sábado, 11 de marzo de 2023

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 1 VERSICULO 15

 


 

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 1 VERSICULO 15

RV1960

NVI1999

BTX4

Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.

Juan dio testimonio de él, y a voz en cuello proclamó: «Éste es aquel de quien yo decía: “El que viene después de mí es superior a mí, porque existía antes que yo.”»

Juan testifica acerca de Él, y ha clamado, diciendo: Este es Aquél de quien dije: El que viene después de mí, es antes de mí, porque era primero que yo.

TR+

INA27+

VUL

ιωαννηςG2491 N-NSM μαρτυρειG3140 V-PAI-3S περιG4012 PREP αυτουG846 P-GSM καιG2532 CONJ κεκραγενG2896 V-2RAI-3S λεγωνG3004 V-PAP-NSM ουτοςG3778 D-NSM ηνG1510 V-IAI-3S ονG3739 R-ASM ειπονG3004 V-2AAI-1S οG3588 T-NSM οπισωG3694 ADV μουG1473 P-1GS ερχομενοςG2064 V-PNP-NSM εμπροσθενG1715 PREP μουG1473 P-1GS γεγονενG1096 V-2RAI-3S οτιG3754 CONJ πρωτοςG4413 A-NSM-S μουG1473 P-1GS ηνG1510 V-IAI-3S 

ιωαννης G2491:N-NSM Juan μαρτυρει G3140:V-PAI-3S está dando testimonio περι G4012:PREP acerca de αυτου G846:P-GSM él και G2532:CONJ y κεκραγεν G2896:V-2RAI-3S ha clamado a gritos λεγων G3004:V-PAP-NSM diciendo -- ουτος G3778:D-NSM Este ην G1510:V-IAI-3S estaba siendo ον G3739:R-ASM quien ειπον G3004:V-2AAI-1S dije -- ο G3588:T-NSM el οπισω G3694:ADV detrás de μου G1473:P-1GS mí ερχομενος G2064:V-PNP-NSM viniendo εμπροσθεν G1715:PREP enfrente μου G1473:P-1GS de mí γεγονεν G1096:V-2RAI-3S ha llegado a ser οτι G3754:CONJ porque πρωτος G4413:A-NSM-S más primero μου G1473:P-1GS de mí ην G1510:V-IAI-3S estaba siendo

Iohannes testimonium perhibet de ipso et clamat dicens hic erat quem dixi vobis qui post me venturus est ante me factus est quia prior me erat 

KJV

John bare witness of him, and cried, saying, This was he of whom I spake, He that cometh after me is preferred before me: for he was before me. 

TCB

Año 26 d.C.

 

Juan dió testimonio. Jua_1:7, Jua_1:8, Jua_1:29-34; Jua_3:26-36; Jua_5:33-36; Mat_3:11, Mat_3:13-17; Mar_1:7; Luc_3:16.

 

Es antes de mí. Jua_1:1, Jua_1:2, Jua_1:30; Jua_8:58; Jua_17:5; Pro_8:22; Isa_9:6; Miq_5:2; Flp_2:6, Flp_2:7; Col_1:17; Heb_13:8; Apo_1:11, Apo_1:17, Apo_1:18; Apo_2:8.

 

COMENTARIOS:

WARREN WIERSBE

“Juan, el apóstol, resumió lo que Juan el Bautista dijo acerca de Jesucristo (Juan 1:15-18). Primero, él es eterno (Juan 1:15). Juan el Bautista en realidad nació seis meses antes de Jesús (Lucas 1:36); así que en esta declaración se refiere a la preexistencia de nuestro Señor, no a su fecha de nacimiento. Jesús existía incluso antes de que Juan el Bautista fuera concebido.”

SAN JUAN CRISOSTOMO

“El evangelista cita a cada paso a san Juan y a menudo se sirve de su testimonio. No hace esto sin motivo, sino con gran sabiduría. Como los judíos sentían muchísima estima por este hombre, cuenta, en efecto, Flavio Josefo que después de su asesinato estalló la guerra y que, por su causa, la que había sido una metrópoli fue abocada a no ser ni siquiera una ciudad, y se extiende en un largo discurso en elogiar sus virtudes; estando así las cosas, el evangelista, para mover a los judíos a avergonzarse de lo que había hecho, les recuerda con frecuencia el testimonio del Precursor.

¿Qué se nos dice aquí? Da testimonio de El y grita... ¿Qué quiere decir «grita»grita~? Significa que predica abierta, libremente, sin miedo ninguno. ¿Qué atestigua, qué grita? Era de él de quien decía: «el que viene detrás de mí me precede porque era antes que yo». Como en el mundo de los pájaros las madres no enseñan a sus pequeños el arte de volar de repente y en un día, sino que antes los llevan saltando hasta fuera del nido, los dejan reposar allí y después de nuevo los incitan a volar para al día siguiente hacer ejercicios de vuelo más prolongados, de suerte que, poco a poco y casi insensiblemente, les acostumbran a alcanzar las mayores alturas que sus fuerzas les permiten, así también, por su parte, el bienaventurado san Juan no condujo a los judíos de repente hasta lo más sublime, sino que los enseñó a separarse de la tierra, al principio mediante un corto vuelo, cuando dijo que Cristo era mejor que él.

Era cosa de suma importancia que sus oyentes admitieran que Aquel a quien aún no habían visto, Aquel que todavía no había obrado ningún milagro, era superior a san Juan, tan admirado y de tanto renombre, a quien todos acudían tomándolo por un ángel. Entretanto, san Juan buscaba convencer a sus oyentes de que Aquel en favor del cual él daba testimonio era mayor que su testigo, que el que había de venir tras esos sucesos era mayor que quien desde el comienzo estaba en su centro y que quien aún no había hecho su aparición era mayor que quien gozaba ya de celebridad y renombre.”

DAVID GUZIK

“El testimonio de Juan el bautista estaba arraigado en su comprensión de la pre-existencia de Jesús. Él sabía que Jesús era antesde él en todos los sentidos. “En la antigüedad era ampliamente sostenido que la prioridad cronológica significaba superioridad. Los hombres eran humildes acerca de su propia generación, y realmente pensaban que sus padres eran más sabios que ellos – ¡por increíble que esto pueda sonar para nuestra generación!” (Morris)

LUIS PALAU

“Juan el Bautista se emociona al pensar quién es esta persona a quien él debe anunciar.

a. Pareciera una gran contradicción, porque primero dice que esta persona viene después que él, y luego agrega que era antes que él. Es lógico preguntarnos cómo podía Jesús ser antes que él, cuando en realidad nació después que Juan. Es cierto que el Señor Jesús, según la carne, nació seis meses después que Juan el Bautista. Sin embargo, Jesús es eterno, es el Cristo que existe desde la eternidad. Es por ello que, aunque en la carne nació después que Juan, ya existía siglos y generaciones antes, eternamente antes que Juan.

b. Jesús era primero que Juan el Bautista porque en importancia es superior. Juan sólo era un gran profeta; Jesús mismo declaró que nadie igualó al Bautista (Lc. 7:28). Sin embargo, Jesús era primero en dignidad y jerarquía porque es el Creador, el Hijo de Dios; es la cabeza de la nueva raza, la raza de los hijos de Dios.”

JUAN CALVINO

Juan testifica. Ahora relata lo que fue la predicación de Juan. Al usar el verbo testificar ( μαρτυρεῖ ) en tiempo presente, denota un acto continuo, y ciertamente esta doctrina debe estar continuamente en vigencia, como si la voz de Juan resonara continuamente en los oídos de los hombres. De la misma manera luego usa la palabra clamor, para dar a entender que la doctrina de Juan no era en ningún grado oscura o ambigua, y que él no murmuró entre unos pocos hombres, sino que abiertamente y en voz alta predicó a Cristo. La primera frase tiene la intención de transmitir la afirmación de que fue enviado por amor a Cristo y, por lo tanto, no habría sido razonable que fuera exaltado mientras Cristo permanecía bajo.

Este es de quien hablé. Con estas palabras quiere decir que su intención fue, desde el principio, dar a conocer a Cristo, y que ese era el diseño de sus discursos públicos; como, de hecho, no había otra manera en la que pudiera desempeñar su cargo de embajador que llamando a sus discípulos a Cristo.”

JOHN MACARTHUR

“Juan, en línea con su propósito al escribir el Evangelio (Jn. 20:31), ofrece otros testigos para la verdad del Verbo divino, preexistente y encarnado: el Señor Jesucristo. Primero apeló a Juan el Bautista, quien también dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: “El que viene después de mí, es antes de mí”. El testimonio de Juan se describe en más detalle al comienzo del versículo 19.

Aquí el apóstol Juan tan solo lo resume. Por supuesto, Juan el Bautista había muerto mucho tiempo antes de que se escribiera este Evangelio. Pero como se anotó en el versículo 2 de este volumen, todavía había un culto existente a él. De modo que, tal como hizo en el versículo 8, el apóstol anota la inferioridad de Juan el Bautista comparado con Cristo; esta vez en las mismas palabras del Bautista. A diferencia de algunos seguidores suyos, él entendió claramente y aceptó alegre su papel subordinado.

El clamor de Juan muestra la naturaleza pública y audaz de su testimonio sobre Jesús; él era la “voz de uno que grita en el desierto: ‘Preparen el camino para el Señor, háganle sendas derechas’” (Mt. 3:3).

Era el heraldo, proclamaba la llegada del Mesías y llamaba a las personas a arrepentirse y preparar sus corazones para recibirlo. Cuando Juan reconoció la preeminencia de Jesús, dijo: “El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo”. Jesús, el Esperado (lit. “el que venía”), vino después de Juan, nació seis meses después (Lc. 1:26), y comenzó su ministerio público después de que Juan comenzara el suyo.

Con todo, como Juan lo reconoció, es antes de él, porque era primero que él. La referencia aquí, como en los versículos 1-2, es a la preexistencia eterna de Jesús (cp. 8:58).”

AEGIDIUS HUNNIUS

“Juan el Bautista desempeña su oficio con gran celo, confianza y cuidado, oficio para el cual fue enviado y destinado por Dios, para testificar acerca de la luz, Cristo Jesús, hijo de María. No cumple con su deber con temor, sino con gran audacia, celo y perseverancia. De hecho, el evangelista dice que grita y levanta la voz como una trompeta. No murmura ni guarda silencio sobre la verdad; no ajusta su enseñanza para ganarse el favor humano. Y con el término clamor el evangelista alude a la profecía: He aquí la voz del que clama en el desierto: Preparad el camino hacia el Señor. Con estas palabras Isaías indica que Juan no será un sabueso mudo que no sabe ladrar, sino que irá heroicamente ante el Mesías en el espíritu de Elías, con la voz levantada por la predicación en el desierto como una trompeta resonante que da comienzo al verdadero año de Jubileo, es decir, el tiempo del Nuevo Testamento. Entonces, ¿qué clama el Bautista? Dice: Aquí está aquel a quien yo, Juan, es de quien les hablé.

Con estas palabras, Juan recuerda a la gente sus sermones anteriores, y al mismo tiempo da a conocer lo que dijo antes acerca de este Jesús, es decir, el que viene después de mí me precedió. Quizás diga: ¿Qué tipo de acertijo es este? Si precedió a Juan, ¿cómo vendrá después de él? Yo respondo. Viene después de Juan con respecto a su naturaleza humana, según la cual Jesús era seis meses más joven que Juan. Él también lo sigue por el orden de su ministerio, porque Juan, viniendo ante el sol de justicia como una estrella de la mañana, era como un mensajero y un prodromos [precursor] trayendo un mensaje de que el sol saldrá pronto.”

ALBERT BARNES

“Podemos aprender aquí que es una señal del verdadero espíritu de un ministro de Cristo desear y sentir que Cristo siempre debe ser preferido a nosotros. Debemos mantenernos fuera de la vista. El gran objetivo es sostener al Salvador; y por mucho que los ministros puedan ser honrados o bendecidos, deben poner todo a los pies de Jesús y dirigir a todos los hombres hacia él como el objeto indiviso de afecto y honor. Es asunto de todo cristiano, así como de todo ministro cristiano, ser un testigo por Cristo, y esforzarse por convencer al mundo de que ÉL es digno de confianza y amor.”

JOHN GILL

Juan dio testimonio de él, etc. Era su oficio y ministerio, para el cual fue enviado, (Juan 1:6-8) y Clamó; esto concuerda con su trabajo y oficio, según la profecía de él en Isaías 40:3 y con el tiempo de su ministerio, el año del jubileo; y con la naturaleza de su ministerio, que fue claro, abierto y público; y realizado con vigor, y de manera poderosa, con mucha seguridad y certeza, con denuedo e intrepidez, y con gran celo y fervor, y de manera evangélica; porque fue un clamor que degradó a la criatura y exaltó a Cristo.”

GRANT OSBORNE

“El testimonio de Juan emplea un juego de palabras donde lo temporal se convierte en una declaración de estado, “El que viene después de mí [opisō, temporal] es antes que yo [emprosthen, status], porque él es primero [prōtos, status] superior a mí” (mi traducción). El Verbo nació después de Juan, pero le superó. Juan fue el precursor del Mesías, pero Jesús era una figura inmensamente superior, porque él es el único cuya venida había sido anticipada por generaciones. La notación de que “existía antes que yo” se refiere a la preexistencia mencionada en 1:1. El Verbo tenía absoluta primacía y prioridad sobre Juan.”

J.C RYLE

“[Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo]. El tiempo en el que Juan el Bautista dio este testimonio no se especifica. Aún no hemos llegado a la parte histórica del Evangelio según Juan propiamente dicha. Seguimos en la introducción. Parece probable, por tanto, como dice Lightfoot, que la frase que tenemos delante describa el carácter habitual del testimonio que Juan da de Cristo. Él fue, durante su ministerio, proclamando continuamente la grandeza de Cristo y que este era superior a él tanto en naturaleza como en dignidad.

La frase “era primero que yo” es una clara afirmación de la preexistencia de Cristo. Él había nacido al menos seis meses después de Juan el Bautista y, por tanto, era más joven en edad que Juan.

Pero Juan dice: “Era primero que yo”. Ya existía cuando yo nací”. Si solo hubiera querido decir que nuestro Señor era una persona más honorable que él, sin duda habría dicho: “Es primero que yo”. En esta expresión aparece la grandeza del conocimiento espiritual de Juan el Bautista. Comprendió la doctrina de la preexistencia de Cristo. Los cristianos tienen tendencia a pensar mucho más despectivamente de los conocimientos de Juan el Bautista y de la profundidad de su enseñanza.”

LEON MORRIS

“El uso del tiempo presente (En la traducción que usa el autor, estos dos verbos aparecen en tiempo presente: testifica y clama) indica la idea de continuidad del testimonio de Juan: ¡el evangelista aún oye su voz! Aunque las palabras del profeta no son nada sencillas de analizar. Lo más normal es que hubiera dicho “Este es” (como el v. 30, y como Rieu traduce en este mismo versículo).

El uso del pasado “era” indica que el Bautista ya había hablado de Jesús, y ahora se está refiriendo a ese momento en el pasado. Quizá es también una manera de destacar la continua existencia del Verbo. Durante todo el prólogo nunca se usa el tiempo presente para referirse al Verbo, a excepción de “brilla” en el versículo 51.

En cambio, el tiempo que se usa para referirse al Verbo es el imperfecto continuo (v. 1, 2, 4, 9, 10), forma de hablar que hace hincapié en la continuidad de su existencia.

En la segunda mitad del versículo vemos que hay un cambio en la esfera referencial de las preposiciones: lo que importa ya no es tanto el tiempo, sino la importancia que tienen las figuras de las que se habla.

El que viene después de mí” destaca la idea de que el ministerio de Juan es anterior, temporalmente hablando, al de Jesús. “Es antes de mí” indica que, a pesar de lo dicho anteriormente, el ministerio de Jesús es más importante. Tenemos que ver esta declaración en su contexto, puesto que en la Antigüedad se decía que lo anterior – cronológicamente hablando – era superior a lo que le sucedía con posterioridad. Tenían un concepto muy humilde de la generación propia, y creían que los padres o antecesores eran más sabios que ellos.

Es como si creyeran que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Pero en el caso de Juan el Bautista y Jesús, el evangelista invierte ese principio.

Antes de la venida de Jesús, Juan ocupaba el lugar principal, pero el que vino después “es antes que él” por lo que toma ese lugar principal que le corresponde. Algunos creen que al final del versículo se vuelve a dar importancia al orden cronológico. Aunque Jesús apareció en escena aquí en la tierra después de Juan el Bautista, de hecho, existe desde mucho antes que el profeta.

El v. 1 deja claro que preexiste desde la eternidad. Así que es anterior a Juan, aunque su nacimiento en la tierra sea posterior al de Juan. No obstante, el griego que aquí se usa es bastante inusual: literalmente significa “primero de mí”. Para algunos eruditos, “primero” no significa “primero cronológicamente hablando”, sino “primero en importancia”, que daría un significado como “era mi Superior”. Aunque éste no parece un significado muy natural para esta expresión.

La mayoría de autores aboga por que se interprete como una referencia temporal: “Existía antes que yo”. Pero, sea como sea, se trata de una expresión enfática un tanto extraña. Como asegura Westcott, no denota simplemente una prioridad relativa, sino una prioridad absoluta. El Verbo era anterior, pero además era “primero”. La preexistencia de Jesús implica su superioridad (cf. Moffatt, “mi sucesor me ha antecedido, porque ya era antes que yo”).”

ALFRED  WIKENHAUSER

“El v. 15 es un resumen anticipado del testimonio del Bautista, consignado por extenso en l,25ss. Cuando se dice que Juan «clama » se quiere explicar que su testimonio era efecto de la divina inspiración y que lo proclamaba con intrepidez, a la manera de los profetas.

En cuanto al contenido de su testimonio', consignado en discurso directo, era éste: que la preeminencia de Jesús sobre el Bautista, pese a que cronológicamente vivió después de él, se funda en su preexistencia. Al afirmarla, el evangelista hace alusión a una precedente declaración suya, que supone conocida de sus lectores. Se trata, evidentemente, de la frase conservada en la tradición sinóptica (Me 17 par). «Viene detrás de mí el que es más fuerte que yo».

El primer miembro del testimonio de Juan se refiere a la ya inminente aparición de Cristo en el escenario de la historia; el segundo afirma que Cristo es superior en dignidad al Bautista; el tercero (sobrepasando el ámbito de los sinópticos) indica la razón de esa superioridad: su preexistencia.”

MATTHEW HENRY

“El evangelista se refiere de nuevo al testimonio que el Bautista dio de Cristo (v. Jua_1:15). Vemos:

1. Cómo expresaba Juan este testimonio: «Clamó, diciendo», para que se cumpliese la profecía según la cual Juan había de ser «voz de uno que grita en el desierto». Los profetas del Antiguo Testamento gritaban para mostrar al pueblo sus pecados; Juan grita para mostrar al pueblo el Salvador. Fue un testimonio gritado públicamente, para que todos pudiesen tomar buena nota de él. Juan daba este testimonio con toda libertad y de todo corazón. Clamaba como quien está seguro de la verdad que predica, y afectado por el mensaje de su propia predicación.

2. Cuál era su testimonio. Apela a lo que había dicho al comienzo de su ministerio, cuando había dirigido la atención de la gente hacia uno que había de venir después de él (de quien él era el Precursor, es decir, el que corre delante): «Éste es de quien yo decía». Los demás profetas se habían referido al Mesías a distancia, pero Juan pudo señalarle con el dedo (v. Jua_1:29). De este Mesías que venía después de él, dice Juan:

(A) Que «es antes de mí», es decir, superior a mí, tanto como un rey es superior al heraldo que proclama su venida. Jesucristo era Hijo del Altísimo (Luc_1:32); por eso, tenía precedencia sobre Juan, que era profeta del Altísimo (Luc_1:76). Juan era un gran hombre, pero estaba decidido a darle la preferencia a quien le correspondía. Todos los ministros de Cristo han de preferir al Señor y los intereses del Señor a sus propios intereses.

(B) Juan da una buena razón para ello: «Porque era primero que yo». Lo era:

(a) en cuanto al tiempo; Jesús, en cuanto Dios, era eterno y, por tanto, anterior a Juan y anterior a Abraham (Jua_8:58), mientras que Juan tendría unos treinta años;

(b) en cuanto a la dignidad, pues Jesús era el Señor, mientras que Juan era como un esclavito que no se tenía por competente ni para desatarle a Jesús la correa del calzado (v. Jua_1:27).”

MARTIN LUTERO

“Comprobaréis por tanto, que san Juan es un testigo fiel y verdadero, que no atrae al pueblo hacia sí, sino que lo dirige a Cristo diciendo: «El propósito de mi predicación es persuadiros a preparar un camino recto para el Señor. Yo os bautizo con agua, pero al mismo tiempo, está viniendo el que es más fuerte que yo, al que yo no soy apto de desatarle la correa de sus sandalias; Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego (Luk_3:16). Así oís y veis que todo cuanto digo le señala a Él, el Cristo Señor». Y el evangelista Juan alaba y elogia el testimonio del Bautista por dirigir la atención de la multitud lejos de él para centrarla en Cristo.

Nadie puede negar la realidad de esta narración. Al poco tiempo de que Herodes detuviera a Juan y le encarcelara, silenciando su predicación, Cristo apareció y predicó, corroborando así el testimonio dado por Juan. Y obró tales signos y milagros como nunca se habían visto ni oído en Jerusalén ni en Judea. También la elocuente predicación de Juan había atraído las gentes procedentes de la ciudad de Jerusalén y de toda Judea que atravesaban el desierto para ir a escucharle a las orillas del Jordán. Sin embargo, no llevó a cabo ningún milagro, se limitó a anunciar la grandeza del Señor diciendo: «Ahora me veis y me oís a mí, pero cuando me apresen y perezca —Herodes, el gran hipócrita, que tenía grandes seguidores, le cortó la cabeza por instigación de la infame Herodías—, no le desatendáis y aceptad gozosamente al que vendrá tras de mí. Reconocedle como el prometido por nuestros antepasados, como el que aplastará la cabeza de la serpiente (Gen_3:15) y bendecirá a todas las naciones de la tierra y no sólo a nosotros, los judíos» (Gen_22:18).

San Juan el Bautista no podía haberles ofrecido un testimonio mejor que este: «No perdáis de vista al que pronto me sucederá, cuya influencia será mucho más grande que la mía y obrará grandes milagros». Cristo apareció poco después de esta proclama. Anás y Caifás, en cambio, no predicaron después de Juan el Bautista, sin embargo Cristo lo hizo.

Muchos a quienes Dios abrió ojos y corazones, le siguieron fiados en el testimonio de Juan y creyeron en el Señor Cristo diciendo: «Juan no nos dio ninguna señal, pero todo cuanto dijo acerca de Jesús es cierto». El hecho de que muchos creyeron en Él lo hallamos registrado en Jua.10:42: «Y muchos creyeron en él». Y en Jua. 7:40-41 leemos: «Entonces algunos de la multitud oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente éste es el profeta», otros decían «Éste es el Cristo». Y en Jua.11:27, Marta declara: «Sí, Señor, yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios que has venido al mundo». Y en Jua. 9:38 leemos que el ciego de nacimiento cuya vista le fue devuelta por el Señor, creyó que Cristo era el Hijo de Dios y «le adoró».”

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