EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 1
VERSICULO 51 |
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RV1960 |
NVI1999 |
BTX4 |
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Y
le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo
abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del
Hombre. |
Ciertamente
les aseguro que ustedes verán abrirse el cielo, y a los ángeles de Dios subir
y bajar sobre el Hijo del hombre. |
Y
le dice: De cierto, de cierto os digo: Veréis el cielo abierto y a los
ángeles de DIOS subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre. |
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TR+ |
INA27+ |
VUL |
|
καιG2532
CONJ λεγειG3004 V-PAI-3S αυτωG846 P-DSM αμηνG281 HEB αμηνG281 HEB λεγωG3004
V-PAI-1S υμινG4771 P-2DP απG575 PREP αρτιG737 ADV οψεσθεG3708 V-FDI-2P
τονG3588 T-ASM ουρανονG3772 N-ASM ανεωγοταG455 V-2RAP-ASM καιG2532 CONJ
τουςG3588 T-APM αγγελουςG32 N-APM τουG3588 T-GSM θεουG2316 N-GSM
αναβαινονταςG305 V-PAP-APM καιG2532 CONJ καταβαινονταςG2597 V-PAP-APM
επιG1909 PREP τονG3588 T-ASM υιονG5207 N-ASM τουG3588 T-GSM ανθρωπουG444
N-GSM |
και G2532:CONJ Y λεγει G3004:V-PAI-3S
está diciendo αυτω G846:P-DSM a él αμην G281:HEB Amén αμην G281:HEB amén λεγω
G3004:V-PAI-1S estoy diciendo υμιν G4771:P-2DP a ustedes οψεσθε
G3708:V-FDI-2P verán τον G3588:T-ASM a el ουρανον G3772:N-ASM cielo ανεωγοτα
G455:V-2RAP-ASM habiendo abierto και G2532:CONJ y τους G3588:T-APM a los
αγγελους G32:N-APM mensajeros του G3588:T-GSM de el θεου G2316:N-GSM Dios
αναβαινοντας G305:V-PAP-APM subiendo και G2532:CONJ y καταβαινοντας
G2597:V-PAP-APM bajando επι G1909:PREP sobre τον G3588:T-ASM a el υιον
G5207:N-ASM Hijo του G3588:T-GSM de el ανθρωπου G444:N-GSM hombre |
et
dicit ei amen amen dico vobis videbitis caelum apertum et angelos Dei
ascendentes et descendentes supra Filium hominis |
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KJV |
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And he saith unto him,
Verily, verily, I say unto you, Hereafter ye shall see heaven open, and the
angels of God ascending and descending upon the Son of man. |
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TCB |
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De
cierto os digo. Jua_3:3, Jua_3:5; Jua_5:19,
Jua_5:24, Jua_5:25; Jua_6:26, Jua_6:32, Jua_6:47, Jua_6:53; Jua_8:34,
Jua_8:51, Jua_8:58; Jua_10:1, Jua_10:7; Jua_12:24; Jua_13:16; Jua_13:20,
Jua_13:21, Jua_13:38; Jua_14:12; Jua_16:20, Jua_16:23; Jua_21:18. De
aquí adelante veréis. Eze_1:1; Mat_3:16;
Mar_1:10; Luc_3:21; Hch_7:56; Hch_10:11; Apo_4:1; Apo_19:11.
Y
los ángeles de Dios. Gén_28:12; Dan_7:9,
Dan_7:10; Mat_4:11; Luc_2:9, Luc_2:13; Luc_22:43; Luc_24:4; Hch_1:10,
Hch_1:11; 2Ts_1:7,– 2Ts_1:9; 1Ti_3:16; Heb_1:14; Jud_1:14.
Sobre
el Hijo del hombre. Jua_3:13, Jua_3:14;
Jua_5:27; Jua_12:23, Jua_12:24; Dan_7:13, Dan_7:14; Zac_13:7; Mat_9:6;
Mat_16:13-16; Mat_16:27, Mat_16:28; Mat_25:31; Mat_26:24; Mar_14:62;
Luc_22:69. |
COMENTARIOS:
CHARLES SPURGEON
“La
belleza de esto, en este caso, es que aunque Natanael obtuvo una promesa para
sí mismo al principio, "Cosas
mayores que estas verás", sin embargo, esto se basó en la promesa para
todos sus hermanos, porque el versículo 51 no dice ", te digo, sino os digo, y no dice verás, sino: “De cierto, de cierto os digo: De aquí
adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y
descienden sobre el Hijo del Hombre."
¡Es
algo grandioso recibir una promesa personal, pero es aún más grande asegurar
una promesa para toda la casa de nuestro Maestro! Feliz Natanael por haber sido
la ocasión para el anuncio de la apertura del cielo y el comercio entre el
cielo y la tierra, ¡la comunión de los santos con las cosas del cielo a través
de su Mediador y Señor! Esta es la forma más elevada de bendición cuando no
solo somos favorecidos, nosotros mismos, sino que somos la ocasión para
enriquecer a los demás. ¿No fue esta la herencia elegida de Abraham: "Te bendeciré y serás bendición"?
LA
VISTA ESPECIAL que le fue prometida a Natanael es que Iba a ver un cielo abierto. Las puertas de la gloria no solo se abren
ahora para los creyentes, sino que se abren de inmediato y el cielo se abre a
todos sus ciudadanos, incluso a los que habitan abajo. Este es un gran gozo
para el corazón creyente, porque la comunión libre con el Cielo es el deleite de nuestro espíritu.
No
puedo extenderme sobre esto, que es digno de otro sermón, pero no puedo decir
menos que esto: que en Cristo los santos se acercan mucho a Dios, porque
incluso ahora han venido a la Jerusalén celestial. El derecho al voto de la
nueva Jerusalén se extiende a estas regiones bajas en las que vivimos. El velo
se rasga y tenemos acceso a lo más sagrado. Se quita el muro de separación y
ahora la morada de la Iglesia de abajo es un anexo del Cielo, un distrito
suburbano de la ciudad metropolitana de la Nueva Jerusalén. No se cerrarán las
puertas, ni se creará división, ni se suspenderá la comunión. ¿No es algo
glorioso que en la Persona de Cristo Jesús, el cielo se abre a la tierra y la
tierra se abre a las comunicaciones con el cielo?
Luego,
el Señor pasó a prometer que debería ver que la comunión entre el Cielo y la
tierra, a través del Mediador, no solo es
posible, sino real. La escalera está puesta y hay ángeles subiendo y
bajando por ella. Dios escucha, ayuda y habla a los creyentes de corazón puro.
Observe que, según el texto, los ángeles
ascienden primero. Dice, "Descendiendo
y ascendiendo", como podríamos suponer naturalmente, pero ellos
ascienden primero porque cuando Jesús estaba en la tierra ya estaban aquí y
ascendieron a Su mandato para llevar Sus mensajes hacia arriba. Cuando
Jesucristo estuvo aquí, nunca estuvo sin su guardaespaldas de ángeles y estos
fueron sus mensajeros a los atrios de arriba.
Nosotros,
amados, hoy estamos rodeados por las fuerzas del Eterno; no tienen que venir a
nosotros por primera vez; he aquí, durante muchos años, han estado vigilando y
guardando el redil de los redimidos. Y cuando llega un nuevo peligro, se
apresuran a hacer el papel de vigilantes y guardianes y a llevar noticias a los
centinelas del cielo. Oremos, porque mientras oramos, nuestras oraciones ascienden
al cielo y también nuestras alabanzas. Si llevamos una vida angelical, nuestros
pensamientos siempre irán al cielo o regresarán. Amado, ¿te has dado cuenta de
esto, que al haber creído en Cristo sobre el testimonio de Su Palabra, ahora tienes
el derecho de acceder al Trono Eterno en todo momento? ¡No tienes más que
hablar y Dios te oirá!
Algunos
del pueblo de Dios no saben mucho sobre esto. Orar es un ejercicio religioso,
un ejercicio muy apropiado, pero para algunos no es un hablar con Dios, no es
negociar con Dios y obtener provisiones de Sus manos. Es una escalera sin
ángeles, o, si lo desea, solo con ángeles ascendentes, ¡pero ninguno baja con
dones celestiales! Amado, espero que no hayas caído en este error. ¿Qué? ¿No es
real la oración para ti? ¿No esperas nada de él? ¿Enviarías un ángel a hacer un
recado tonto? ¿Ascienden estos al cielo en un mero juego y se apresuran hacia
arriba y hacia abajo sin hacer nada? Demasiados vienen ante Dios y piden todo
en general, pero nada en particular, y reciben pocas respuestas a sus inútiles
oraciones.
Muchos
más están muy flojos en la oración y, por lo tanto, mueren de hambre sus almas.
¡Muchos ángeles deben subir si muchos han de bajar! La oración debe ser
constante y real con nosotros. Deberíamos vivir como si realmente tuviéramos
poder con Dios, como si, como Elías, pudiéramos ir a la cima del Carmelo y orar
a un cielo de bronce e inundar la tierra con lluvias de bendiciones. ¿Eres incapaz
de vivir así? Entonces la culpa está en tu propia puerta.
¿Qué
fue lo siguiente? Natanael vería a los ángeles descender sobre el Hijo del
Hombre, es decir, vería los espíritus celestiales y las bendiciones que
descendían al hombre por medio de Jesucristo. El que cree verdaderamente en Cristo y no tiene engaño, recibirá
bendiciones continuas de lo alto: ¡se le abrirá todo el cielo! Dios lo
ayudará con la Providencia; lo ayudará con Gracia; lo ayudará con ángeles reales
y lo ayudará espiritualmente con todo el poder que le ha dado a Cristo en el
cielo y en la tierra.
¡Cuán
fervientemente deseo que esta Iglesia, esta mañana, pueda ver por sí misma lo
que mis ojos han visto por mí mismo, porque mi fe ve el Cielo abierto para
suplir las necesidades de la obra de Cristo y
todo el poder de Dios obrando para lograr Sus propósitos!
Esta
visión especial que Jacob sólo vio en un sueño, nosotros la convertiremos en
una esplendente realidad. En este preciso día, subiremos y bajaremos por la
escalera cada hora, escalando en comunión y bajando en esfuerzos para salvar a
nuestros semejantes. Oh Señor Jesús, esta es Tu promesa. Permítenos tener el
gozo de verla cumplida.”
A.T ROBERTSON
“αμην αμην Palabra hebrea transliterada
al griego, y luego al castellano (nuestra palabra «amén»). Juan siempre la
repite, no a solas como en los Sinópticos, y sólo en las palabras de Jesús, lo
que es una ilustración de la manera autoritativa de hablar de Jesús, como se ve
también en legö humin (os digo a
vosotros). Nótese el plural humin
aunque autöi justo antes de él está
en singular (a él). Así, Jesús se dirige a los demás además de a Natanael.
El
cielo abierto (ton ouranon aneöigota).
Segundo participio perfecto en voz activa de anoigö con doble reduplicación, manteniéndose abierto. Estas
palabras recuerdan lo que aconteció en el bautismo de Jesús (Mt. 3:16 = Lc.
3:21), pero la referencia inmediata es al cielo abierto como el símbolo de una
relación libre entre Dios y el hombre (Is. 64:1) y como fue posteriormente
ilustrado en la muerte de Esteban (Hch. 7:56).
Hay
una cita de Génesis 28:12ss., de la visión de Jacob en Betel. Aquello fue un
sueño de Jacob, pero Cristo mismo es el vínculo de comunión entre el cielo y la
tierra, entre Dios y el hombre, por cuanto Jesús es a la vez «el Hijo de Dios», como había dicho
Natanel, y «el Hijo del Hombre» (epi ton huion tou anthröpou), como aquí
se designa Jesús a sí mismo. Dios y el hombre se encuentran en Cristo. Él es la
verdadera Escalera de Jacob. Jesús dirá: «Yo
soy el Camino». Él es más que el Rey de Israel, es el Hijo del Hombre (la raza).
Así
de rápidamente ha introducido este Evangelio el testimonio del Bautista, la fe
de los primeros discípulos, las declaraciones de Jesucristo acerca de sí mismo,
la imagen totalmente desarrollada del Logos
que es a la vez Dios y hombre, moviendo a los hombres y ganándolos para su
servicio. Al final de su ministerio Cristo le dirá a Caifás que él verá al Hijo del Hombre sentado a la diestra del
poder y viniendo con las nubes del cielo (Mr. 14:62). Aquí, ya en el mismo
comienzo, Jesús es consciente de la final culminación y, en un lenguaje
apocalíptico y escatológico que no comprendemos en su plenitud, expone la
dignidad y majestad de su Persona.”
GARY BURGE
“Juan
1:51 nos introduce también por primera vez a la curiosa expresión «Hijo del
Hombre». Esta es una traducción literal del arameo y no era muy común en
griego. Lo curioso es que Jesús la utilice frecuentemente en los Evangelios como
su forma preferida de describirse a sí mismo. El Cuarto Evangelio consigna
trece veces su utilización, mientras que los sinópticos lo hacen en sesenta y
nueve ocasiones. Pablo no la utiliza y solo aparece, en labios de Esteban, en
Hechos 7:56.
Aunque
«Hijo del Hombre» es posiblemente una expresión hebrea autoasertiva que
significa «yo», en su contexto debió de tener otras connotaciones. En Daniel
7:13–14 parece el título de una personalidad celestial que recibe la autoridad
final de mano de Dios. Jesús retoma probablemente este término y lo utiliza de
manera extensiva para evitar títulos como Mesías, Hijo de David y Rey de
Israel», que estaban cargados de connotaciones políticas. Con él puede forjarse
una identidad suficientemente ambigua como para evitar las fantasías de las
esperanzas mesiánicas del judaísmo, y lo suficientemente clara para transmitir
notas de divinidad y autoridad.”
DAVID GUZIK
“El
anuncio de Jesús de los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo
del Hombre probablemente conecta con el sueño de Jacob en Génesis 28:12, donde
Jacob vio una escalera de la tierra al cielo, y los ángeles ascendían y
descendían sobre ella. Jesús dijo que Él
era la escalera, el enlace entre el cielo y la tierra. Cuando Natanael
llegara a entender que Jesús es el mediador entre Dios y el hombre, sería una
señal aún más grande (Cosas mayores que estas verás).
“Ahora
aprende que Jesús es la verdadera escalera que es el puente en la brecha entre la
tierra y el cielo.” (Tasker). Esta parece una referencia bastante oscura, pero
fue extremadamente significativa para Natanael. Posiblemente era la misma
porción de la Escritura sobre la que estaba meditando bajo la higuera.”
LUIS PALAU
“En
verdad son palabras misteriosas, y tratar de dar una explícación concluyente
sería presumir y entrar en el reino de lo especulativo. Sin embargo, podemos
explorar las posibilidades.
Tal
vez a los apóstoles las palabras no les hayan parecido tan misteriosas. Quizás
hubo experiencias de ese tipo que no están relatadas en los evangelios. Sabemos
que cuando Jesús fue tentado en el desierto, los ángeles le ministraban y le
servían (Mt. 4:11). En el jardín de Getsemaní apareció un ángel para
fortalecerlo (Lc. 22:43). El declaró que su Padre podría enviar legiones de
ángeles (Mt. 26:53). Tal vez a los apóstoles se les haya permitido ver alguna
de estas cosas. No lo sabemos.
Este
versículo también puede hacer referencia a la escalera similar que vio Jacob en
su sueño (Gn. 28:10– 16), y al hecho de que Cristo es la escalera mediadora
entre Dios y los hombres (1 Ti. 2:5). Más adelante Jesús afirmaría que él es el
único camino al Padre (Jn. 14:6), y quienes nos hemos acercado a Jesucristo,
sabemos que un día no sólo le veremos en el cielo sino que además estaremos
para siempre con él (1 Ts. 4:17).”
COMENTARIO BIBLICO MUNDO HISPANO
“Parece que la visión tendría que ver con la comunicación libre y continua entre el Padre y su Hijo antes de la ascensión y, después, entre el Padre y la iglesia. Suben y descienden parece indicar que los ángeles estaban en la tierra, pues su primera acción es subir. Si la referencia es a la visión de Jacob, Jesús mismo tomaría el lugar de la escalera, el vínculo entre los cielos y la tierra (ver 3:13). Su ministerio sería el de revelar a Dios, su voluntad y las realidades celestiales a los habitantes de la tierra. Varios comentaristas llaman la atención al tiempo perfecto del verbo abierto, el cual significa una acción cumplida, pero cuyos resultados permanecen. Basado en esta observación, Strachan entiende que este versículo es la clave para el concepto cabal que Juan tenía de Jesús. Dicho autor dice que “el cielo abierto de par en par y los ángeles subiendo y descendiendo simbolizan todo el poder y amor de Dios, ahora al alcance de los hombres, en el Hijo del Hombre.”
JUAN CALVINO
“Ascendiendo y descendiendo sobre el Hijo del
hombre. Esta segunda cláusula se refiere a los ángeles. Se dice que
ascienden y descienden, para ser ministros de la bondad de Dios para con
nosotros; y, por tanto, este modo de expresión señala la relación mutua que existe entre Dios y los hombres. Ahora
debemos reconocer que este beneficio fue recibido por medio de Cristo, porque
sin él los ángeles tienen más bien una enemistad mortal contra nosotros que un
cuidado amistoso para ayudarnos.
Se
dice que ascienden y descienden sobre el
hijo del hombre, no porque le ministren, sino porque, en referencia a él y
por su honor, incluyen a todo el cuerpo de la Iglesia en su amable consideración.
Tampoco tengo ninguna duda de que alude a la escalera que se le mostró al
patriarca Jacob en un sueño (Génesis 28:12;) porque lo que fue prefigurado por esa visión se cumple realmente en
Cristo.
En
resumen, este pasaje nos enseña que aunque toda la raza humana fue desterrada
del reino de Dios, la puerta del cielo ahora se nos abre, de modo que somos
conciudadanos de los santos y compañeros de los ángeles ( Efesios 2:19;) y que
ellos, habiendo sido nombrados guardianes de nuestra salvación, desciendan del
reposo bendito de la gloria celestial para aliviar nuestras angustias.”
JOHANNES BRENZ
“En la medida en que me dé a conocer al
mundo, más tarde revelaré y revelaré más completa y extensamente quién soy.
Porque por mi resurrección, ascensión y envío del Espíritu Santo, mostraré más
claramente que soy el Hijo de Dios y el rey de Israel. Así, dice, verás el cielo abierto. Es decir,
todavía no estoy revelando completamente mi divinidad. Pero después, cuando
haya ascendido al cielo, habré enviado al Espíritu Santo, entonces se revelará
claramente que soy el Hijo de Dios.
Además,
aquí Cristo se interpreta a sí mismo como la escalera que Jacob vio mientras
dormía. En Génesis 28 está escrito que Jacob vio mientras dormía una escalera
de pie sobre la tierra, con su punta llegando al cielo. Y los ángeles de Dios
subían y bajaban sobre él. Y el Señor, apoyándose en la escalera, dijo: Yo soy el Señor Dios. Esta escalera es Cristo,
que llena todas las cosas. Dice: El cielo
es mi trono y la tierra el estrado de mis pies. Descendió a la tierra,
vistiéndose de humanidad, y ascendió de nuevo al cielo para llenar todas las cosas.
Los
ángeles de Dios también ascienden y descienden, porque nadie ha subido al cielo
sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Por
consiguiente, aunque muchos se esfuercen por ascender al cielo, pueden ascender
por esta única escalera, más allá de la cual no hay otro camino a las cosas que
están arriba. Dice, yo soy el camino, yo
soy la puerta. Agregue a esto que también se dice que los ángeles ascienden
y descienden en Cristo porque toda ayuda, defensa y poder está situado en
Cristo. Porque se dice que el Señor obra y defiende por medio de sus ángeles, como
leemos: Porque él mandará a sus ángeles
acerca de ti. El Señor se apoya en la escalera porque Cristo es Dios, y
todas las cosas buenas de Dios están en Cristo. Estas cosas buenas han sido plenamente
reveladas por su resurrección, ascensión y envío del Espíritu Santo.”
ALBERT BARNES
“Ángeles de Dios... Aquellos seres puros
y santos que moran en el cielo, y que se emplean como espíritus ministradores a
nuestro mundo, Heb 1:14.
·
Los
hombres buenos están representados en las Escrituras como bajo su protección,
Sal 91:11,12; Ge 28:12.
·
Son
los agentes por los que Dios a menudo expresó su voluntad a los hombres, Heb
2:2; Gál 3:19.
·
Son
representados como ministrandole y fortaleciendo al Señor Jesús. Así lo
ayudaron en el desierto (Mr 1:13) y en el huerto (Luc 22:43), y estaban
presentes cuando resucitó de entre los muertos, Mt 28: 2-4; Juan 20: 12,13.”
GRANT OSBORNE
“El
resto del versículo 51 también nos da el discurso de apertura del Hijo del
Hombre en Juan Jesús suscita el título de “uno como hijo de hombre” en Daniel
7:13–14, donde es una figura celestial “con autoridad, gloria y poder soberano”
sobre todas las naciones. En otros lugares, la figura del Hijo del Hombre tiene
un aspecto terrenal, evocando las imágenes de “el hijo del hombre” de Ezequiel
(por ejemplo, 2:1, 3, 6, 8); en Ezequiel significa “Ser humano mortal”. El
título aparece trece veces en Juan y a menudo se asocia con el origen y el
estado celestial de Jesús.
Esta
primera declaración del Hijo del Hombre es el núcleo de la escatología en Juan,
contando cómo en Jesús el cielo y la tierra se acoplan en unidad. La
introducción “verás” se repite del versículo 50. El “ustedes” es plural: Jesús
incluye a todos sus seguidores en esta declaración.
Esta
es la definitiva “cosa más grande” prometida a Natanael.
“Cielo
abierto” es una imagen apocalíptica, y el pueblo judío creía que cuando los
cielos se abrieran Dios intervendría en la historia humana, y su reino vendría.
En el bautismo de Jesús, los cielos están “rasgados” cuando el Espíritu
desciende (Mr 1:10), y en Apocalipsis 4:1 la puerta abierta en el cielo
significa los eventos finales que anuncian el reino final de Dios.
Aquí
el cielo abierto se refiere a la presencia de Jesús como él mismo trayendo el
reino a este mundo (Mr 1:15). La frase de Jesús “Los ángeles de Dios ascendiendo
y descendiendo sobre “el Hijo del Hombre” refleja el tema de “la escalera entre
el cielo y la tierra” (NTV) Al igual que la referencia en 1:47, debe entenderse
considerando la historia de Jacob, pero aquí está la escalera de Jacob o la de
Génesis 28:12. Jacob en su visión vio una escalera que se extendía desde la
tierra hasta el cielo con los ángeles subiendo y bajando, simbolizando su nueva
autoridad y acceso al trono de Dios. Jesús es representado aquí como el Jacob
final y el nuevo Israel, aquel en quien los ángeles ascienden y descienden
mientras unen cielo y tierra.
Jesús
es el que ha unido el cielo y la tierra, en cierto sentido proporcionando en sí
mismo el primer paso hacia el “cielo y la tierra nuevos” de Apocalipsis 21:1.
El resto del evangelio de Juan desarrolla esta imagen en varias direcciones,
pero la clave es que Jesús trae cielo y tierra juntos en sí mismo.
Este
maravilloso pasaje es uno de los mejores ejemplos en las Escrituras del proceso
de hacer discípulos. En 1:35–37, Juan el Bautista es el precursor perfecto,
sabiendo cuando su ministerio y propósito habían culminado, cuando es el tiempo
de Dios para pasar la batuta “mayor” Jesús. Esta humildad se necesita
desesperadamente en la iglesia: tenemos demasiadas personas que exigen ser la
cabeza y no pueden servir en roles subordinados. Juan no solo transmite su
ministerio, sino que también envía a sus discípulos a Jesús.”
J.C RYLE
“[De cierto, de cierto os digo]. Esta
expresión es específica del Evangelio según S. Juan y muy notable. Es la
palabra que es familiar a todos los cristianos: “Amén” dos veces repetida. Se encuentra
veinticinco veces en este Evangelio, siempre al comienzo de una frase y siempre
empleada por Cristo. En cada ocasión indica una afirmación muy solemne y
enfática de alguna gran verdad o de un hecho que escruta el corazón. Ningún
otro autor del Nuevo Testamento, a excepción de Juan, emplea siquiera el doble
“amén”.
[De aquí adelante veréis el cielo […] ángeles
[…] Hijo del Hombre]. Esta predicción es muy notable. Observemos
detenidamente que no va dirigida a Natanael solo. El versículo anterior dice “verás”.
En este versículo dice “veréis”; es decir, “tú y todos mis otros discípulos”.
Acerca
del verdadero significado de la predicción, los comentaristas difieren en
extremo. Todos opinan claramente que las palabras se refieren evidentemente a
la visión por parte de Jacob de una escalera que llegaba del Cielo a la Tierra
(cf. Génesis 28:12), pero están en desacuerdo en cuanto a la forma en que se
cumple la predicción.
Unos
piensan, como Stier, que la predicción debe interpretarse de manera figurada y
que se cumplió cuando nuestro Señor estuvo sobre la Tierra. Creen que solo
significa que Natanael y los otros discípulos verían una revelación aún más
completa de Cristo y del Evangelio muy pronto.
Verían
un cumplimiento figurado de la visión de Jacob y un camino abierto desde la
Tierra hasta el Cielo para todos los verdaderos israelitas o creyentes. Verían
aún mayores pruebas, en forma de milagros y señales, de que Jesús era el Hijo
de Dios. El Cielo, en un sentido espiritual cerrado por el pecado del primer
Adán, sería abierto por la obediencia del segundo Adán. “La escalera celestial
— dice Buenaventura, citado por Calovio— fue quebrada en Adán y reparada en
Cristo”. De acuerdo con esta opinión, “los ángeles de Dios” que aparecen en el
texto no significan nada en particular; lo cual, por decir algo, parece poco
exacto y una explicación poco satisfactoria.
Otros
piensan, como Rollock, que la predicción se debe interpretar literalmente y que
se cumplió mientras nuestro Señor estuvo en la Tierra. Creen que se cumplió
cuando nuestro Señor se transfiguró, cuando apareció un ángel en el huerto de
Getsemaní y cuando nuestro Señor ascendió desde el monte de los Olivos. Esta
opinión también parece muy poco satisfactoria. La transfiguración y la agonía
en el huerto no fueron vistas por Natanael en absoluto. No se dice nada de la
aparición de ángeles ni en la transfiguración ni en la Ascensión. Y en cuanto a
los ángeles “que suben y descienden”, no hay nada en ningún período de la
historia del Evangelio que responda a esa expresión.
La
única idea verdadera y satisfactoria, en mi opinión, es la que aplica toda esta
predicción a acontecimientos que están aún en el futuro. Nuestro Señor hablaba
de su Segunda Venida y de su Reino. Cuando Él vuelva por segunda vez con gran
poder para reinar, las palabras de este texto se cumplirán literalmente. Su
pueblo creyente verá el Cielo abierto y una constante comunicación entre el
Cielo y la Tierra: el tabernáculo de Dios con los hombres, y a los ángeles
ministrando visiblemente al Rey de Israel y al Rey de toda la Tierra.
El
contexto me confirma esta idea en cuanto al texto. Natanael creyó que Jesús era
el Mesías cuando Este era humilde y pobre. Jesús recompensa su fe asegurándole
que, aunque ahora parezca humilde, un día vendrá en las nubes del cielo y
reinará como Rey. Aún me lo confirma más la extraordinaria similitud entre las
palabras de nuestro Señor aquí y las que dirigió a los principales sacerdotes
en el día en que fue procesado como prisionero ante ellos: “Desde ahora veréis
al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las
nubes del cielo” (Mateo 26:64). Esta idea de la predicción es sostenida por
Gomarus.
Soy
consciente de que algunos afirman, en oposición a la opinión que yo apoyo, que
la palabra griega traducida “de aquí en adelante” significa “en lo sucesivo, es
decir, inmediatamente después del tiempo presente y a partir de ahora”, y que
no indica un acontecimiento lejano. En respuesta quiero que se advierta de
manera especial que la palabra griega aquí traducida “de aquí en adelante” es exactamente
la misma empleada por nuestro Señor en las solemnes palabras que acabo de citar
y que fueron dirigidas a los principales sacerdotes cuando fue procesado (cf.
Mateo 26:64). En aquel caso no es razonable duda alguna en cuanto a que hablaba
de un acontecimiento y un tiempo lejano. Creo que, de igual manera, en este
lugar habla de un acontecimiento y un tiempo lejanos.
En
cuanto a la naturaleza del futuro Reino de Cristo y las relaciones que entonces
mantendrán los ángeles entre el Cielo y la Tierra, este no es el lugar adecuado
para hablar. Solo quiero comentar que las palabras que tenemos delante
probablemente recibirán un cumplimiento mucho más real y literal de lo que
muchos de nosotros esperamos.
Merece
nuestra atención que Natanael llame a nuestro Señor “el Hijo de Dios”. Jesús,
en su predicción, le dice que verá a los ángeles subir y descender sobre “el
Hijo del Hombre”. Aquel a quien Natanael veía como un hombre aparecería no
obstante como hombre glorificado en el Reino celestial. Aun sería el
Dios-hombre. La expresión “Hijo del Hombre”, empleada aquí por primera vez por
Juan, parece proceder —como dice Chemnitio— de las palabras de Daniel en una
profecía acerca del Mesías (cf. Daniel 7:13–14). Nunca fue aplicada a nuestro
Señor por nadie sino por sí mismo, excepto en el caso de Esteban (cf. Hechos
7:56). Lightfoot cree que “es empleado con mucha frecuencia por nuestro
Salvador acerca de sí mismo, dando a entender que es el segundo Adán, la verdadera
simiente de la mujer”.
Al
dejar este pasaje, se plantea de forma natural la pregunta de quién era
Natanael. ¿Cómo es que después oímos tan poco de un hombre tan bueno, de un
creyente con las ideas tan claras? Algunos piensan, como Agustín y otros, que
Natanael no fue colocado entre los compañeros y apóstoles más próximos de
nuestro Señor a propósito, porque era un hombre erudito y con conocimientos,
para que nadie pudiera decir que nuestro Señor escogió a hombres eruditos para
que fueran sus primeros ministros. Yo no veo nada de esto. En mi opinión no hay
evidencia de que Natanael fuera más erudito que otros judíos de nacimiento
humilde en tiempos de nuestro Señor. Más aún, era amigo de Felipe, uno de los
Apóstoles de nuestro Señor, y muy probablemente de posición y conocimientos
similares. En realidad se nos dice además que vivía en “Caná de Galilea” (Juan
21:2).
Otros
creen que, puesto que Natanael vivía en Caná, era la misma persona que el
apóstol Simón el cananista (cf. Mateo 10:4; Marcos 3:18).
Otros
creen que era Esteban el mártir, porque Esteban vio los cielos abiertos en una
visión (cf. Hechos 7:56).
La
opinión más probable para mí es que Natanael era el apóstol que es llamado en
otros lugares Bartolomé y que, como los demás Apóstoles, tenía dos nombres. A
favor de esta opinión hay tres hechos notables. El primero es que en tres
listas de los doce Apóstoles de las cuatro que hay, los nombres de Felipe y
Bartolomé siempre se encuentran juntos (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14).
La
segunda es que Natanael se menciona especialmente después de la ascensión de
nuestro Señor como compañero de Pedro, Tomás, Santiago, Juan y otros dos
discípulos. La tercera es que S. Juan nunca menciona el nombre de Bartolomé en
su Evangelio. La objeción de que el nombre de Natanael nunca es mencionado por
Mateo, Marcos o Lucas carece de peso. Se puede responder que ninguno de los
tres nos dice que Pedro era Cefas. Y solo Mateo nombra a Judas, el hermano de
Santiago, con el nombre de Lebeo.
Felizmente,
la cuestión no es de una importancia especial. Solo digo que la probabilidad
conjetural de que Natanael fuera uno de los Apóstoles y fuera el mismo
Bartolomé me parece muy grande y bien fundamentada.
Al
dejar este capítulo merece la pena citar una observación de Aretius. Él comenta
que el capítulo es especialmente rico en nombres o epítetos aplicados al Señor
Jesucristo. Numero los siguientes veintiuno: 1) El Verbo. 2) Dios. 3) Vida. 4)
Luz. 5) La luz verdadera. 6) El unigénito del Padre. 7) Lleno de gracia y
verdad. 8) Jesucristo. 9) El unigénito Hijo. 10) El Señor. 11) El Cordero de
Dios. 12) Jesús. 13) Un Hombre. 14) El Hijo de Dios. 15) Rabí. 16) Maestro. 17)
Mesías. 18) Cristo. 19) El hijo de José. 20) el Rey de Israel. 21) El Hijo del
Hombre.”
SAMUEL P. MILLOS
“La
conclusión de las palabras de Jesús, es introducida con un doble amén, muy
propio de la forma que Juan usa para introducir las revelaciones principales de
Jesús. Es interesante apreciar que sólo Juan usa el doble amén en contraste con
los sinópticos que utilizan un solo amén en las afirmaciones solemnes.
Por
su parte Juan usa el doble amen veinticinco veces (Un solo amén aparece treinta
y una veces en Mateo, trece en Marcos y seis en Lucas). Los judíos usaban esta
forma amén, amén, en sentido de ratificación y respuesta, especialmente en la
oración. Es muy peculiar en Jesús el uso de amén antepuesto a una afirmación.
Jesús habla de lo que recibe y oye del Padre, de modo que este amén asegura que
cuanto afirma tiene el respaldo divino y el cumplimiento cierto. Jesús es la Palabra encarnada y además el
amén de Dios (2 Co. 1:19; Ap. 3:14).”
WILLIAM HENDRIKSEN
“Cuando
se hace la pregunta: ¿Qué son esas cosas mayores que vería Natanael?, se da la
siguiente contestación:
(1)
Natanael había vislumbrado algo del
penetrante conocimiento de Cristo. En el futuro, este discípulo—y junto con
él los demás—vería este atributo, y todos los demás atributos, empleados en el
servicio de la salvación del hombre, para la gloria de Dios.
(2)
Natanael había confesado que Jesús es el
Hijo de Dios. La cosa mayor que él y los demás discípulos iban a ver es que
el Señor es tanto el Hijo de Dios (véase versículo 49) como el Hijo del hombre
(versículo 51), que reconcilia a Dios con el hombre, la verdadera Escalera
entre el cielo y la tierra.
(3)
Bartolomé había dado expresión a su nuevo
descubrimiento, exclamando: “Tú eres el Rey de Israel”. La cosa mayor, reservada
para el futuro, es que los seguidores del Señor aprenderán a adorarle no sólo
por su relación con Israel, sino también con toda la humanidad en general,
puesto que él es el Hijo del hombre.”
MATTHEW HENRY
“Los
ángeles del cielo habían de subir y bajar varias veces para ministrar al Señor,
pero el sentido más probable en esta porción, se remonta mucho más arriba en
las Escrituras. Aparte del contraste que ya hemos observado en el versículo
Jua_1:47, donde Jesús parece contraponer el Natanael «sin engaño» al engañador
Jacob, es probable que Natanael estuviese leyendo debajo de su higuera, cuando
le vio Jesús, el pasaje de Gén_28:12, en que se narra el sueño de Jacob: una
escalera de la tierra al cielo, ángeles de Dios que subían y bajaban por ella,
y Dios que promete desde arriba a Jacob que aquella tierra se la daría a él y a
sus descendientes, los cuales se habían de extender por los cuatro puntos
cardinales, de modo que «todas las familias de la tierra serán benditas en ti y
en tu simiente» (Gén_28:14).
Con
esta última frase, se anticipa el anuncio del Mesías (v. Gén_3:15; Gál_3:16).
Aquí, en Jua_1:51, Jesús declara que la profecía se ha cumplido, porque en
Gén_28:12, los ángeles subían y bajaban por una escalera vacía, pero ahora
suben y bajan «sobre el Hijo del Hombre»; es decir, ya ha aparecido el Mesías,
el vínculo de reconciliación entre el Cielo y la Tierra (2Co_5:19), el único
Mediador entre Dios y los hombres (1Ti_2:5), el cual será, según la carne,
descendiente de Jacob (Rom_9:5) y bajará del Cielo para salvarnos (Luc_19:10).”
MARTIN LUTERO
“Cuando
los cielos están abiertos y Dios Padre se nos dirige, sólo lo advertimos con
nuestros ojos espirituales. Antes del advenimiento de Cristo, los cielos
permanecían cerrados y el diablo campaba a sus anchas, pero con su llegada
volvieron a abrirse. Ahora, los cristianos pueden verlo, oír al Padre celestial
y contemplar a los ángeles subiendo y descendiendo sobre nosotros. El Padre
celestial sigue diciéndonos a diario: ¡es mi Hijo muy amado! y continuará
haciéndolo hasta el día del juicio. Cuando os bautizáis, participáis en la
sagrada comunión, recibís la absolución o escucháis un sermón, los cielos
permanecen abiertos y se oye la voz del Padre celestial, todo ello desciende
sobre nosotros.
Dios
conversa con nosotros, nos gobierna y provee para nosotros. Cristo permanece
sobre nosotros, pero invisiblemente. Y aunque hubiera nubes tan espesas e
impenetrables como el hierro o el acero que nos obstruyeran la visión de los
cielos, no importaría, seguiríamos oyendo al Padre, le llamaríamos y Él nos
contestaría. Los cielos están abiertos como los vio san Esteban (Act_7:55) y
por ello oímos a Dios cuando se nos dirige en el bautismo, en la sagrada
comunión, en la confesión, en su Palabra que procede de boca de los hombres que
proclama su mensaje al pueblo.”
SAN AGUSTIN
“Recordemos
la historia antigua y veremos que Jacob vio en sueños una escala que desde la
tierra llegaba hasta el cielo. Y el Señor descansaba sobre ella, y los ángeles
subían y bajaban por ella (Gén 28). Después el mismo Jacob, como comprendió lo que
había visto, puso una piedra y derramó aceite sobre ella. Y cuando Jacob ungió
la piedra, ¿incurrió en idolatría? Prefiguró, no adoró. Conocéis el crisma,
pues conoced también a Jesucristo. Esta es la piedra que han despreciado los
arquitectos.
Por
lo tanto, si Jacob vio la escala y si fue llamado Israel (Gén 32), y este
Natanael era israelita, por esto el Señor le aludió muy oportunamente al sueño
de Jacob, como diciendo: Te he llamado por el nombre de aquél cuyo sueño tú ves
realizado. Verás, por lo tanto, abierto el cielo, y que los ángeles de Dios
suben y bajan sobre el Hijo del hombre. Y si bajan sobre el Hijo del hombre y
suben a Dios, es porque Este reside arriba y Aquél abajo; arriba en su esencia
y abajo entre los suyos.
Los ángeles de Dios son los buenos predicadores, porque predican a Jesucristo. Esto es, suben y bajan sobre el Hijo del hombre, como San Pablo, que subió hasta el tercer cielo, y bajó a alimentar a los pequeños con la leche de su predicación. Por esto dijo: "Mayores cosas que estas verás". Porque es mucho más el que el Señor nos justifique cuando nos llama que el habernos visto sentados a la sombra de la muerte.”
¿QUÉ ESPERA DIOS DE NOSOTROS?
(COMENTARIO B. MUNDO HISPANO – EDWING P.) |
Introducción: La pregunta: ¿Qué
espera Dios de nosotros en este tiempo y en este lugar? la hemos cambiado a:
“¿Qué esperamos de Dios?”. Sin embargo, Dios espera que
nosotros llevemos a otros a Cristo para que lo conozcan como Salvador y
Señor. I. Salvo para servir. (Salvados por
su sangre, estamos gozosos de servirle y dar nuestra vida por Él) 1. El mandato de Cristo (20:21).
(Obedecemos su mandato de ser sus testigos por toda la tierra) 2. “Y me seréis testigos” (Hech.
1:7, 8). (con la prédica de su palabra y dando ejemplo en nuestra vida de
obediencia) II. El mejor método para ganar a las
personas para Cristo: El método personal. “Hemos encontrado al Mesías” (vv.
40–42). (Solo debemos hablar de Cristo y éste crucificado) III. Cómo llevar a otros a Cristo. 1. Oración sincera. (La oración
intercesora es una de las más poderosas herramientas de conversión) (1) Por la persona, para que Dios
prepare su corazón. (2) Por nosotros, para que el
Espíritu Santo sea nuestro guía, nos dé poder y confianza. 2. Un plan efectivo. (1) Es sencillo y profundo:
Arrepentirse y tener fe en Cristo (3:16, 17). (2) La Palabra de Dios es nuestra
espada. (3). Ser un testigo personal (vv.
40, 46). (A) Ejemplos de los discípulos.
(Nuestra vida debe reflejar que somos discípulos de Cristo, Hijos de Dios) (B) Señal de una persona salva:
Lleva a otros a Cristo. (4). El mejor sermón: el testimonio
personal. IV. Por qué debemos ganar a otros
para Cristo. 1. Es el mandato de Cristo. 2. Da gozo aquí y en el cielo (Luc.
15:10, 32). 3. Es nuestra responsabilidad (Eze.
33:7–9). Conclusión: Dios espera que nosotros
seamos sus testigos ante nuestros familiares, amigos, vecinos y el mundo en
general. ¿Dónde va a empezar usted? |
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