miércoles, 8 de marzo de 2023

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 1 VERSICULO 7


 


 

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 1 VERSICULO 7

RV1960

NVI1999

BTX4

Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.

Como testigo para dar testimonio de la luz, a fin de que por medio de él todos creyeran.

este vino como testigo para que diera testimonio de la Luz, a fin de que todos creyeran por medio de él; 

TR+

INA27+

VUL

ουτοςG3778 D-NSM ηλθενG2064 V-2AAI-3S ειςG1519 PREP μαρτυριανG3141 N-ASF ιναG2443 CONJ μαρτυρησηG3140 V-AAS-3S περιG4012 PREP τουG3588 T-GSN φωτοςG5457 N-GSN ιναG2443 CONJ παντεςG3956 A-NPM πιστευσωσινG4100 V-AAS-3P διG1223 PREP αυτουG846 P-GSM 

ουτος G3778:D-NSM Este ηλθεν G2064:V-2AAI-3S vino εις G1519:PREP hacia dentro μαρτυριαν G3141:N-ASF testimonio ινα G2443:CONJ para que μαρτυρηση G3140:V-AAS-3S dé testimonio περι G4012:PREP acerca de του G3588:T-GSN la φωτος G5457:N-GSN luz ινα G2443:CONJ para que παντες G3956:A-NPM todos πιστευσωσιν G4100:V-AAS-3P confíen δι G1223:PREP a través αυτου G846:P-GSM de él

hic venit in testimonium ut testimonium perhiberet de lumine ut omnes crederent per illum

KJV

The same came for a witness, to bear witness of the Light, that all men through him might believe.

TCB

Este vino por testimonio. Jua_1:19, Jua_1:26, Jua_1:27, Jua_1:32-34, Jua_1:36; Jua_3:26-36; Jua_5:33-35; Hch_19:4.

 

A fin de que todos creyesen por él. Jua_1:9; Jua_3:26; Efe_3:9; 1Ti_2:4; Tit_2:11; 2Pe_3:9.

 

COMENTARIOS:

SAN JUAN CRISOSTOMO

“Pero, si no tiene necesidad de ese testimonio, ¿por qué Juan fue enviado por Dios? No porque El tuviera necesidad de su testimonio. Decir eso comportaría una enorme impiedad. ¿Por qué entonces? Nos lo explica el propio san Juan cuando dice: para que todos creyeran por medio de El. Habiendo dicho el mismo Cristo: No acepto el testimonio de un hombre, para que no pareciera a los menos inteligentes que estaba en contradicción consigo mismo, pues antes había dicho: hay otro que da testimonio de mí y sé que el testimonio que da de mí es verdadero, refiriéndose al Bautista, mientras que ahora dice: No acepto el testimonio de un hombre, da inmediatamente la explicación de todo esto diciendo: Digo estas cosas por vosotros, para que seáis salvos.

Lo que equivale a decir: «Yo soy Dios, soy el verdadero Hijo de Dios y tengo su misma feliz naturaleza inmortal, por lo cual no necesito ningún testimonio. Por lo tanto, aunque nadie quisiera dar testimonio de mí, no por eso mi naturaleza quedaría menos enaltecida. Mas, como tengo el deseo de salvar a muchos, he tenido la humildad de descender hasta confiar a un hombre la misión de dar testimonio de mí». Considerando cuan grande fuese la obstinación de los judíos, era de esperar que de este modo ellos creerían en El más fácilmente.”

GARY BURGE

“Esta es la primera vez que encontramos un término de la familia de martys, «testigo» (en griego martyreo, martys, martyria), en este Evangelio. Este grupo de palabras es importante porque comunica lo que sucede cuando el Verbo entra en el mundo. Como en la sala de un tribunal, pruebas y testigos darán un paso al frente para confirmar la verdad en el caso de Jesús. Juan el Bautista es el primero de estos testigos «literarios». Veremos esto de manera más completa en 1:19ss., donde el Bautista (como precursor de Jesús) habla directamente a los dirigentes del judaísmo sobre la identidad de Jesús.

Pero aquí tenemos una prefiguración, un indicio, de que Juan (y otros como él) entrarán en el escenario joánico para dar luz sobre el significado de Jesús (5:31–37, 39; 8:18; 10:25; 15:27; 19:35; 1Jn 5:6–11). Un elemento esencial de la misión de Juan es la negación de su propia relevancia: «… no era la luz». Esto reaparecerá en una triple negación en Juan 1:19–24, sugiriendo que el principal papel de Juan es simplemente identificar y glorificar a Jesús.”

CHARLES SPURGEON

“Queridos amigos, si ustedes y yo conocemos nuestro verdadero destino y somos siervos de Dios, somos enviados para que los hombres, a través de nosotros, crean en Jesús. Juan fue un testigo especial; pero todos debemos ser testigos para completar la cadena del testimonio. Todo cristiano debe reconocer que ha sido enviado por Dios para dar testimonio de la gran Luz, para que, por medio de él, los hombres crean.”

LUIS PALAU

“Juan vino para ser testigo de Dios ante su generación. Cada generación es como un tribunal que observa mientras que los cristianos somos testigos de Jesucristo, la luz, ante ese tribunal. Supongamos que tratáramos de enseñar a un ciego de nacimiento qué es la luz. Podremos decir que hay mucha o poca, que es brillante u opaca, pero a quien jamás ha visto la luz, le resultará muy difícil comprender el concepto. Para poder hablar sobre la realidad de la luz, primero uno debe experimentarla. Un testigo sólo puede atestiguar sobre aquello que conoce, ha visto u oído. De la misma manera, sólo aquel que conoce a Jesucristo en forma personal podrá ser testigo de su luz.

Juan el Bautista tenía un blanco bien definido en la vida, un propósito claro en su existencia. Su meta concreta era que todos creyesen en Jesucristo por medio de su predicación. También debe ser el gran propósito de todo cristiano verdadero, a fin de que todos los que están a nuestro alrededor puedan creer en la luz, en Jesucristo, a través de nuestro testimonio.”

COMENTARIO BIBLICO MUNDO HISPANO

“Plummer observa que la forma sustantiva y verbal aparecen frecuentemente en Juan, pero, en cambio, el adjetivo mártir (martus3144) no se emplea. A veces el término se usa para referirse al testimonio porque se consideraba que el testimonio supremo se daba al morir como mártir de la fe cristiana. El testimonio es una afirmación o aseveración de una cosa de la cual uno está absolutamente seguro. El mártir cristiano, al morir, daba testimonio de su fe en Jesucristo y de la veracidad del evangelio.

Juan insistía que lo que escribía era verídico y que había muchos que daban testimonio a ese hecho. Se mencionan siete que dan testimonio de Jesús: el Padre (5:31, 37; 8:18), Cristo mismo (8:14, 18), el Espíritu Santo (15:26; ver 16:14), las obras de Jesús (5:36; 10:25), las Escrituras (5:39, 45 ss.), Juan el Bautista y una serie de otras personas, entre las cuales figuran la mujer samaritana (4:39), la multitud (12:17) y los discípulos (15:27).

A través del Evangelio, Juan el Bautista se presenta como el que da testimonio. Tal es que muchos opinan que el título “Juan el Testigo” sería más apropiado que “Juan el Bautista”. Es cierto que Juan fue enviado a bautizar, pero el Evangelio pone más énfasis en él como el que da “testimonio” (1:7, 15, 23, 26, 27, 29, 32– 34, 36, 40; 3:26–30; 5:33).”

 

JOHN MACARTHUR

“La misión de Juan no era exaltarse sino ser un testigo del Mesías, dar testimonio de la luz. Él es el primero de ocho testigos que aparecen en el Evangelio de Juan; los otros son: el Padre (5:37), las palabras de Jesús (8:18), las obras de Jesús (5:36; 10:25), las Escrituras del Antiguo Testamento (5:39), algunas personas que lo conocieron (4:29), los discípulos (15:27; 19:35; 21:24) y el Espíritu Santo (15:26). Los términos legales testimonio (marturia) y dar testimonio (martureō) son palabras relacionadas con los hechos, no con la opinión, como en un tribunal de justicia. En el Nuevo Testamento, estos términos se usan principalmente por el apóstol Juan (aparecen 77 de 113 veces en el Evangelio, epístolas o Apocalipsis de Juan).

A Juan se le llama apropiadamente “el Bautista” porque Dios lo envió a bautizar a los pecadores arrepentidos, en preparación para la venida del Mesías (1:31). Con todo, el propósito de todo lo que hacía era ser testigo de Jesús (1:15, 23, 29, 32, 34, 36; 5:33, 36), a fin de que todos creyesen por él.

Las personas creen en Cristo (1:12; 3:18; 6:29) por el testimonio de testigos como Juan. Son los agentes para creer, pero Cristo es el objeto en el cual se cree. En aquel entonces, como en todas las épocas, la salvación era un asunto de fe en Dios y en su palabra (cp. Ro. 4:1-16).”

ALBERT BARNES

“El testimonio de Juan fue particularmente valioso en los siguientes hechos:

1er. Dio testimonio cuando no conocía personalmente a Jesús de Nazaret y, por supuesto, no podría haber habido confabulación o acuerdo para engañar a la gente, Jn 1:31.

2do. Pasó bastante tiempo antes de que llegara a despertar la atención general y a fijar la mente en eso.

3er. Era un hombre reconocido por todos como profeta de Dios "porque todos los hombres tenían a Juan por profeta", Mt 21:26.

4to. Fue con el expreso propósito de declarar de antemano que estaba a punto de aparecer el Cristo.

5to. Fue desinteresado. Él mismo era extremadamente popular. Muchos estaban dispuestos a recibirlo a él como el Mesías. Evidentemente, estaba en su poder formar un gran partido y ser considerado ampliamente como el Cristo. Este era el honor más alto al que podía aspirar un judío; y muestra el valor del testimonio de Juan, que estaba dispuesto a poner todos sus honores a los pies de Jesús, y reconocer que era indigno de desempeñar para él el oficio del siervo más humilde, Mt. 3:11.”

JOHN TRAPP

“Testificó llana y abundantemente, con una pronunciación clara y puntual, para que todos creyeran a través de él. Nuestro Salvador esperaba que los hombres hubieran llegado desde tan lejos para escuchar a su precursor y a él como la reina de Saba vino a escuchar a Salomón, Mt 12:42.

Pero lo único necesario, lamentablemente, se descuida. Los hombres correrán al infierno tan rápido como puedan: y si Dios no puede atraparlos, no les importa, no vendrán a Cristo para que puedan vivir, Jn 5:40.”

GRANT OSBORNE

“Como testigo él fue enviado por Dios para testificar “acerca de esa luz”, es decir, Jesús como el Verbo. Hay un enfoque judicial en este concepto: se presenta a Jesús en la sala del tribunal de este mundo, y el testigo de esta realidad es nada menos que Juan el Bautista.

El propósito de este testimonio domina el evangelio: “a fin de que por medio de él todos creyeran “. El veredicto es claro, y se demostró que Jesús es, en verdad, el Verbo, la luz de Dios. Esto prolonga el mensaje de los versículos 4–5, es decir, el deseo de Dios de que “toda la humanidad” respondiera a la luz tomando una decisión de fe por Cristo. Esto no enseña el universalismo, porque no todas las personas serán salvadas, pero cada persona va a encontrarse con la luz (v. 5) y ser condenado por ella (véase 16:7–8). El tema misionero del evangelio de Juan comienza aquí, preparar al lector para 1:35–39, donde dos de los que escuchan el testimonio del Bautista creen y siguen a Jesús.”

J.C RYLE

“[Para que diese testimonio de la luz]. Esto significa testificar de Jesús como la Luz del mundo, el Mesías prometido, el Cordero de Dios, el Esposo, el Salvador todopoderoso a quien todas las almas en tinieblas deben acudir.

[Todos]. Esto, claro está, no puede significar “toda la Humanidad”. Se refiere a todos aquellos que escucharon el testimonio de Juan y a todos los judíos que estaban buscando verdaderamente un Redentor. Un fin del testimonio de Juan el Bautista era que todos estos creyeran que Cristo era la Luz verdadera.

[Por él]. Esto no significa “a través de Cristo” y por la gracia de Cristo, sino a través de Juan el Bautista y del testimonio de Juan. Es uno de aquellos textos que muestran la inmensa importancia de la obra ministerial. Es un medio y un instrumento por el cual al Espíritu Santo le agradó producir fe en el corazón del hombre. “La fe viene por el oír”. Por medio del testimonio de Juan el Bautista, Andrés fue llevado a creer en Jesús y llegó a ser discípulo. Así ahora, a través de la predicación, los pecadores aprenden a creer en Cristo y son salvos.”

LEON MORRIS

“En primer lugar, se menciona al hombre (“un/ este hombre”, y no “el”, como aparece en alguna traducción) y luego se da una doble referencia al concepto de testificar (“testigo” y “testificar”); para hacer hincapié en el tema, este evangelista suele usar el recurso de la repetición. Muy a menudo habla de Juan solo como testigo. En los Sinópticos lo que se destaca es la predicación del arrepentimiento y su puesta en práctica. Es este evangelio, se subraya su función como testigo de Jesús. Le conocemos como “Juan el Bautista”, pero en este evangelio son pocas las referencias al Bautismo.

Sobre todo, lo sorprendente es que ni siquiera menciona el bautismo de Jesús. En cambio, lo que sí encontramos son numerosas referencias a su testimonio; cf. 1:7; 8, 15, 19, 32, 34; 3:26 (cf. 3:28), 5:33. Para el evangelista del cuarto evangelio lo importante es el testimonio de Juan. Para eso es para lo que vino, y el resto de sus actividades no tenían tanta importancia.

No podemos minimizar este claro hincapié en el concepto del testimonio. Se trata de un tema serio, y es el medio para corroborar que lo que se intenta defender es verdad; podría parecer que tiene a su cargo presentar la defensa en un juicio. Está claro que el autor quiere que sus lectores crean que lo que escribe es cierto. Así que insisten en que hay buenas evidencias que lo respaldan: el testimonio.

Además, este tipo de declaración compromete. Si me siento en el banquillo de los testigos para testificar sobre lo que creo que es verdad, ya no estoy en una posición neutra. Me he comprometido. El evangelista nos muestra que hay personas como Juan el Bautista que se han comprometido a ser testigos de Cristo. Pero además, es lo suficientemente osado como para decir que Dios mismo se ha comprometido.

Da testimonio de varias formas, pero sobre todo se ha comprometido con Jesús, con todo lo que el Hijo fue e hizo. Los seres humanos que han dado testimonio lo han hecho de una manera comprometida, y no podemos restarle importancia a este hecho. Pero el más importante de todos es el testimonio de Dios.”

SAMUEL P. MILLOS

“El Bautista es un reflejo visible de la luz de la que testifica, Juan es como una antorcha que arde en un lugar oscuro (5:35). No se trata de que creyesen en Juan, sino de que creyesen en la luz. De manera que el profeta era el instrumento que Dios había enviado para testificar y conducir a los oyentes a la fe en Cristo. La eficacia del testimonio de Juan, que es testimonio en relación con Jesús, trajo los primeros resultados en los propios discípulos de Juan, que al oírlo hablar siguieron a Jesús. (vv. 36-37). El verdadero predicador del mensaje de Dios busca que los oyentes sigan al Maestro.”

MATTHEW HENRY

“En los versículos Jua_1:19-36, el evangelista nos presenta el vibrante testimonio que de Cristo dio el Bautista; pero, aun antes de referirnos la encarnación del Verbo, introduce el nombre del Precursor y compendia la función que venía a desempeñar. Vemos, pues:

 

I. Un compendio del testimonio que el Bautista venía a dar de Jesús.

1. Su nombre era Juan, que significa «Jehová ha impartido gracia». Y venía «enviado de parte de Dios». Era un hombre, un mero hombre. Place a Dios hablarnos por medio de hombres como nosotros. Juan era un mensajero enviado por Dios, quien le había dado tanto la misión como el mensaje. Juan no obró milagros, pero la pureza de su vida y de su doctrina eran pruebas contundentes de que era un enviado de Dios.

2. A renglón seguido, se nos dice cuál era la misión que traía el Bautista: Éste vino para testimonio. Las instituciones legales de los judíos habían sido por muchos siglos testimonio de Dios. Pero ahora la revelación divina estaba en silencio, y se disponía a ser transmitida por otro canal. De esta nueva revelación, venía Juan a dar testimonio:

(A) El objeto de su testimonio: Vino… para dar testimonio de la luz. La luz es algo que testifica por sí misma. La luz de Cristo no necesita el testimonio de ningún hombre, pero sí lo necesitan las tinieblas del mundo. Juan era como el vigilante de noche, que ronda las calles del lugar y proclama el despuntar del alba a los que tienen los ojos cerrados por el sueño. Dios le envió a proclamar la dispensación en que la vida y la inmortalidad serían sacadas a la luz;

(B) el designio de su testimonio: A fin de que todos creyesen por él, es decir, por medio de su predicación. No habían de creer en él, sino, por medio de él, en Cristo. Después veremos cuán bien cumplió Juan con esa misión, pues dirigió a los hombres, no a que lo mirasen a él, sino a que pusiesen sus ojos en Cristo. Si no querían recibir el testimonio de un mero hombre, pronto verían que el testimonio de Dios era mucho más grande. Su testimonio abarcaba a todos los hombres sin excluir a ninguno, excepto a los que se excluyesen a sí mismos.”

MARTIN LUTERO

“El evangelista parece prestar muy poca atención al Bautista porque se limita a decir que Juan había de ser un testimonio para testificar y predicar a los judíos acerca del que era la Luz y la Vida de la humanidad. No dice que Juan instruyera al pueblo acerca de su estricta vida ascética, de beber sólo agua o de vestir un traje de pelo de camello, ni de subsistir a base de langostas y miel silvestre, cosa que hubiera significado el intento de crear una nueva secta al prometerles la salvación a través de la imitación de su ejemplo, y sin duda hubiera atraído a gente, pero hacia su persona, convirtiéndose en el fundador de una nueva doctrina o secta. ¡De ningún modo! Llega a nosotros como testimonio para señalar a Cristo y declarar que es el Cordero de Dios. De acuerdo con esta misión, aleja a todos, incluso a sus propios discípulos y los encamina hacia Cristo el Señor. Quería decir: «Yo no soy el Cristo, no soy la Luz, no puedo iluminaros ni daros la vida. Debo dar testimonio y predicar de Cristo, no a hablaros de mi piel de camello ni de ninguna otra fase de mi vida ascética. Con mi pobre apariencia sólo deseo provocar vuestra única atención al testimonio que doy de Cristo, Vida y Luz de la humanidad. Fue Dios y Creador de los cielos y de la tierra, desde toda la eternidad y ahora, ha asumido naturaleza humana y habita entre nosotros. Es el novio, de la novia».

ORIGENES

“Algunos se esfuerzan en desaprobar los testimonios de los profetas, respecto de Jesucristo, diciendo que el Hijo de Dios no necesita de testimonios, porque tiene en sí suficientes motivos para hacer creer, tanto por sus saludables palabras como por sus milagros. Y el mismo Moisés mereció ser creído por su palabra y sus milagros, no necesitando de otros testimonios. Responderemos a esto que, existiendo muchas causas para creer, los que no se mueven por una demostración, se admiran por otra. Y puede Dios dar muchas pruebas también a los hombres, para que crean en El, que se ha hecho hombre por todos los hombres.

Consta, además, que algunos se han visto obligados a admirar a Jesucristo por los testimonios de los profetas, asombrándose de que fueran tantos los que anunciaron con su voz, antes de su venida, el lugar de su nacimiento y otras cosas por el estilo. También debe advertirse, que las prodigiosas virtudes de Jesucristo podían impulsar a creer a los que vivían en su tiempo, pero no del mismo modo hubiesen podido ser atraídos a la misma fe si hubieran vivido después de mucho tiempo. Porque entonces hubiesen podido considerar como fábula lo que acerca de ello se les refiriese.

Porque cuando los milagros han pasado, alienta más la fe su consonancia con las profecías. También es preciso decir que algunos han sido honrados por este testimonio dado a Dios. Quiere, pues, privar al coro de los profetas de una gran gloria el que dice que no convenía que ellos diesen testimonio de Jesucristo. Y a éstos debe agregarse San Juan, que da testimonio de la luz.”

BEDA (EL VENERABLE)

“Pero no dice: para que todos creyesen en él, porque es maldito aquel hombre que confía en el hombre (Jer.17:5), sino "para que todos creyesen por él", esto es para que creyesen en la luz por testimonio suyo.”

W. PARTAIN – B. REEVES

“Hay diferencia entre predicar y testificar. Juan predicaba, pero aquí se enfatiza su testimonio. "Lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos" (3:11); Juan testificó lo que vio: "Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio que éste es el Hijo de Dios" (1:33, 34). "Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio" (15:27). El autor de este libro dice, "Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis... Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero" (19:35, 21:24). Los dos Juan dieron su testimonio de lo que vieron y de lo que recibieron de Dios.

            Mateo, Marcos, Lucas y Juan nos registran el hecho, la realidad, de Cristo, porque la salvación del mundo depende de nuestra creencia en ese hecho. Para confirmar ese hecho, Juan presenta mucho testimonio para confirmarlo.

            Como los apóstoles testificaban de Cristo después de su manifestación, Juan testificaba de El antes de su manifestación. Sobre todo Juan era un testigo de Cristo (1:7; 5:33, 35). En toda la predicación testificaba de Cristo. Cuando predicó el arrepentimiento, dijo que el reino (de Cristo) se había acercado. Cuando bautizaba, decía que "el que viene tras mí... él os bautizará en Espíritu Santo y fuego" (Mat_3:11). Al ver a Jesús dijo, "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jua_1:29).

A fin de que todos (tanto gentiles como judíos) creyesen por él. -- Hch_19:4. Los todos de este texto incluye a todos los que consideran su testimonio porque como Abel, "muerto, aún habla" (Heb_11:4). Muchos creen que la fe de nosotros es una confianza ciega y, por eso, ignorancia, mientras que la ciencia es conocimiento verdadero, pero aunque la fe que salva tiene plena confianza en Dios, se basa en la palabra de Dios (Rom_10:17) que no es mitología sino realidad. Nuestra fe se basa en mucho testimonio (mucha evidencia innegable). Compárese Hch_1:3. Hay multiplicada evidencia para probar lo que la Biblia dice.”

WILLIAM BARCLAY

“Es más importante fijarnos en que en este pasaje encontramos otra de las grandes palabras clave del Cuarto Evangelio: la palabra testigo. El Cuarto Evangelio nos presenta un testigo tras otro, no menos de ocho, del supremo puesto que corresponde a Jesucristo.

(1) Está el testimonio del Padre. Jesús dijo: "El Padre que Me envió ha dado testimonio de Mí» (5:37). «El Padre que Me envió da testimonio de Mí» (8:18). ¿Qué es lo que quería decir Jesús? Quería decir dos cosas.

(a) Quería decir algo que Le afectaba a Él mismo. En Su corazón Le hablaba la íntima voz de Dios, que no Le dejaba la menor duda acerca de Quién era Él y de lo que Dios Le había enviado a hacer. Jesús no consideraba que había sido Él el Que había elegido esa misión. Su íntima convicción era que Dios Le había enviado al mundo a vivir y a morir por la humanidad.

(b) Quería decir algo que afectaba a la humanidad. Cuando una persona se encuentra cara a cara con Cristo, siente la convicción íntima de que Él no es sino el Hijo de Dios. El Padre Tyrrell ha dicho que el mundo no puede escapar nunca de ese «extraño Hombre en la Cruz.» Esa fuerza interior que siempre nos hace volver los ojos a Cristo hasta cuando queremos olvidarle, esa voz interior que nos dice que este Jesús no es otro que el Hijo de Dios y el Salvador el mundo es el testimonio de Dios en lo íntimo del alma.

(2) Está el testimonio de Jesús mismo. "Yo soy --dijo Él Que doy testimonio de Mí mismo» (8:18). «Aunque Yo doy testimonio acerca de Mí mismo -dijo-, Mi testimonio es verdad» (8:14): ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que Su mejor testimonio. era lo que Jesús era. Decía ser la luz y la vida y la verdad y el camino. Decía ser el Hijo de Dios y Uno con el Padre. Decía ser el Salvador y Maestro de la humanidad. A menos que Su vida y carácter fueran como eran, aquella habría sonado a demencia y blasfemia. Lo que Jesús era en Sí mismo era el mejor testigo de que lo que decía ser era verdad.

(3) Está el testimonio de Sus obras. Él dice: «Las obras que el Padre Me ha concedido cumplir... dan testimonio de Mí» (5:36). «Las obras que Yo hago en nombre de Mi Padre, dan testimonio de Mí» (10:25). Después de decirle a Felipe que existe una total identidad entre el Padre y Él, Jesús añade: «Creedme por las mismas obras» (14:11). Uno de los pecados incomprensibles de los hombres es que han visto Sus obras y no han creído (15:24). Debemos darnos cuenta de una cosa: Cuando Juan hablaba de las obras de Jesús, no estaba refiriéndose sólo a Sus milagros; estaba pensando en toda la vida de Jesús. No se refería solamente a Sus grandes momentos excepcionales, sino a cómo vivía Jesús todos los momentos del día. Jesús no podría haber realizado aquellas obras maravillosas si no hubiera estado en contacto más íntimo con Dios que los demás hombres de todos los tiempos; pero, igual: no podría haber vivido aquella vida de amor y piedad, compasión y perdón, servicio y ayuda en la vida de cada día si no hubiera estado en Dios y Dios en Él. No es haciendo milagros como podemos demostrar que pertenecemos a Cristo, sino viviendo una vida semejante a la Suya todos los momentos del día. Es en las cosas normales y corrientes en las que mostramos que pertenecemos a Él.

(4) Está el testimonio, que dan de Él las Sagradas Escrituras. Jesús dijo: «Escudriñáis las Escrituras porque creéis que tenéis en ellas la vida eterna; y son ellas las que dan testimonio de Mí» (5:39). «Si creyerais a Moisés me creeríais a Mí; porque él escribió de Mí» (5:46): Felipe estaba convencido de que había encontrado a Aquel de Quien escribieron Moisés y los profetas (1:45). A lo largo de toda la historia del pueblo de Israel, hombres y mujeres habían estado soñando con el día en que vendría el Mesías de Dios. Se habían tratado de hacerse una idea de cómo sería; y ahora, en Jesús de Nazaret; todos sus sueños e ideas y esperanzas se habían hecho realidad totalmente. Aquél a Quien el mundo estaba esperando, por fin había llegado.

(5) Está el testimonio del último de los profetas, Juan el Bautista. «Vino como testigo, para dar testimonio de la luz» (1:7-8). Juan dio testimonio de haber visto descender sobre Jesús al Espíritu Santo. Aquél en el que culminaba el testimonio de los profetas fue el que dio testimonio de Jesús como Aquél al que señalaba todo el testimonio profético.

(6) Está el testimonio de aquellos con los que Jesús se puso en contacto. La mujer de Samaria dio testimonio de la intuición y del poder de Jesús (4:39). El que había nacido ciego dio testimonio de Su poder sanador (9:25, 38). Los que fueron testigos de Sus milagros testificaron de cómo se habían maravillado de lo que Jesús hacía (12:17). Hay una leyenda que nos cuenta que el Sanedrín buscaba testigos para condenar a Jesús. Vino una multitud de personas diciendo: «»Yo era leproso y me curó.» "Yo era ciego y me dio la vista.» "Yo era sordo y me abrió los oídos.» Esa era precisamente la clase de testimonio que no quería el Sanedrín. En todas las épocas y generaciones ha habido una gran multitud de personas que estaban dispuestas a dar testimonio de lo que Cristo había hecho por ellos.

(7) Está el testimonio de los discípulos y especialmente del autor de este evangelio. La comisión de Jesús a Sus discípulos fue precisamente: «Vosotros también sois mis testigos, porque habéis estado -conmigo desde el principio» (15:27). El autor del evangelio es un testigo y garante personal de las cosas que cuenta. De la Crucifixión escribe: "El que lo vio ha dado testimonio,. y su testimonio es verdad» (19:35). «Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y escribió estas cosas» (21:24). Lo que él cuenta no es lo que se dice por ahí, no algo que sabe, de segunda mano, sino lo que él mismo ha visto y conoce por propia experiencia. El mejor testigo de todos es el que puede decir: «Esto es verdad, porque yo lo sé por propia experiencia.»

(8) Está el testimonio el Espíritu Santo. «Cuando venga el Consolador... el Espíritu de la verdad... dará testimonio de Mí» (15:26). Juan escribe en la Primera Epístola: «Y el Espíritu es el testigo, porque el Espíritu es la verdad» (1Jn_5:6). Para los judíos, el Espíritu tenía dos funciones: traía la verdad de Dios a los hombres, y les permitía reconocer esa verdad cuando la veían. Es la obra del Espíritu Santo dentro de nuestro corazón lo que nos permite reconocer a Jesús como el que es y confiar en Él por lo que puede hacer.

Juan escribió su evangelio para presentar un testimonio incontestable de que Jesucristo es la Mente de Dios plenamente revelada a la humanidad.”

SERAFIN DE AUSEJO

“Juan necesita al Bautista como una especie de testigo principal frente a los judíos. Debe, pues, deponer un claro testimonio en favor de Jesús como Mesías, Hijo de Dios y revelador escatológico; cuando envía a sus propios discípulos que sigan a Jesús está mostrando -en contra de los seguidores del Bautista y en contra de los judíos- lo que hubiera debido ocurrir realmente gracias al testimonio del Bautista, a saber: que todos hubieran debido llegar a la fe en Jesús. Esa es la nueva imagen del Bautista tal como la proyecta el cuarto Evangelio.”


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