de los judíos, cuando más bien fue depositado con ellos, para que solo ellos pudieran disfrutarlo? Él alude, en mi opinión, a lo que habían predicho los Profetas, que la Ley saldría de Sion, (Isaías 2:3 ; Miqueas 4:2), porque estuvieron separados por un tiempo del resto de las naciones, con la condición expresa de que el conocimiento puro de Dios fluya de ellos al mundo entero. A esto se suma que Dios no es adorado propiamente sino por la certeza de la fe, que no puede producirse de otra manera que no sea la palabra de Dios. De ahí se sigue que todos los que abandonan la palabra caen en la idolatría; porque Cristo testifica claramente que un ídolo, o una imaginación de su propio cerebro, sustituye a Dios, cuando los hombres ignoran al Dios verdadero; y acusa de ignorancia a todos aquellos a quienes Dios no se ha revelado, porque tan pronto como somos privados de la luz de su palabra, reinan las tinieblas y la ceguera.

Debe observarse que los judíos, cuando habían dejado a un lado traidoramente el pacto de vida eterna que Dios había hecho con sus padres, se vieron privados del tesoro que tenían hasta ese momento; porque aún no habían sido expulsados de la Iglesia de Dios. Ahora que niegan al Hijo, no tienen nada en común con el Padre; porque todo aquel que niega al Hijo, no tiene al Padre (1 Juan 2:23).

Debe formarse el mismo juicio con respecto a todos los que se han apartado de la fe pura del Evangelio hacia sus propias invenciones y las tradiciones de los hombres. Aunque los que adoran a Dios según su propio juicio o tradiciones humanas se adulan y aplauden a sí mismos en su obstinación, ésta sola palabra, que truena desde el cielo, postra todo lo que imaginan divino y santo, Tú adoras lo que no sabes… Sigue de ahí que, si deseamos que nuestra religión sea aprobada por Dios, debe basarse en el conocimiento obtenido de Su palabra.”

PHILIPP MELANCHTHON

“La salvación es de los judíos, es decir, las profecías de Cristo fueron hechas a los judíos, como leemos en Romanos 3:2: Se les han confiado las profecías de Dios. Entonces, hay una distinción entre gentiles y judíos. Las promesas acerca de Cristo fueron hechas a los judíos, no a los gentiles.

Los judíos tienen un testimonio, una palabra de Dios; los gentiles no tienen esto. Pero en lo que respecta a la justicia de Dios, ninguna de las personas tiene ningún privilegio especial, como dice Pablo en Romanos 3:9: ¿Entonces qué? ¿Los superamos? De ninguna manera. Porque hemos acusado tanto a judíos como a griegos de que todos están bajo pecado. Es decir, nadie se salva por las buenas obras. Pero la fe salva y la incredulidad condena.”

JOHN TRAPP

“Cristo también, como hombre, adora, siendo menos que él mismo como Dios. Cristo es adorado por ángeles como Dios, siendo más grande que él mismo como hombre.”

CHARLES SIMEON

“El camino de la salvación ha sido uno y el mismo, desde el mismo momento en que se dio la promesa en el Paraíso, de que “la Simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente." Pero, habiendo sido transmitido sólo tradicionalmente, se conocía de manera muy imperfecta, incluso en la familia de Abraham; y el mundo en general lo olvidó casi, si no del todo. Pero agradó a Dios, cuando sacó de su servidumbre en Egipto a los descendientes de Abraham, darles una revelación escrita de su voluntad, y darles a conocer el camino de la salvación, no solo en su gran artículo principal, el sacrificio de Cristo, sino en muchos detalles minuciosos, como veremos mediante una investigación de su Ley Ceremonial.

La religión judía, en lo que se refiere al camino de la salvación, se basaba totalmente en el sacrificio. Nadie puede acercarse a Dios sin un sacrificio; pero por medio de sacrificios especialmente designados, cada uno puede esperar obtener el perdón de los pecados y la aceptación de su Dios reconciliado. Con este fin se ofrecían sacrificios cada mañana y cada tarde durante todo el año; y en el día de reposo se duplicaban [Núm. 28: 3-4; Num 28: 9-10].

Pero en el gran día de la expiación anual se multiplicaban, con los ritos más significativos que se puedan imaginar. El sumo sacerdote debía tomar la sangre de los sacrificios, llevarla dentro del velo y rociarla sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio, en señal de que las esperanzas de todo Israel se basaban en los sacrificios ofrecidos así como expiación por sus pecados [Levítico 16:14].

Una vez hecho esto, debía ofrecer incienso y luego salir y bendecir al pueblo. Pero, como se ha observado, se establecieron muchas ordenanzas especiales para su instrucción, en cuanto a los puntos más minuciosos a los que se debía prestar atención en esta gran obra. En algunas ocasiones, los ofensores mismos debían imponer sus manos sobre la cabeza de sus sacrificios: en algunos, la sangre de los sacrificios debía rociarse sobre los oferentes; en algunos, la sangre debía ser rociada, mezclada con agua [Levítico 14:6-7. Hebreos 9:19].

Y la eficacia de todas estas ofrendas quedó marcada de forma preeminente en la ordenanza del chivo expiatorio. Habiendo matado una cabra, y su sangre llevada dentro del velo, otra cabra, llamada chivo expiatorio, que había sido elegido por sorteo para este propósito, fue sacada, y se le imputaron todos los pecados de todos los hijos de Israel por las manos del Sumo Sacerdote; y luego fue llevado, con toda la culpa de Israel sobre su cabeza, al desierto, para que nunca más lo viera el hombre; para que todo el pueblo pudiera ver que se quitaban sus iniquidades y que no se les infligiera el castigo que les correspondía.

Ahora, todo esto fue diseñado para mostrar a esa gente el camino de la salvación. Y, en verdad, para aquellos que tenían algún discernimiento espiritual, la salvación se mostraba con una claridad bastante suficiente para las circunstancias en las que se encontraba la gente. Eran niños; y debían ser enseñados como niños, por tipos y sombras: y todos los que miraban a través de esos tipos el sacrificio que representaban, se salvaron tan eficazmente como nosotros al mirar hacia atrás a la ofrenda que ahora se ofreció una vez en el Calvario.

En todo esto estaba representado el cristianismo. ¿En qué se basan las esperanzas de los cristianos, sino en el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo? Excepto a través de su sangre expiatoria, ninguna criatura del universo puede llegar jamás a Dios. Al presentar esa ofrenda, él mismo era el sacerdote, así como la víctima; y habiéndose ofrecido a Dios en la cruz, se levantó de entre los muertos y fue con su propia sangre dentro del velo, para presentarla allí ante el Propiciatorio: y en eso funda su intercesión omnipresente.”

GRANT OSBORNE

“Esto difícilmente quiere decir que todos los judíos serán salvos o que no hay salvación sin volverse judío (eso se debatirá las epístolas de Pablo a los Gálatas y Romanos), sino que Cristo y su salvación vienen de la matriz judía. Entonces Jesús claramente se identifica con su trasfondo judío al responder a la mujer samaritana.”

J.C RYLE

“[Vosotros adoráis lo que no sabéis]. En este versículo, nuestro Señor condena sin titubear el sistema religioso de los samaritanos en comparación con el de los judíos. Los samaritanos no podían mostrar autoridad escrituraria alguna, ninguna revelación de Dios que ordenara y sancionara su adoración. En cualquier caso, era una pura invención humana que Dios jamás había acreditado o autorizado formalmente. No tenían garantías para creer que fuera aceptada. No tenían derecho a sentirse seguros de que sus oraciones, alabanzas u ofrendas fueran recibidas. En resumen, todo era incierto. Prácticamente estaban adorando a un “Dios desconocido”.

Comenta Mede que, en su pregunta acerca del lugar, la mujer samaritana pasó por alto el objeto de la adoración: “Preguntas acerca del lugar de adoración. Pero hay una cuestión mucho más importante en juego entre nosotros, esto es, el Ser al que se debe adorar, respecto al cual eres ignorante”.

[Nosotros adoramos lo que sabemos]. Como contraste con el sistema religioso samaritano, nuestro Señor declara que los judíos podían mostrar por lo menos una base divina y una autoridad escrituraria para todo lo que hacían en su religión. Podían dar razón de la esperanza que había en ellos. Sabían a quién acudían en sus cultos religiosos.

[La salvación viene de los judíos]. Nuestro Señor declara aquí que las promesas de un Salvador y un Redentor pertenecen especialmente a los judíos de Jerusalén. Eran descendientes de la tribu de Judá, y la casa y el linaje de David les pertenecía. En cualquier caso, en este punto los samaritanos no tenían derecho alguno a reivindicar igualdad con los judíos. Aun admitiendo que los samaritanos tuvieran derecho a denominarse israelitas, pertenecían a la tribu de Efraín, de la que en ninguna parte se dice que procedería el Mesías. Y en realidad, los samaritanos eran de un origen tan diluido que no tenían derecho a denominarse israelitas en absoluto.

Creo, junto con Olshausen, que el verdadero significado de “salvación” en este versículo es “el Salvador mismo”. ¿No apunta la afirmación que se hizo a Zaqueo en el mismo sentido? “Ha venido la salvación a esta casa” (Lucas 19:9).

Es muy interesante la expresión “nosotros” que aparece en este versículo. Es un maravilloso, y casi único, ejemplo de la condescendencia de nuestro Señor. Se complacía en hablar de sí mismo tal como aparecía a los ojos de la samaritana, como un miembro de la nación judía: “Yo y todos los otros judíos adoramos lo que sabemos”.

En este versículo se condena firmemente la necedad de suponer que se debe alabar o elogiar la ignorancia en la religión como la madre de la devoción. Cristo quiere que los cristianos “adoren lo que saben”.

Es muy sorprendente el testimonio que se da en este lugar de la veracidad general del sistema religioso judío. Corruptos y malvados como eran los escribas y los fariseos, Jesús declara que la religión judía era verdadera y escrituraria. Es una triste prueba de que una Iglesia puede mantener un credo saludable y, sin embargo, encontrarse en el camino a la perdición.

Hildersam tiene un largo comentario acerca de las palabras “la salvación viene de los judíos” que merece la pena leer. Considerando los tiempos en que vivía, muestra ideas singularmente claras de los propósitos constantes de Dios en lo concerniente a la nación judía. En estas palabras ve la gran verdad de que todas las revelaciones de Dios al hombre se han hecho a través de los judíos en todas las épocas.”

LEON MORRIS

“La razón por la que el conocimiento que los judíos tienen es superior radica en que la salvación (esta es la única vez que Juan usa este término) viene de entre ellos. ¿Cómo interpretar esto? Podría significar que la gente se salvaba siguiendo el sistema judío, y no siguiendo el de los samaritanos. Pero, aparte de la dificultad que tendríamos para conjugar esta afirmación con las enseñanzas de Jesús, el sustantivo “salvación” va precedido de un artículo, dato que probablemente sea bastante significativo. Jesús está hablando de forma concreta de “la salvación”, de «aquel que había de venir para traer salvación». Y dice que la salvación mesiánica viene de la nación judía (“de” los judíos, y no “está en los judíos” o “es gracias a los judíos” [Marsh, p. 217]). El Mesías es un judío.”

SAMUEL P. MILLOS

“Los samaritanos no aceptaban, como se dice antes, más que el Pentateuco, rechazando los libros poéticos y los proféticos. Si la Escritura, Palabra inspirada de Dios, está dada para que el hombre le conozca, y desprecia una parte tan grande de ella, es producir un desconocimiento personal acerca de Él. Ellos adoraban a Dios, pero desconocían gran parte de la revelación de Dios, por ignorancia voluntaria.

La hora de reconstruir o, si se prefiere mejor, reconducir la adoración a lo que realmente es, había llegado. Es el tiempo en que el culto no depende de un lugar determinado, sino de una orientación precisa. El culto no es una actividad, como samaritanos y judíos creían, sino una actitud. Esta verdad va a ser expuesta por Jesús en lo que sigue. Los samaritanos, sin duda con la mejor intención, se habían propuesto adorar a Dios y hacerlo de modo distinto a los judíos, pero adoraban lo que no conocían. Pablo hace constar esto también en el campo gentil, cuando habla de un altar levantado por los atenienses al dios no conocido (Hch. 17:23). La adoración es absurda si se desconoce a quien se adora.”

ALFRED  WIKENHAUSER

“En Juan se lee que Cristo considera la Escritura del AT como revelación divina, reconoce en el templo la casa de su Padre (2,16) y acude a las fiestas en Jerusalén. Cuando Jesús atribuye el recto conocimiento de Dios a los judíos y lo niega a los samaritanos, se trata de un juicio compendiado, y no, en modo alguno, exhaustivo. Los samaritanos profesan la fe monoteísta y tienen la ley de Moisés; pero sólo el pueblo judío posee el verdadero conocimiento y la verdadera adoración de Dios, porque sólo él es el pueblo de la revelación, y sólo él ha guardado fielmente este precioso tesoro.

El verdadero motivo de su afirmación está en el hecho de que, conforme al querer y a los planes de Dios, este pueblo debe comunicar la salvación a los restantes, lo que en concreto significa que de él ha de salir «el Salvador del mundo» (4,42). «Porque había querido hacer depender de Israel la salvación del mundo, el Señor conservó y desarrolló en este pueblo, mediante una progresiva revelación, el recto conocimiento de Dios; de ahí que este pueblo continúe siendo el conservador y depositario de la revelación» (Zahn). Tal es precisamente el sentido de la frase «la salvación viene de los judíos».”

MATTHEW HENRY

“Cristo se refiere a que, por ahora, el único culto legítimo es el de los judíos en el templo de Jerusalén, puesto que de Judá había de surgir el Salvador (Jua_1:17). Así que los samaritanos estaban en un error, con lo que vemos que la ignorancia, en vez de ser la madre de la devoción, es su verdugo. Quienes, con un estudio atento y devoto de las Escrituras, han alcanzado un correcto conocimiento del Dios verdadero, sabrán dar al Señor un culto que a ellos les resultará placentero, y a Dios le será aceptable puesto que saben lo que adoran y adoran lo que saben. Notemos que el Señor Jesús se complace en contarse entre los que adoran a Dios de forma legítima («Nosotros…»). Cuando el Hijo de Dios, en Su humanidad, no se tuvo a menos contándose entre los que rinden culto a Dios, ¿quién se creerá demasiado alto o autosuficiente para pensar que se rebaja al mostrar su piedad religiosa?”

W. PARTAIN – B. REEVES

Porque la salvación viene de los judíos. -- Por esta razón Dios mantenía su contacto con los judíos por medio de los profetas, porque del linaje de Judá y de la familia de David vendría el Salvador del mundo (4:42). "¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios" (Rom_3:1-2). Isa_2:3, de Jerusalén saldría la Palabra del Señor.”

WILLIAM BARCLAY

“En los cultos falsos podemos detectar tres faltas.

(A) Un culto falso es selectivo: se queda con lo que quiere saber de Dios, y omite el resto. Los samaritanos tomaban lo que querían de las Escrituras, y omitían el resto: La religión unilateral es una de las cosas más peligrosas del mundo. Le es muy fácil a cualquiera el aceptar y retener las partes de la verdad de Dios que le interesan y pasar por alto el resto. Hemos visto, por ejemplo, que ciertos pensadores y eclesiásticos y políticos justificaban el apartheid y la segregación racial apelando a ciertos pasajes de la Escritura, mientras olvidaban muchos más que los condenan.

El pastor de una gran ciudad organizó una petición a le clemencia por uno que había cometido un cierto crimen. Le parecía que aquella era una causa en la que la piedad cristiana tenía obligación de intervenir. Sonó su teléfono y, cuando lo descolgó, escuchó una voz femenina que le decía:

-Estoy muy sorprendida de que usted, un pastor evangélico, ponga todo su peso en esta petición de clemencia.

-¿Y qué es lo que le sorprende? -preguntó él.

-Supongo que usted conoce la Biblia.

-Así lo espero.

-Entonces dijo la voz-, ¿no se da usted cuenta de que la Biblia dice «Ojo por ojo y diente por diente»?

Al parecer aquella mujer tomaba la parte de la Biblia que le convenía para su razonamiento, y olvidaba la gran enseñanza de Jesús sobre la misericordia en el Sermón del Monte.

Haríamos bien en recordar que, aunque sabemos que no llegaremos nunca a abarcar todo el orbe de la verdad, debemos proponernos como objetivo la verdad total, sin conformarnos con los fragmentos que nos convengan en nuestra posición.

(B) Un culto falso es ignorante. El culto debe ser el acceso a Dios de la persona total. Tenemos una inteligencia, y la obligación de ejercitarla. La religión puede que empiece por una respuesta emocional; pero pronto le llega el momento en que hay que razonarla. E. F. Scot decía que la religión es mucho más que meramente un ejercicio intelectual intensivo; pero que, no obstante, una gran parte del fracaso en materia de religión se debe a la pereza intelectual más que a ninguna otra causa. El dejar de pensar a fondo las cosas importantes es ya en sí un pecado. En último análisis, una experiencia religiosa no está a salvo hasta que se puede decir, no sólo lo que se cree, sino por qué se cree. La religión es también esperanza; pero una esperanza que tiene una razón de ser y que no defrauda (1Pe_3:15).

(C) Un culto falso es supersticioso. Es un culto que se da, no por un verdadero sentimiento de necesidad o por un deseo auténtico de hacerlo, sino solamente porque la persona cree que sería peligroso no darlo. Mucha gente se niega a pasar por debajo de una escalera, o a llevar el número 13 en una competición o en un concurso, o a emprender cualquier cosa en martes y trece; y se pondrá nerviosa cuando se le derrama la sal, o se le cruza un gato negro, etcétera, etcétera. No es que crean en esas supersticiones; pero tienen la sospecha de que puede que haya en ellas algo de verdad, y por eso es mejor mantenerse a salvo. Hay muchas personas cuya religión se funda en una especie de temor impreciso de lo que les podría suceder si no tuvieran en cuenta a Dios. Pero la verdadera religión se basa, no en el miedo, sino en el amor de Dios y en la gratitud por lo que Dios ha hecho. Demasiada religión no es más que una especie de superstición ritual para esquivar la posible ira de dioses impredecibles.

Jesús define el verdadero culto. Dios, dijo, es Espíritu: En cuanto uno se da cuenta de eso, un nuevo haz de luz le envuelve. Si Dios es espíritu, no está limitado a cosas; y, por tanto, el dar culto a una imagen es, no sólo un absurdo, sino también un insulto a la verdadera naturaleza de Dios. Si Dios es espíritu, no está limitado a lugares; y, por tanto, limitar el culto de Dios a Jerusalén o a ningún otro sitio, es poner un límite a Alguien Que, por naturaleza, sobrepasa todos los límites. Si Dios es espíritu, lo que Le ofrezcamos tienen que ser dones del espíritu. Los sacrificios animales y todas las cosas que hacemos los humanos son inadecuados. Las ofrendas que corresponden a la naturaleza de Dios son los dones del espíritu: amor, fidelidad, obediencia, dedicación.

El espíritu es la parte más elevada de la persona humana. Es la porción que permanece cuando la parte física se desvanece. Es la parte que sueña los sueños y ve las visiones que, a causa de la debilidad y las deficiencias del cuerpo, puede que nunca se hagan realidad. Es el espíritu humano el que es la fuente de sus pensamientos e ideales y deseos más elevados. El verdadero culto es cuando una persona, mediante su espíritu, alcanza la amistad y la intimidad con Dios. El culto genuino no consiste en ir a un cierto lugar, ni en llevar a cabo un cierto ritual o una cierta liturgia, ni en ofrecer ciertos dones. El verdadero culto es cuando el espíritu, la porción invisible e inmortal de la persona, se encuentra con Dios y habla con el Que es invisible e inmortal.

Este pasaje termina con una gran declaración. Se había desplegado ante la Samaritana un panorama tal que la sorprendía y alucinaba. Contenía elementos por encima de su comprensión, maravillosos. Todo lo que pudo decir fue: «Cuando venga el Mesías, el Cristo, el Ungido de Dios, entonces lo entenderemos todo.» Y Jesús le dijo: «Yo, el que estoy hablando contigo, soy el Mesías.» Es como si Jesús dijera que todo eso no es un sueño de la verdad, sino la verdad misma.”

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