EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 2
VERSICULO 5 |
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RV1960 |
NVI1999 |
BTX4 |
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Su
madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. |
Su
madre dijo a los sirvientes: Hagan lo que él les ordene. |
Su
madre dice a los que servían: Haced lo que os diga. |
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TR+ |
INA27+ |
VUL |
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G4771:P-2DP a ustedes ποιησατε G4160:V-AAM-2P hagan |
dicit mater eius
ministris quodcumque dixerit vobis facite |
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KJV |
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His mother saith unto
the servants, Whatsoever he saith unto you, do it. |
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TCB |
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Haced
todo lo que os dijere. Jua_15:14; Gén_6:22;
Jue_13:14; Luc_5:5, Luc_5:6; Luc_6:46-49; Hch_9:6; Heb_5:9; Heb_11:8;
Gén_41:55. |
COMENTARIOS:
GEORGE WHITEFIELD
“No
te desanimes, si el Señor no parece prestar atención inmediatamente a la voz de
tu oración, cuando clamas a él. La santa Virgen que encontramos no se desanimó;
no, ella estaba convencida de que su tiempo era el mejor, y por lo tanto, el
versículo 5, "dice a los siervos,
(¡Ojalá pudiéramos seguir su consejo!) todo
lo que él os diga, hacedlo.”
WARREN WIERSBE
“Las palabras de María a los criados revelan que ella estaba dispuesta a dejar que el Hijo hiciera lo que bien le pareciera, y que confiaba en que él haría lo que se debía hacer. Sería sabio que todos nosotros obedeciéramos lo que ella dijo. Es digno de notar que fue Jesús, y no María, quien se hizo cargo de la situación y resolvió el problema; y que María señaló, no a sí misma, sino a Jesús.”
SAN JUAN CRISOSTOMO
“María
sabía que El no la había rechazado
porque no fuera capaz de obrar lo pedido, sino porque huía de la vanidad y,
para evitar cualquier apariencia de precipitación en el cumplimiento de este
milagro, hizo que se le acercaran los siervos.”
A.T ROBERTSON
“María
tomó ánimos con el «Aún no» (ouro) y reconoció el derecho de Jesús como Mesías a su
independencia en cuanto a ella, pero evidentemente esperaba que en último
término actuaría según su sugerencia, como así lo hizo. Esta madre conocía a su Hijo.”
A.W PINK
“Esto
es muy hermoso. María aceptó mansamente la reprimenda del Señor, reconoció Su derecho
a actuar como Él quisiera y dejó el asunto enteramente en Sus manos. Aquí hay
una lección importante y muy olvidada para cada uno de nosotros. ¡Cuán
propensos somos a dictarle a Dios!
¡Cuán
a menudo estamos dispuestos a decirle qué hacer! Ésta es sólo otra evidencia de
esa detestable voluntad propia que todavía opera en el creyente, a menos que la gracia divina lo domine. Nuestro
deber claro es encomendar nuestro camino al Señor y luego dejar que Él provea nuestra necesidad en su propio
tiempo y manera.”
CHARLES SPURGEON
“Esta
santa mujer aceptó la reprimenda en silencio. Ella no dijo nada; sintió la
fuerza de las palabras de Cristo, demostró que ya estaba convencida de que él
haría una cosa u otra. ¿No había dicho: "Aún no ha llegado mi hora"? ¿No significaba eso que llegaría
la hora y que pronto haría algo? Así que aceptó tranquilamente su reproche. Oh,
ustedes que están en grandes problemas, sienten que pueden forzar la mano de Cristo;
pero no debes pensar en hacer eso. Incluso si pudieras tener poder sobre él,
sería muy tonto usarlo. Déjalo solo; él sabe mejor cómo y cuándo mostrarte su
gracia. Guarda silencio ante él, y con paciencia encomienda a él tu camino.
Si
la gracia de Dios te ha salvado, tu
salvación te obliga a hacer lo que Jesús te ordena. ¿Has sido redimido?
Entonces no te perteneces, fuiste comprado por precio. ¿Has sido adoptado en la
familia de Dios? Entonces se deduce que, al ser hijo, debes obedecer las leyes
de la familia. ¿Acaso no es este un aspecto esencial que es inherente al hecho
de ser hijo, el reverenciar al gran Padre de familia? El Señor se complació en
quitar tu pecado y ahora estás perdonado. ¿Pero no incluye el perdón una
transformación? ¿Haríamos bien en volver a nuestros pecados pasados de los que
fuimos limpiados? ¿Debemos regresar a practicar las iniquidades de las que
fuimos lavados por la sangre de nuestro Señor Jesús?
Como le dijo María a los sirvientes de la boda en Caná de Galilea, así les digo yo a ustedes: “Todo lo que él les diga, háganlo”. ¿Te dice que ores? Entonces ora sin cesar. ¿Te ordena velar, además de orar? Entonces vigila cada acto, cada palabra y cada pensamiento. ¿Te ordena amar a tus semejantes? Entonces ámalos con un corazón puro y ferviente. ¿Te ordena servirlos y humillarte por amor a ellos? Entonces hazlo y conviértete en el siervo de todos. ¿Te dijo él: “Sean ustedes santos, porque yo, el Señor, soy santo”? Entonces procura esto mediante su Espíritu Santo. ¿Te dijo él: “Sé perfecto, así como tu Padre en los cielos es perfecto”? Entonces esfuérzate por alcanzar la perfección, porque aquel que te hizo completo tiene el derecho de dirigir tu camino y, a su vez, encontrarás tu felicidad y tu seguridad al someterte a sus mandamientos.”
JUAN CALVINO
“Aquí
la Santisima Virgen da un ejemplo de verdadera obediencia que le debía a su
Hijo, cuando la pregunta no se refería a los deberes relativos de la humanidad,
sino a su poder divino. Ella asiente
modestamente, por tanto, en la respuesta de Cristo; e igualmente exhorta a
otros a cumplir con sus mandatos. Reconozco, en verdad, que lo que la Virgen
dijo ahora se relacionaba con el hecho actual y equivalía a una declaración de
que, en este caso, ella no tenía autoridad, y que Cristo haría, según su propio
placer, todo lo que creyera correcto.
Pero
si prestas atención a su diseño, la declaración que hizo es aún más extensa;
porque primero niega y deja a un lado el poder que parece haber usurpado
indebidamente; y luego, ella atribuye toda la autoridad a Cristo, cuando les pide que hagan lo que él les
mande. En general, estas palabras nos enseñan que si deseamos algo de
Cristo, no obtendremos nuestros deseos, a menos que dependamos solo de él, lo miremos y, en resumen, hagamos todo lo que él nos mande. No nos
envía a su madre, sino que nos invita él.”
JOHN MACARTHUR
“Ella
inmediatamente fue donde estaban los sirvientes, en anticipación a la respuesta
del Señor. Los que servían eran diakonois
(de donde se deriva la palabra española “diáconos”
[1 Ti. 3:8, 12]), lo cual sugiere que no eran doulois, esclavos o sirvientes de
la casa. Probablemente ellos, como María, eran familiares y amigos que ayudaban
con la celebración. Era necesario que María les recomendase a Jesús, pues de
otra manera habrían vacilado en seguir las instrucciones extrañas de un
invitado.”
BALTHASAR HUBMAIER
“En
las bodas de Caná de Galilea, María dijo: Haz
todo lo que te diga mi hijo. Y ahora su hijo nos ordenó que cuando tengamos
problemas o cuando nos falte algo, todos debemos acudir a él porque él nos dará descanso. Él es la puerta, el camino, la verdad y la vida.
Nadie viene al Padre sino por él. Quien no hace esto, deshonra a Cristo. Pero
el que deshonra al Hijo y no guarda su mandato, también deshonra a María, su
querida madre, porque tal persona no sigue sus instrucciones de hacer lo que su
hijo les diga.
Por
lo tanto, si quieres ser obediente y honrar a María, no la invoques a ella ni a
los demás santos, sino llama solo a su
hijo Jesucristo y dale la gloria y el honor porque es el más misericordioso, el
más bondadoso y el más piadoso, e indeciblemente más amoroso que su propia
madre y todos los santos. Aquellos que corren hacia los santos, pidiéndoles
que pidan a Cristo por ellos para que sea misericordioso con ellos, blasfeman
contra Cristo porque no creen que Cristo es el más misericordioso y piadoso del
cielo, nuestro único intercesor, mediador y misericordioso, uno con el Padre.”
J.C RYLE
“[Su madre dijo […] Haced todo lo que os
dijere]. Hay dos cosas muy dignas de mención en estos dos versículos. Una
es la mansedumbre con que la virgen
María aceptó la amable reprensión de labios de nuestro Señor y que tenemos en
el último versículo; la otra es la fe firme
que mostró en el poder de nuestro Señor para obrar un milagro con el fin de
suplir la falta de vino y en la probabilidad de que lo hiciera.
Quizá
no sea ir demasiado lejos el decir que, tras observar la vida perfecta y la
completa sabiduría de su Hijo durante sus treinta años en Nazaret, María
pronunció las palabras que tenemos delante con una especial confianza y con la
gran profundidad de sentido que se muestra en la superficie de la frase: “Todo lo que diga merece atención. Haced todo
lo que os dijere”. En cualquier caso, el versículo contiene una profunda
lección práctica para toda la Iglesia de Cristo. Todo lo que diga Cristo, obedezcámoslo y hagámoslo.”
XAVIER LEON DUFOUR
“María
no dice: «Haced todo lo que mi hijo os
diga»; ni siquiera menciona con claridad a Jesús y se contenta con el
pronombre «él»; es que efectivamente
Jesús no pertenece ya a su madre, sino que depende solamente de Dios. Sobre
todo —como pretende manifestarlo la traducción propuesta: «Haced cualquier cosa que él os diga»— el original griego, lejos de
expresar una orden basada en una evidencia (como en la traducción habitual: «Haced todo lo que él diga»), denota una eventualidad
que sólo determina Jesús.
Esta
expresión se encuentra literalmente en labios del Faraón cuando dice a los
egipcios que le piden víveres: «Id en
busca de José y haced cualquier cosa que él os diga» (Gen 41,55). La
analogía de la situación se basa en una tipología de la Iglesia primitiva: José/Jesús. El primero da pan, Jesús
vino, de forma que Jesús «cumple» la figura de José, del que decía el Faraón: «¿Encontraremos un hombre como éste, en el que
esté el espíritu de Dios?» (Gen 41,38). Según Juan, María ve en su hijo al
verdadero José.”
FRANCIS MOLONEY
“María
es la primera persona de la narración que muestra, en el nivel de la acción del
relato, que responder correctamente a la presencia de Jesús consiste en confiar en su palabra.
Su breve aparición al comienzo de este relato de milagro actúa como el gatillo
que desencadena una serie de acontecimientos que conducen hasta el milagro
(versos 8-10), a la manifestación de la doxa de Jesús y la fe de los discípulos
(v. 11) Justo después de la reacción de los enviados de «los judíos» (v.
19-28), las confesiones de fe iniciales de los primeros discípulos (v. 35-49) y
la promesa de Jesús de que una fe mayor conducíría a una visión de cosas más
grandes, la madre de Jesús es la primera que muestra lo que significa realmente tener fe. Ella confía
incondicionalmente, incluso ante el aparente rechazo y reproche, en la eficacia de la palabra de Jesús.”
SAMUEL P. MILLOS
“La
percepción de María sobre lo que podía ocurrir es clara. Se dirige a los
criados para advertirles y pedirles que hiciesen todo cuanto Jesús les
indicara. No cabe duda que posiblemente sin esta manifestación de María, les
resultara extraño que un invitado diese órdenes y, sobre todo, que un invitado
además de ordenarles les pidiera hacer lo que ellos no entenderían y a lo que
tal vez no atendiesen.
En
cierto modo les estaba diciendo: si os
dice alguna cosa, haced cuanto os diga sea lo que sea. Quiere decir que si
habló con los sirvientes de aquel modo intuía
también que Jesús haría algo fuera de lo común. Jesús no había rechazado
hacer el milagro, simplemente advertía a Su madre que todo tenía un tiempo debidamente
marcado en su mmisterio y que el tiempo para aquello aún no había llegado, pero
iba a llegar.”
WILLIAM HENDRIKSEN
“No
nos debe sorprender que María juzgara necesario hablar a los sirvientes. Ella
se daba cuenta de dos cosas:
a.
Que hubiera parecido extraño que los sirvientes recibieran órdenes de un
invitado.
b.
Que lo que Jesús ordenaría les podría parecer absurdo a estos sirvientes y se
resistieran a hacerlo.”
BEDA EL VENERABLE
“Como diciendo: Aunque parece que se niega, lo hará sin embargo. La madre sabía,
pues, que era bueno y caritativo.”
W. PARTAIN – B. REEVES
“Para
los que servían Jesús era simplemente uno de los convidados y no hubieran
esperado recibir órdenes de El. Por eso, María les instruye de esta manera,
indicando que esperaba la intervención de Jesús.
Moisés dijo la misma cosa que María:
"A él oiréis en todas las cosas que
os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo"
(Hch_3:22-23).
Sobre todo, el Padre lo dijo: "A él oíd" (Mat_17:5).
¡Qué buen consejo, pues, dio la
madre de Jesús! ¡Qué bueno si todo el mundo aceptara su consejo! Si queremos
sus favores, debemos obedecer sus órdenes. Cada palabra de María tuvo
importancia y contiene una lección para nosotros:
1. "Haced". El
consejo de María es bueno: "Haced" lo que Jesús manda.
2. "todo".
"Haced todo lo que os dijere". Los discípulos de Cristo no deben
escoger ciertas partes de la enseñanza de Jesús para obedecerlas y dejar las
que no les convengan. La obediencia parcial no es obediencia, sino
desobediencia.
3. "lo que". No
"algo semejante" y no "el espíritu de lo que El dice", sino
"lo que" El dice. No nos toca substituir "lo que" Jesús
enseña por lo que opinemos o por lo que los hombres enseñen (Mat_15:8-9).
4. "os". En
cuanto a la enseñanza de Jesús el pronombre "os" abarca a todo el
mundo.
5. "dijere". Cristo nos ha hablado para revelarnos su voluntad; el Nuevo Testamento es su palabra. Lo que no ha dicho no tiene autoridad. Algo semejante a lo que El dicho no tiene autoridad. "Dios... nos ha hablado por el Hijo" (Heb_1:1-2). Por eso, "Haced todo lo que os dijere". Cristo habla a todos. Da instrucciones para todos: en cuanto al plan de salvación, la vida cristiana, los deberes domésticos; en fin, El nos instruye en todas las cosas que pertenecen a la vida y la piedad (2Pe_1:3).”
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