jueves, 30 de marzo de 2023

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 2 VERSICULO 3

 


EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 2 VERSICULO 3

RV1960

NVI1999

BTX4

Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.

Cuando el vino se acabó, la madre de Jesús le dijo: Ya no tienen vino.

Y cuando se acabo el vino, la madre de JESÚS le dice: No tienen vino

TR+

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et deficiente vino dicit mater Iesu ad eum vinum non habent

KJV

And when they wanted wine, the mother of Jesus saith unto him, They have no wine.

TCB

Y faltando el vino. Sal_104:15; Ecl_10:19; Isa_24:11; Mat_26:28.

 

No tienen vino. Jua_11:3; Flp_4:6.

 

COMENTARIOS:

ISAAC AMBROSE

“El pobre esposo quiere dar de beber a sus invitados; y tan pronto como la santa virgen se da cuenta, se queja a su hijo: si queremos pan o vino, necesidades o comodidades, ¿adónde debemos ir sino a Cristo?”

GEORGE WHITEFIELD

“Ustedes que son ricos y viven en casas con cielorraso, aprendan de María para ir a las cabañas de los pobres; Y cuando los visite, como la madre virgen, examine sus necesidades; y cuando veas que no tienen vino y están a punto de morir de hambre, no cierres tus entrañas de compasión, sino bendice al Señor por haber puesto en tu poder administrar sus necesidades. Créame, esas visitas le vendrían bien. Entonces aprenderá a estar agradecido de que Dios le haya dado pan suficiente y de sobra. Y estoy persuadido de que cada ácaro que otorguen para alimentar a los hambrientos y vestir a los discípulos desnudos de Jesucristo, les dará más satisfacción en la hora de la muerte y en el día del juicio, que todos los miles desperdiciados en fiestas y asambleas y entretenimientos similares.

Ustedes que son pobres en bienes de este mundo y, por lo tanto, no pueden ayudar, pueden aprender de la Virgen a orar unos por otros. No podía convertir el agua en vino, pero María podía suplicar a su hijo que lo hiciera: y tú también; y no dudes de que el Señor te oye; porque Dios ha escogido a los pobres de este mundo, ricos en fe; y por tus oraciones de siervo, puedes atraer muchas bendiciones sobre tus pobres semejantes.”

CHARLES SPURGEON

Noto que Juan llama a María "la madre de Jesús". Supongo que tenía en mente la última palabra de Cristo: "¡Ahí tienes a tu madre!" Tales cosas nos causan una profunda impresión; y somos aptos, al escribir, a utilizar las frases que se han grabado en la memoria. "La madre de Jesús". Debido a que ella ha sido demasiado exaltada en la iglesia romana, me temo que corremos al otro extremo y pensamos muy poco en esta mujer a quien el ángel Gabriel le dijo: “Salve, muy favorecida, el Señor está contigo. Bendita tú entre todas las mujeres".

“No se necesita una gran imaginación para imaginarse a María, probablemente en ese momento la madre viuda de nuestro Señor. Ella está llena de amor y de una disposición amable y comprensiva por naturaleza. Está en una boda y está muy contenta de que su Hijo esté allí, con el primer puñado de sus discípulos. El hecho de que estén allí ha hecho que exijan más las provisiones de lo que se esperaba y la oferta se está agotando, por lo que ella, con una ansiedad que era natural para una madre de su edad y de su espíritu amable, piensa que lo hará. Habla con su Hijo y dice que hay una necesidad. Ella le dice: "No tienen vino".

"Querían vino". No habían estado casados mucho antes de que hubiera necesidad en la casa. Incluso en los días más brillantes de la vida, querían algo más; y la madre de Jesús vio que estaban necesitados, y que la fiesta de las bodas sería deshonrada; así que fue a ver a su hijo y le dijo: "No tienen vino". Me temo que habló un poco como una madre corriente que se dirige a su hijo; pero había llegado el momento en que esa disciplina iba a terminar. María no era su madre como el Hijo de Dios, estaba a punto de obrar un milagro, y quería que ella y todos sus parientes supieran que no usaría sus poderes milagrosos simplemente para su beneficio; sino para la gloria de Dios y la instrucción de los hombres.”

WARREN WIERSBE

“En esta boda vemos a Jesús en tres papeles diferentes: un invitado, el Hijo y el anfitrión. (Para ver el papel de Jesús como invitado, ver versículo anterior).

Jesús el Hijo (Juan 2:3-5). Las fiestas judías por lo general duraban una semana, y por eso era necesario que el novio hiciera provisiones adecuadas. Por un lado, sería penoso que se acabara la comida o el vino; y una familia que cometiera semejante torpeza podía incluso ser multada. Así que, quedarse sin vino hubiera sido costoso tanto en el área de las finanzas como socialmente.

¿Por qué fue María a hablar con Jesús acerca del problema? ¿En realidad esperaba ella que él hiciera algo especial para suplir la necesidad? Por cierto que ella sabía quién era él, aunque ella no les contó esta maravillosa verdad a otros. Debe haber sido pariente muy cercano de la novia o del novio para interesarse tan personalmente por el éxito de las festividades, o incluso saber que la provisión de vino se había acabado. Tal vez María estaba ayudando a preparar y a servir la comida.

María no le dijo a Jesús qué hacer; simplemente le informó del problema. (Compara el mensaje de María y Marta a Jesús, cuando Lázaro se enfermó; Juan 11:3.).” (NOTA de Edwing Piñango: para ver el tercer papel de Jesús como anfitrión, véase el comentario Waarren Wiersbe de Juan pag.27)

SAN JUAN CRISOSTOMO

Faltó el vino, y su madre le dijo: No tienen vino. En este punto parece razonable que nos preguntemos por qué la madre llegó a formarse tan alta opinión de su hijo. Hasta ese momento El no había obrado ningún milagro, pues dice el evangelista que con esto dio comienzo Jesús a sus milagros en Cana de Galilea.

Si alguien objeta que no es ésa prueba suficiente para demostrar que entonces empezaron los milagros, porque la especificación de en Cana de Galilea tiene allí, pero no el absolutamente primero, pues es probable y verosímil que hubiera hecho otros ya antes en otros lugares, responderemos, igual que antes, con palabras del propio san Juan: Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que fuera manifestado a Israel.

Si desde su niñez hubiera sido un taumaturgo, no habrían tenido los israelitas necesidad de que otro se lo revelara. Quien en su madurez alcanzó tan gran fama a causa de sus milagros no sólo en Judea, sino también en Siria y más lejos, y adquirió tal celebridad en el breve espacio de tres años, e incluso de menos, pues desde que hizo su primer milagro, inmediatamente se divulgó su fama por doquier, quien en tan poco tiempo llegó a ser tan ilustre por el elevado número de sus prodigios que todos le conocían al menos de nombre, con mucha mayor razón no habría podido permanecer oculto de haber obrado milagros siendo aún niño.

Es más: si los milagros hubieran tenido lugar a esa edad, habrían suscitado una admiración todavía mayor, como obrados por un niño y porque el plazo para que su fama se divulgara habría sido el doble, el triple o muchas veces mayor de lo que en realidad fue. Sin embargo, siendo niño no hizo ningún prodigio, si se exceptúa el narrado por san Lucas, según el cual a la edad de doce años se sentó en medio de los doctores, que lo escuchaban, y los admiró con las preguntas que les hacía.

Por lo demás, es cosa muy en su punto que no comenzara a obrar prodigios desde la infancia, a fin de que no llegara a pensarse que se trataba de apariencias vanas. Si fueron muchos quienes abrigaron esa sospecha ante los milagros que realizó siendo adulto, con mucho mayor motivo se habrían mostrado escépticos de haber obrado El prodigios cuando todavía era un niño. E incluso, movidos por la envidia, lo habrían clavado en la cruz demasiado pronto, anticipándose al tiempo preestablecido, de suerte que no habrían sido creídas las verdades concernientes a la Encarnación.

Pero entonces -diréis- ¿cómo es que su madre lo tuvo en tanto? Porque Jesús desde hace ya algún tiempo comenzaba a ser conocido por el testimonio de Juan y por cuanto El mismo había dicho a sus discípulos. Pero, por encima de todo ello, fue su propia concepción y los acontecimientos que acompañaron a su nacimiento lo que movió a la madre a formarse una opinión tan alta de su hijo. Porque, como narra san Lucas, ella escuchaba cuanto se decía del niño y lo conservaba en su corazón. Y -me diréis- ¿por qué no habló de ello? Porque, como ya he dicho, sólo entonces comenzó El a manifestarse en público. Hasta entonces se comportaba como otro cualquiera del pueblo, y por eso su madre no osaba decir nada.

Pero cuando supo que el Bautista había venido por Él y que había dado testimonio de El y de su grandeza y que Él mismo habla reclutado discípulos, se decidió a dirigirle confiadamente una petición y, dado que se había acabado el vino, le dijo: No tienen vino. Su intención era bien la de dejar a sus anfitriones obligados para con su hijo al hacerles ese favor, bien la de manifestarse espléndida ella misma. Probablemente también ella cedió a un sentimiento humano, como sus hermanos cuando le decían: Muéstrate al mundo, pretendiendo que la gloria que provenía de sus milagros redundara sobre ellos.

Por lo cual Él le respondió en tono severo, diciendo: Mujer, ¿qué hay entre tú y yo? No ha llegado todavía mi hora.”

A.W PINK

“Las palabras de María parecen indicar dos cosas: primero, ella ignoró Su Deidad. ¿No estaba consciente de que Él era más que un hombre? ¿No sabía que Él era Dios manifestado en carne? "y, por lo tanto, omnisciente. Él sabía que no tenían vino. En segundo lugar, parece como si María estuviera tratando de ejercer su autoridad paterna, sugiriéndole lo que debería hacer dadas las circunstancias.”

DAVID GUZIK

“¿Por qué le pidió María a Jesús que hiciera algo? María sin duda estaba anticipando seriamente el día de la demostración de Jesús, pues sería un día de vindicación para ella. Sin embargo ella no forzaría la situación, dejando el asunto a Jesús.”

COMENTARIO BIBLICO MUNDO HISPANO

“La falta de vino podría indicar que los padres del novio eran de pocos recursos, o que llegaron muchos no invitados. Quizá la presencia de los discípulos de Jesús contribuyó a la falta. Hasta este momento Jesús no había realizado ningún milagro (v. 11); sin embargo, es evidente que María sentía cierta responsabilidad por encontrar una solución al problema, por un lado, y, por el otro, creía que Jesús podría colaborar en alguna manera. Lo que dijo María (v. 3) es más que mera información, es una indirecta a su hijo para hacer algo. Su madre tendría una convicción ya de que su hijo era el Mesías, pues recordaba el mensaje del ángel, el nacimiento virginal y el escenario en el templo cuando Jesús tenía apenas 12 años de edad. No hay indicación de que ella esperaba un milagro, pero es posible que pensaba que en alguna manera él podría dar pruebas de que era el Mesías.”

JUAN CALVINO

“Cabe dudar si María esperaba o pedía algo a su Hijo, ya que aún no había realizado ningún milagro; y es posible que, sin esperar ningún remedio de este tipo, le aconsejara que hiciera unas piadosas exhortaciones que tuvieran el efecto de evitar que los invitados se sintieran incómodos y al mismo tiempo aliviar la vergüenza del novio. Considero que sus palabras expresan (sumpaqeia) sincera compasión; porque la santa mujer, al darse cuenta de que los que habían sido invitados probablemente se considerarían tratados con falta de respeto y murmuraran contra el novio, y que el entretenimiento podría verse perturbado de esa manera, deseó que algún medio para calmarlos debía ser adoptado. Crisóstomo arroja la sospecha de que fuera movida por los sentimientos de buscar no sé qué favor para ella y su Hijo; pero esta conjetura no está respaldada por ningún argumento.”

JOHN MACARTHUR

“En la celebración de las bodas era una crisis grande cuando el vino faltaba porque las reservas eran insuficientes. Semejante paso en falso podría haber estigmatizado a la pareja y a sus familias por el resto de sus vidas. Incluso podría haber dejado al novio y su familia a expensas de una demanda legal por parte de la familia de la novia por no haber cumplido sus responsabilidades.

De este modo, cuando Jesús convertía el agua en vino no era solo un milagro sensacional, diseñado para sorprender a su audiencia con su poder. Todos sus milagros satisfacían necesidades específicas como abrir los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos, liberar a quienes estaban oprimidos por los demonios, alimentar a personas con hambre o calmar la tempestad amenazante. Este milagro satisfacía la necesidad genuina de la familia y de sus invitados, quienes de otra manera se habrían enfrentado a una catástrofe social.

Como ya indicamos, al parecer María estaba ayudando a supervisar el abastecimiento de la celebración. Consciente del serio problema que había surgido, le dijo a Jesús con ansiedad: “No tienen vino”. Si María ya era viuda, habría aprendido a depender de su hijo mayor. No es claro si ella esperaba que Jesús realizara un milagro, pues hasta ahora Él no había hecho ninguno (v. 11). Aun así, María sabía mejor que nadie quién era Jesús. Ella era plenamente consciente de su nacimiento virginal milagroso y de las cosas sorprendentes que el ángel Gabriel había dicho de Él (Lc. 1:31-33, 35), así como los pastores (Lc. 2:8-18), Simeón (Lc. 2:25-35) y Ana (Lc. 2:36-38); María había ponderado estas cosas en su corazón con el paso de los años (Lc. 2:19).

Ella había experimentado la vida perfecta y sin pecado de Cristo en tanto Él “crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres” (Lc. 2:52). También podía haber oído el testimonio público reciente de Juan el Bautista (1:26-27, 29-34, 36), el cual confirmaba lo que ella ya sabía. Puede ser que estuviera impulsando a Jesús a revelarse públicamente como el Mesías que ella sabía que Él era.”

WOLFGANG MUSCULUS

“No es apropiado que preguntemos en este lugar si el novio era tan pobre que no pudo proporcionar suficiente vino a sus invitados o si los invitados bebieron tan libremente al principio que la inoportuna falta resultó después de que todo el vino fue consumido. Más bien, debemos considerar el arreglo de la providencia divina, y debemos decir que no se debió al suministro de vino del novio y no se debió al hecho de que los invitados habían bebido tan libremente, sino por la razón de que Dios había dispuesto que faltara el vino para que hubiera ocasión de que Cristo diera a conocer su gloria, así como leemos lo que Cristo dijo sobre el ciego de abajo: Ni éste pecó ni por sus padres nació ciego, sino que fue ciego para que las obras de Dios se manifestaran en él.”

MARTIN BUCER

“Al dar a conocer su madre la falta de vino tenemos un ejemplo no solo de ser guiados por un amor complaciente a la necesidad del prójimo, y de fe con mucha esperanza, sino también de orar con pocas palabras. La madre sabía que su hijo no podía soportar su necesidad a pesar de que era una necesidad corporal. Por tanto, consideró suficiente haberle recordado la necesidad de los invitados con una mera palabra. Así es con cada alma que ora con fe.”

HEINRICH BULLINGER

“La madre apela a su hijo desde una cierta compasión, buscando llevar la necesidad del novio a la bondad y omnipotencia de su hijo, de lo que ya tenía muchas pruebas en su hijo. Y así ella se dirige a él con reverencia y no le prescribe nada, sino que sólo señala la necesidad, como diciendo: sé de qué fuerza y poder eres capaz. Sé lo generoso y dispuesto que eres con todas las personas. Por consiguiente, no le estoy indicando que haga nada; Solo estoy señalando y dando a conocer que el vino se ha agotado.”

ALEXANDER MACLAREN

“Ahora que ve a su Hijo rodeado de sus discípulos, la esperanza secreta que había alimentado en silencio durante tanto tiempo se enciende, y se vuelve a Él con hermosa fe en su poder para ayudar, incluso en la pequeña necesidad presente. ¡Qué ejemplo nos da a todos su primera palabra para Él! Como las dos tristes hermanas de Betania, María está segura de que con hablarle de la angustia es suficiente, porque su propio corazón lo impulsará a compartir y tal vez a aliviarlo. Digámosle a Jesús nuestras necesidades y dejemos que él las maneje como Él sabe.”

GRANT OSBORNE

“En algún momento de la celebración, se les acabó el vino. El novio era responsable de tales cosas, y su familia entera podría haber caído en vergüenza. La hospitalidad era muy importante en el antiguo mundo, y las bodas eran parte de las obligaciones sociales más serias. Algunos incluso piensan que su familia pudiera haber sido demandada por la familia de la novia por tal cosa. Esta era una situación desesperada.

Al parecer, los anfitriones de la boda se acercaron a la madre de Jesús. No sabemos por qué (quizás ella era una pariente cercana), pero ella inmediatamente viene a Jesús con el problema, diciendo: “Ya no tienen vino”. También es difícil saber lo que ella esperaba que él hiciera. Jesús todavía no realizaba ningún milagro. La reacción de su ciudad natal cuando lo rechazaron en Marcos 6:1–6 muestra que no había realizado ningún acto como este cuando era más joven. Sin embargo, ella sentía que él podía encontrar la respuesta. Jesús era el carpintero del pueblo (Mr 6:3) y, por lo tanto, una persona ingeniosa. Probablemente su Padre, José, que era mayor, había muerto y Jesús había desempeñado su oficio. Por lo tanto, María como una viuda había aprendido a confiar en la ayuda de Jesús, y recurrió a él en este momento.”

J.C RYLE

“[La madre de Jesús le dijo: No tienen vino]. Esta breve frase ha dado lugar a diversas y extrañas interpretaciones.

Algunos han pensado, como Bengel, que María indicó a nuestro Señor que era la hora de que Él y sus discípulos salieran y abandonaran el banquete con el fin de evitar los sentimientos de la esposa y el esposo al quedar de manifiesto su pobreza.

Otros han pensado, como Calvino, que deseaba que nuestro Señor ocupara las mentes de los invitados con un discurso provechoso y así apartaran su atención de la falta de vino.

La idea más razonable y probable, con mucho, es que María supuso que nuestro Señor podría suplir de alguna manera la falta de vino. No podía decir cómo lo haría. No hay la más mínima base para pensar que nuestro Señor había obrado algún milagro antes de esta ocasión. Pero sería una necedad pensar que María no recordaba bien todas las circunstancias milagrosas del nacimiento de nuestro Señor y todas las palabras habladas antes por el ángel Gabriel concernientes a Él.

Sin duda, aunque nuestro Señor hubiera vivido una vida tranquila en Nazaret durante treinta años sin hacer milagros, su madre tenía que haber observado en Él una perfección de palabras y hechos completamente improbables en el comportamiento de los hombres corrientes. No cabe duda de que ella era consciente de todos los acontecimientos de las últimas semanas: el bautismo de nuestro Señor por parte de Juan, su proclamación pública como Mesías por parte de Juan y la reunión alrededor de Jesús de un pequeño grupo de discípulos. Recordando todas estas cosas, sin duda no debe sorprendernos que las expectativas de María fueran grandes. Ella esperaría a diario que demostrara ser el Mesías por medio de algún hecho poderoso. Y probablemente fue con estos sentimientos como se volvió a Él diciendo: “No tienen vino”. Es como si hubiese dicho: “Sin duda ha llegado la hora de que te manifiestes. Muestra tu poder, como llevo tiempo esperando que hagas, proveyendo vino”.

El argumento —que basan los católicos romanos en esta expresión— en favor de la intercesión de la virgen María en el Cielo por los pecadores y la consecuente legitimidad de orar a ella carece absolutamente de valor y es muy poco afortunado. Por un lado, el que las peticiones de los santos vivos sean oídas sobre la Tierra, no quiere decir que las peticiones de los santos muertos que están en el Cielo sean efectivas. Por otro lado, ¡es un hecho desafortunado que esta petición, la única que encontramos dirigida a nuestro Señor por la virgen María, obtuviera un rechazo inmediato! ¡Debe de resultar muy difícil a la gente encontrar un argumento cuando razona de esta manera para defender la invocación a los santos!

Melanchton, Chemnitio y otros creen que esta falta de vino en el banquete de bodas se menciona a propósito con el fin de recordar a las personas casadas, o a aquellos que piensan contraer matrimonio, que este acarrea preocupaciones además de cosas buenas, y especialmente en cuanto a la pobreza. Aquellos que se casan hacen bien, y con la bendición de Cristo tendrán felicidad. Pero no deben esperar escapar de “la aflicción de la carne” desde el mismo día en que se casan (1Corintios 7:28).”

NACAR – COLUNGA

“Sería muy probable, y es lo que parece sugerir el texto, que María, invitada como amiga de la familia, prestase, conforme a los usos orientales, ayuda en los menesteres de la cocina. Por eso pudo estar informada a tiempo de la situación crítica y antes de que trascendiese a los invitados. Ni el mismo maestre-sala lo sabía (v.9.10). Y discretamente se lo comunica a su Hijo, diciéndole simplemente: “No tienen vino.”

De suyo, esta frase era una simple advertencia informativa. Pero no está en el espíritu de María ni del relato la sola comunicación informativa. ―Todo pasa en una atmósfera de sentimientos delicados; es penetrar en el espíritu del texto, comprenderlo así. Todo el contexto hace ver que María espera una intervención especial, sobrenatural, de Jesús. Por eso, la “comunicación” que les hace a los servidores es ―mitad orden, mitad consejo, y esto supone un conocimiento muy excepcional en María de su Hijo. Esta escena descorre un velo sobre el misterio de la vida oculta de Nazaret y sobre la “ciencia” de María sobre el misterio de Cristo.”

JAMES SMITH

“Al estar allí Jesús, pronto surgió una necesidad que sólo Él podía suplir: Comenzó a faltar el vino. Faltaba algo; sí, algo que Jesús podía hacer. Allí donde Él está tiene que hacerse algo que manifieste su gloria. Ningunos esfuerzos humanos en pos de la verdadera dicha pueden tener éxito sin su don de gracia infinita. Su vino es necesario para dar plena satisfacción al corazón del hombre. «Tú has reservado el buen vino hasta ahora.» Los que beben de «Su» vino están plenamente conscientes de que es lo mejor que se puede lograr en la tierra (Isa_55:1, Isa_55:2). Los placeres sin Cristo son sin vida, y pronto se marchitan.”

WILLIAM MACDONALD

“En las Escrituras, el vino significa frecuentemente gozo. Cuando María dijo: No tienen vino, dio una descripción muy precisa de los hombres y mujeres que no son salvos. Los incrédulos no conocen el gozo real y duradero.”

MATTHEW HENRY – FRANCISCO LACUEVA

“A pesar de la abundante provisión, el vino se acababa. Sin embargo, con la presencia de Jesús toda insuficiencia queda compensada por Su total suficiencia. Algunos MSS añaden: «porque se había acabado el vino de las bodas», lo que da a pensar que el milagro que va a ocurrir tiene una significación más profunda que lo que el texto mismo da a entender. A la luz de Isa_54:5. y del libro de Oseas, vemos que el pueblo de Israel en bloque había desechado a su primer Esposo, le había sido infiel. Quedará sí un remanente (Sof_3:12-13), que le será fiel. Éstos son los invitados a las nuevas bodas (comp. con Apo_19:9). El «vino nuevo» inaugura esta etapa como veremos en el comentario al versículo:

El Evangelio sucede a la Ley (Rom_10:4). Por eso, «Los suyos no le recibieron» (Jua_1:11) pues no le reconocieron como a Mesías, introductor del Nuevo Pacto. En cuanto al aspecto literal del pasaje, hay que advertir:

(A) No sabemos a qué se debió esta falta de vino a mitad del banquete; ciertamente, no a la llegada de Jesús y Sus discípulos, puesto que estaban invitados de antemano (v. Jua_2:2); quizá los novios calcularon mal la cantidad;

(B) que se trataba de vino verdadero, no de zumo de uva sin fermentar, puesto que, como hace notar Hendriksen, la boda tuvo lugar entre octubre y mayo, mientras que las uvas se recogían entre junio y septiembre;

(C) que el uso del vino es lícito, como puede verse por Gén_14:18; Núm_6:20, Deu_14:26, Neh_5:18; Mat_11:19; 1Ti_5:23—donde el original dice «vino», no «zumo»—. Y lo que tomaron el Señor y los discípulos en la celebración de la Pascua (en abril), no pudo ser sino vino fermentado. El hecho mismo de que Jesús realizase su primer milagro para convertir el agua en vino, del cual los invitados iban a beber a discreción (v. Jua_2:10), lo cual no quiere decir «emborracharse», es señal de que el vino no está prohibido en la Biblia;

(D) Pero también es cierto que la Biblia prohíbe el abuso del vino, por la intoxicación que comporta y la disolución a la que da lugar (v. Lev_10:9; Pro_31:4-5; Ecl_10:17; Isa_28:7; Efe_5:18; 1Ti_3:8).

La madre de Jesús le ruega implícitamente que saque a los novios de este apuro. En los versículos Jua_2:3-5, se nos refiere el breve diálogo entre Jesús y su madre.

Ella le comunica la dificultad de la situación: «Le dijo: No tienen vino» (v. Jua_2:3). Hay quienes piensan que ella no esperaba de Jesús ningún milagro, ya que Cristo no había obrado todavía ninguno, y que se limitaba a exponerle la situación. Pero es más probable que María, al conocer el poder y la generosidad de su Hijo, esperase que Él hiciese algo para sacarles del apuro. Es posible que el novio estuviese grandemente preocupado por lo embarazoso de la situación y tratase de hallar vino en alguna parte, pero María se dirigía a la fuente misma. Esto nos enseña a preocuparnos por las necesidades y los problemas de nuestros amigos. Tanto en nuestros apuros como en los de nuestros amigos, es nuestro deber y señal de gran prudencia acudir a Jesucristo en oración. Y, cuando así lo hagamos, no queramos imponerle nuestra voluntad; basta con que le expongamos humildemente nuestro caso.”

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