EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 1
VERSICULO 25 |
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RV1960 |
NVI1999 |
BTX4 |
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Y
le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el
Cristo, ni Elías, ni el profeta? |
Lo
interrogaron: Pues si no eres el Cristo, ni Elías ni el profeta, ¿por qué
bautizas? |
Le
preguntaron diciendo: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el CRISTO, ni
Elías, ni el Profeta? |
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TR+ |
INA27+ |
VUL |
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καιG2532
CONJ ηρωτησανG2065 V-AAI-3P αυτονG846 P-ASM καιG2532 CONJ ειπονG3004
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και G2532:CONJ Y ηρωτησαν
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G2243:N-NSM Elías ουδε G3761:CONJ-N ni ο G3588:T-NSM el προφητης G4396:N-NSM
vocero? |
et
interrogaverunt eum et dixerunt ei quid ergo baptizas si tu non es Christus
neque Helias neque propheta |
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KJV |
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And they asked him, and
said unto him, Why baptizest thou then, if thou be not that Christ, nor
Elias, neither that prophet? |
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TCB |
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Por
qué, pues bautizas. Mat_21:23; Hch_4:5-7;
Hch_5:28.
Si
no eres el Cristo. Jua_1:20-22; Dan_9:24-26. |
COMENTARIOS:
WARREN WIERSBE
“Habiéndose
cerciorado de quién era Juan, el comité entonces le preguntó qué hacía.
"¿Por qué bautizas?" Juan recibió su autoridad para bautizar, no de
los hombres, sino del cielo, porque fue comisionado por Dios (Mateo 21:23-32).
Los dirigentes religiosos de los judíos de ese día bautizaban a los gentiles
que querían adoptar la fe judía; ¡pero Juan bautizaba judíos!.”
DAVID GUZIK
“Los
fariseos se preguntaban sobre la autoridad de Juan, si él no era realmente uno
de los profetizados que ellos tenían en mente. Sin embargo el trabajo de Juan
de bautizar se adaptaba perfectamente a su llamado, como él lo explicó.”
LUIS PALAU
“Hallamos
aquí la segunda gran pregunta que los líderes religiosos le hacen a Juan: ¿Por
qué bautizas? ¿Con qué derecho estás bautizando?. Hay muchos que quieren
arrogarse una autoridad que Dios no les ha dado. Estos fariseos se creían los
únicos con derecho a bautizar, y se negaban a reconocer que en Juan había autoridad
divina.”
COMENTARIO BIBLICO MUNDO HISPANO
“Ellos
querían saber con qué autoridad Juan exigía el bautismo de los judíos. El
bautismo no era una práctica nueva, sino un rito normal exigido a los
convertidos de otras religiones. Lo que indignaba a los fariseos es que Juan
estaba tratando a los judíos como si
fueran paganos.”
JUAN CALVINO
“Al
establecer esos tres grados, parecen formar un argumento muy concluyente: si tú
no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta; porque no pertenece a todo hombre
instituir la práctica del bautismo. El Mesías iba a ser uno que poseyera toda
la autoridad. De Elías que iba a venir, se habían formado esta opinión, que comenzaría
la restauración tanto de la autoridad real como de la Iglesia. Los profetas de Dios,
conceden fácilmente, tienen derecho a desempeñar el oficio que se les ha encomendado.
Concluyen, por tanto, que para Juan bautizar es una novedad ilícita, ya que no
ha recibido de Dios ningún puesto público. Pero están equivocados al no reconocer
que él es el Elías mencionado por
Malaquías 4:5; aunque niega que sea el Elías con el que soñaron tontamente.”
PHILIPP MELANCHTHON
“Vea
el ejemplo de la ceguera farisaica. Juan ya les había dicho quién era, y por
quién fue enviado y por cuya autoridad estaba haciendo lo que hizo. No entendieron
nada de estas cosas, ignorantes de las Escrituras y el poder de Dios, a pesar
de la evidencia de su llamado, predicación y bautismo. Todavía le preguntan con
qué autoridad está bautizando. Y el evangelista expresa bellamente las
circunstancias cuando dice: Los que
fueron enviados eran de los fariseos, y preguntaron. Es como si estuviera
diciendo, aunque fueran Fariseos, es
decir, aunque eran de los hombres más
sabios y santos, todavía no entendían la respuesta de Juan. Así, el
evangelista nos esboza la ceguera y las
tinieblas de la carne. Los fariseos lo interrogan aquí como si intuyeran
que iba a bautizar al Cristo. Porque leemos sobre el bautismo de Cristo, Derramaré aguas sobre los sedientos. Y
derramaré sobre ustedes agua limpia, y serán limpiados de todas sus inmundicias.”
ALBERT BARNES
“El bautismo judío al recibir un prosélito del paganismo era común antes de la época de Juan, pero no era costumbre bautizar a un judío. Juan había cambiado la costumbre. Él bautizó a todos, y estaban deseosos de saber con qué autoridad hizo tal cambio en las costumbres religiosas de la nación.”
JOHN TRAPP
“éste
era un cambio que esperaban bajo el Mesías, y lo habían aprendido de Jer 31:31-34.
Pero este testimonio que Juan Bautista trajo de Isaías, para probar su propio
llamamiento, o no lo entendieron o no quisieron entenderlo; ni tampoco buscaron
estar mejor informados por él.”
JOHN GILL
“El
cambio en la ordenanza del bautismo que Juan administró fue tal, que
comprendieron que nadie debería haberlo modificado, a menos que fuera el Mesías,
o su precursor, o algún profeta eminente; insisten en ello, por tanto, que dado
que negó ser cualquiera de estos, entonces que muestre sus credenciales y la
comisión que tenía de Dios para bautizar; o sugieren que era susceptible de ser
llamado a dar cuenta en el sanedrín, y ser condenado como falso profeta o
innovador en asuntos religiosos. De aquí parece que los judíos esperaban que el
bautismo fuera administrado en los tiempos del Mesías y su precursor; pero de
dónde tenían esta noción, no es fácil decir, si de (Zacarías 13:1) como Grocio
dice, o de (Ezequiel 36:25) como Lightfoot.”
J.C RYLE
“Este
versículo indica evidentemente que los que preguntaron a Juan esperaban que el
Mesías, o su precursor, bautizara cuando apareciera. No es improbable, como
dice Lightfoot, que esa idea surgiera del texto que tenemos en Ezequiel cuando describe
el tiempo del Mesías: “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis
limpiados” (Ezequiel 36:25).
Lutero
cree que el versículo muestra que los que interrogaban a Juan entonces
cambiaron de tono. Hasta aquel momento se habían sentido halagados. Pero ahora
comenzaban a verse amenazados.”
LEON MORRIS
“Todos
los judíos aceptaban que los gentiles estaban contaminados y debían ser
purificados. Pero poner a los judíos en el mismo saco era inconcebible. Los judíos ya eran el pueblo de Dios. Es verdad
que según ciertos pasajes del Antiguo Testamento algunos creían que habría Bautismo
cuando llegara la era mesiánica (Ez. 36:25; Zac. 13:1). Pero Juan había dicho
que él no era el Mesías. Todo era bastante confuso, y por eso los fariseos querían
saber más.”
SAMUEL P. MILLOS
“Ti
oun baptizeiz ei su ouk ei o cristoz oude Hliaz oude o profhthz En aquel tiempo todos esperaban que cuando apareciesen
algunos de los personajes vinculados con la aparición del Mesías, e incluso Él,
bautizasen a las gentes. En cierta medida estaban reprochando a Juan que si no
era el Mesías, ni Elías, ni el profeta, bautizase, dicho de otro modo: ¿Cómo te
atreves a bautizar, ya que este es un rito oficial, sin autorización para
hacerlo? Los legalistas pretendían controlar todas las acciones que pudieran
relacionarse con la religión, prohibiendo la práctica de todo cuanto estuviera
relacionado con ella, sin la perceptiva aprobación del liderazgo religioso,
entre los que se encontraban ellos.
Es un problema general en toda la historia, quienes se consideran con derechos sobre la organización religiosa, procurarán impedir que otros actúen sin su consentimiento o autorización. El bautismo era una acción simbólica de purificación y el llamamiento al arrepentimiento y limpieza espiritual algo relacionado con el entorno mesiánico (Ez. 36:25; 37:23). La pregunta de los fariseos revestía un tono amenazante, como si dijesen: ¿Cómo te atreves a bautizar si no eres ninguno de los que te hemos señalado? Hay siempre una amenaza velada en todo legalista que intenta controlar el sistema religioso y ve peligrar su posición en él.”
SAN AGUSTIN
“Les
parecía como un acto de osadía el que bautizase, y por eso la pregunta que le
hacen equivale a ésta: ¿En nombre de
quién bautizas? Se te pregunta si eres el Cristo, y la respuesta es que no.
Se te vuelve a preguntar si eres tal vez su precursor, porque se sabe que Elias
ha de preceder a la venida de Cristo, y lo niegas también. Se insiste en la
pregunta de si por ventura eres uno de aquellos heraldos que le preceden con
mucha antelación, es decir, un profeta, y en virtud de eso has recibido tal
potestad. Y respondes que no lo eres.
Juan
no era profeta. Era más que profeta.
Del Señor es este testimonio: ¿Qué habéis
ido a ver al desierto? ¿Una caña que el viento mueve? Se sobrentiende, sin
duda, que no. Juan no es esto. Juan no es uno de aquellos que el viento mueve.
El que es movido por el viento, se ve acosado por todas partes del espíritu de
seducción. ¿Qué habéis, pues, ido a ver
al desierto? ¿Un hombre que viste regaladamente? Juan viste un hábito duro,
es decir, una túnica hecha de pelos de camello. Quienes visten regaladamente
viven en los palacios de los reyes. No habéis, pues, ido a ver a un hombre que
viste regaladamente. ¿Qué habéis ido a
ver? ¿A un profeta? Os digo de verdad que sí, que éste es más que profeta.
Los profetas predijeron con mucha antelación la venida de Cristo. Juan, en cambio,
nos lo muestra ya presente.”
WILLIAM HENDRIKSEN
“Lo
que molestaba a aquellos sacerdotes, que estaban interrogando al hijo de un sacerdote,
no era tanto la predicación como el hecho de que bautizaba. Los sacerdotes pretendían
saberlo todo acerca de los lavamientos. Desde luego sabían que no cualquiera podía
administrar los ritos de la purificación. Después de todo, ¿no era la limpieza
del pueblo una acción eminentemente mesiánica, según pasajes como Ez. 36:25 y
37:23? ¿Por qué, pues, bautizaba Juan si no era ni el Mesías ni la clase de
precursor que esperaban? De esta pregunta se desprende que no habían
comprendido el significado de la referencia al heraldo por el Bautista (1:23).
No esperaban un precursor tan profundamente
espiritual.”
MATTHEW HENRY
“La
pregunta que el comité le hizo acerca de esto: «¿Por qué, pues, bautizas, si tú
no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?» (v. Jua_1:25). Eran conscientes de
que el bautismo de Juan era el rito sagrado que simbolizaba la purificación de
los que estaban afectados por la polución del pecado, y esperaban que estaría
en uso en los días del Mesías. Se daba por supuesto que tanto el Mesías como
Elías y el profeta anunciado bautizarían cuando vinieran a purificar un mundo
contaminado. Es la gracia divina la que ha provisto el modo de quedar limpios
del pecado mediante la fe en el Salvador.
A
la vista del bautismo que Juan llevaba a cabo, y ante la respuesta de él de que
no era el Mesías, ni Elías, ni el anunciado profeta, ellos le preguntan
entonces: «¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elias ni el
profeta?» (v. Jua_1:25). Le preguntan con qué autoridad ejerce esta función, ya
que la purificación escatológica del pueblo era un acto singularmente
mesiánico, según Eze_36:35; Eze_37:23. Como la respuesta de Juan aludía a una
función profética (predicar arrepentimiento), ellos interrogan acerca del
aspecto sacerdotal de su conducta. Máxime cuando no estaban preparados para
recibir a un Precursor de carácter tan
espiritual.”
SAN JUAN CRISOSTOMO
“Como
no pudieron doblegarlo con halagos, intentan arrojar sobre él una acusación,
obligándole a decir lo que no era. Por esto sigue: "Y le preguntaron y le
dijeron: ¿pues por qué bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías ni el
profeta?". Les parecía que rayaba en la audacia el bautizar sin ser el
Cristo, ni su precursor, ni su anunciador, esto es, su profeta.”
WILLIAM BARCLAY
“Los
fariseos estaban alucinados con una idea: ¿Qué derecho tenía Juan para
bautizar? Si hubiera sido el Mesías, o Elías o el Profeta, habría sido normal.
Isaías había escrito: «Empero Él rociará a muchas gentes» (Isa_52:15 R-V 1909). Ezequiel había dicho: «Esparciré
sobre vosotros agua limpia; y seréis limpiados» (Eze_36:25). Zacarías había
dicho: «En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para
los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la
inmundicia» (Zac_13:1). Pero, ¿por qué había de bautizar Juan?
Lo que hacía el gesto aún más extraño era que el bautismo que se practicaba entonces no era para los israelitas, sino para los prosélitos, los que procedían de otros pueblos y religiones y se convertían a la fe de Israel. A un israelita no se le bautizaba nunca; ya pertenecía al pueblo de Dios por ser descendiente de Abraham y haber sido circuncidado. Pero los gentiles tenían que ser lavados en el bautismo. Juan estaba haciendo con los israelitas lo que sólo había necesidad de hacer con los gentiles: Estaba sugiriendo que el pueblo escogido tenía que ser limpiado. Eso era de hecho lo que Juan creía; pero no contestó directamente.”
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