miércoles, 15 de marzo de 2023

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 1 VERSICULO 26


 

 

EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 1 VERSICULO 26

RV1960

NVI1999

BTX4

Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; más en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.

Yo bautizo con agua, pero entre ustedes hay alguien a quien no conocen,

Juan les respondió diciendo: Yo bautizo en agua, pero en medio de vosotros está de pie uno que no conocéis, 

TR+

INA27+

VUL

απεκριθηG611 V-ADI-3S αυτοιςG846 P-DPM οG3588 T-NSM ιωαννηςG2491 N-NSM λεγωνG3004 V-PAP-NSM εγωG1473 P-1NS βαπτιζωG907 V-PAI-1S ενG1722 PREP υδατιG5204 N-DSN μεσοςG3319 A-NSM δεG1161 CONJ υμωνG4771 P-2GP εστηκενG2476 V-RAI-3S ονG3739 R-ASM υμειςG4771 P-2NP ουκG3756 PRT-N οιδατεG1492 V-RAI-2P 

απεκριθη G611:V-ADI-3S Respondió αυτοις G846:P-DPM a ellos ο G3588:T-NSM el ιωαννης G2491:N-NSM Juan λεγων G3004:V-PAP-NSM diciendo εγω G1473:P-1NS Yo βαπτιζω G907:V-PAI-1S estoy sumergiendo εν G1722:PREP en υδατι G5204:N-DSN agua μεσος G3319:A-NSM en medio υμων G4771:P-2GP de ustedes εστηκεν G2476:V-RAI-3S ha puesto de pie ον G3739:R-ASM a quien υμεις G4771:P-2NP ustedes ουκ G3756:PRT-N no οιδατε G1492:V-RAI-2P han sabido

respondit eis Iohannes dicens ego baptizo in aqua medius autem vestrum stetit quem vos non scitis

KJV

John answered them, saying, I baptize with water: but there standeth one among you, whom ye know not;

TCB

Yo bautizo con agua. Mat_3:11; Mar_1:8; Luc_3:16; Hch_1:5; Hch_11:16.

 

A quien vosotros no conocéis. Jua_1:10, Jua_1:11; Jua_8:19; Jua_16:3; Jua_17:3, Jua_17:25; Mal_3:1, Mal_3:2; 1Jn_3:1.

 

COMENTARIOS:

JONATHAN EDWARDS

“¿Qué puede entenderse por esto, sino la predicación de que los hombres ahora deben volverse rápidamente a Dios, mediante el verdadero arrepentimiento y la fe en el Salvador prometido, y venir y confesar sus pecados, y declarar abiertamente este arrepentimiento para con Dios y la fe en el Cordero de Dios? y que deben confirmar y sellar esta su profesión por el bautismo, así como también recibir el sello de la voluntad de Dios para perdonar los pecados de aquellos que tienen esta fe y arrepentimiento.

En consecuencia, se nos dice, la gente vino y fue bautizada por él, confesando sus pecados, manifestando y profesando ese tipo de arrepentimiento y fe que él predicaba. No tenían noción de ningún otro tipo de arrepentimiento en sus cabezas, que pudieran suponer que Juan los llamara a profesar en el bautismo, pero esto acompañado de fe en el Cordero a quien los llamó a contemplar; porque no les predicó otro. El pueblo que Juan bautizó profesó tanto el arrepentimiento para la remisión de los pecados como la fe en el Mesías; como es evidente en Hechos 19:4-5. "Juan, de cierto, bautizó con el bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyera en el que vendría después de él"; es decir, en Cristo Jesús. "Cuando oyeron esto [la predicación de Juan], se bautizaron en el nombre del Señor Jesús.”

SAN JUAN CRISOSTOMO

“¿Qué podían añadir los judíos para rebatir esos argumentos? Éstos conforman contra ellos una acusación sin atenuantes, una sentencia condenatoria sin posibilidad de apelación. Fueron ellos mismos los que emitieron su propio veredicto condenatorio. ¿Cómo y por qué razón? Consideraban ellos al Bautista digno de fe y tan veraz que era menester creerlo no sólo cuando hablaba de otros, sino también cuando se refería a sí mismo. Si no hubieran mantenido esa opinión, no le habrían enviado personas con el encargo de hacerle preguntas que le atañían directamente. Por lo demás, bien sabéis que sólo a los más veraces de entre nosotros les concedemos crédito cuando hablan de sí mismos. Y no es ése el único argumento que los reduce al silencio, sino también la misma intención con que lo atacaron.

Porque primero se presentan a él con gran entusiasmo y luego cambian sus sentimientos. Aludiendo precisamente a eso, decía Cristo: El era la lámpara que ardía en las tinieblas, pero vosotros sólo un instante quisisteis gozar de su luz. Su respuesta lo hacía aún más digno de crédito: Quien no busca su propia gloria es veraz y no hay en él injusticia, está escrito. Verdaderamente, el Bautista no buscó su propia gloria, sino que les remitió a otro.

Quienes le habían sido enviados habían sido elegidos entre los más dignos de fe y respetables en razón de sus cargos, de suerte que no cabe invocar ningún atenuante para disculpar su incredulidad en Cristo. ¿Por qué no habéis creído lo que san Juan decía de Él? Y, sin embargo, fuisteis vosotros mismos quienes enviasteis a preguntarle a las personas más respetadas entre vosotros. Es más, vosotros mismos le preguntasteis a través de ellos, vosotros mismos escuchasteis las respuesta del Bautista. Vuestros emisarios hicieron el interrogatorio más minucioso, pusieron a prueba a su interlocutor de todos los modos posibles y sacaron a relucir los nombres de todos los personajes a propósito de los cuales hacíais vuestras conjeturas. Y con todo, él, con grandísima nobleza, confesó no ser el Cristo, ni Elias ni el profeta.

Y no contento con eso, os explicó quién era y cuál la naturaleza de su bautismo: que se trataba de algo pequeño y de poca importancia, nada más que agua. Puso, además, de relieve la superioridad del bautismo de Cristo y citó la autoridad de Isaías, quien ya mucho tiempo antes se había referido a ambos, llamando a uno el Señor y a otro su siervo, ejecutor de sus órdenes. Después de todo eso, ¿qué más debería haber hecho para que creyerais en Aquel en favor del cual se atestiguan todas esas cosas, para que lo adorarais y lo proclamarais Dios?

Las virtudes y la sabiduría del testigo eran, además, una prueba evidente de que cuanto testimoniaba era la más pura verdad y que no provenía de la adulación. Así se veía claramente, porque nadie prefiere a su prójimo antes que a sí mismo, y menos aún, cuando cuenta con la posibilidad de obtener algún honor para sí, lo cede a los demás, especialmente tratándose de un honor tan grande. Por eso, si Cristo no hubiera sido Dios, san Juan nunca habría atestiguado eso acerca de Él. Si porque superaba infinitamente a su naturaleza rechazó ese honor, mucho menos se lo habría atribuido a una naturaleza inferior a la suya.

Pero en medio de vosotros hay uno al que no conocéis. Dijo eso porque Cristo, como es natural, estaba confundido entre la multitud, como uno más del pueblo, para así enseñar el desprecio del fasto y el lujo. Y por conocimiento ha de entenderse aquí una información precisa y exacta acerca de su persona y su origen. La frase el que viene detrás de mí la repitió a menudo, como si quisiera decir: no creáis que todo consiste en mi bautismo. Si éste fuera perfecto no vendría otro detrás de mí trayendo un nuevo bautismo. El mío es una especie de preparación para el que vendrá luego.”

A.T ROBERTSON

“Juan ya había bautizado a Jesús y lo había reconocido como el Mesías. A quien vosotros no conocéis (hon humeis ouk oidate).

Ésta era la trágica situación (1:11). Aparentemente, esta asombrosa declaración no suscitó nuevas preguntas por parte del comité.”

A.W PINK

Entre vosotros está uno a quien no conocéis". Como esta expuesta ¡La condición de Israel! ¡Cómo reveló esto su ignorancia espiritual! Y cuán trágicamente cierto, en principio, es esto hoy, Incluso en esta tierra llamada cristiana, aunque muchos han oído hablar de Cristo, sin embargo, en cuántos círculos, sí, y también en círculos religiosos, podemos decir: "¡hay uno entre ustedes, a quien ustedes no conocen!" ¡Oh, la ceguera espiritual del hombre natural! Cristo, por Su Espíritu, está en medio de muchas congregaciones, invisible y desconocido.”

DAVID GUZIK

“El bautismo de Juan demostraba una disposición humilde de arrepentirse, ser purificado, y prepararse para la venida del Mesías. Sin embargo el bautismo de Juan no daba nada para ayudar a alguien a mantenerse limpio. La obra de Jesús y su bautismo del Espíritu Santo representa más que el bautismo de Juan.

1. El pueblo judío en el tiempo de Juan practicaban el bautismo. Era resultado de las purificaciones ceremoniales, pero solo para gentiles que querían volverse judíos. Al someterse al bautismo de Juan, un judío tenía que identificarse con los gentiles convertidos. Esta era una señal genuina de arrepentimiento.

2. “No es improbable que el bautismo de Juan siguiera un patrón de bautismo prosélito, el cual requería de renuncia a todo mal, inmersión completa en el agua, y luego revestirse como un miembro de la santa comunión de los que guardan la ley.” (Tenney)

3. “La novedad en el caso de Juan y la trampa detrás de la práctica era que él aplicaba a los judíos la ceremonia que era considerada apropiada en el caso de los gentiles que recién llegaban a la fe… el poner a los Judíos en la misma clase era horrible.” (Morris).”

LUIS PALAU

“Juan con su prédica proclamaba la presencia del pecado, y explicaba que su bautismo en agua era símbolo de otro bautismo que habría de venir. Juan estaba diciendo: “Yo bautizo para aclarar que viene otro detrás de mí, y ese otro es Jesús, que vino y ha hecho la obra de salvación.” Juan reconocía que su misión era anunciar la de uno más grande, uno que tenía en sí el poder para bautizar en el Espíritu Santo. Somos bautizados por un solo Espíritu (1 Co. 12:13). Es importante reconocer que el bautismo en agua es un símbolo del bautismo en el Espíritu Santo.”

JUAN CALVINO

“Esto debería haber bastado en abundancia para corregir su error, pero una reprimenda que de otra manera sería clara no beneficia al sordo; porque, cuando los envía a Cristo, y declara que Cristo está presente, esto es una prueba clara no solo de que fue divinamente designado para ser un ministro de Cristo, sino de que él es el verdadero Elías, quien es enviado para testificar que ha llegado el momento de la renovación de la Iglesia. Aquí hay un contraste que no se expresa completamente; porque el bautismo espiritual de Cristo no se contrasta expresamente con el bautismo externo de Juan, pero esta última cláusula sobre el bautismo del Espíritu podría ser fácilmente suministrada, y poco después ambos son establecidos por el evangelista.

Esta respuesta puede reducirse a dos cabezas: primero, que Juan no reclama nada para sí mismo sino lo que tiene derecho a reclamar, porque tiene a Cristo como Autor de su bautismo, en el que consiste la verdad del signo; y, en segundo lugar, que no tiene nada más que la administración del signo exterior, mientras que todo el poder y la eficacia está en manos de Cristo únicamente. Así defiende su bautismo en la medida en que su verdad dependa de cualquier otra cosa; pero, al mismo tiempo, al declarar que no tiene el poder del Espíritu, exalta la dignidad de Cristo, para que los ojos de los hombres estén fijos en Jesús solamente. Ésta es la moderación más alta.”

JOHN MACARTHUR

“Juan les respondió de nuevo quitando su atención de él y dirigiéndola a Cristo. En lugar de defender su ministerio bautismal, tan solo reconoció sus limitaciones cuando dijo: “Yo bautizo con agua”.

Luego, cuando les declaró: “Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis”, volvió a llevar su explicación de vuelta a aquel de quien él daba testimonio. El Antiguo Testamento hablaba de la limpieza espiritual y su relación con la venida del Mesías (Ez. 36:25, 33; 37:23; Zac. 13:1). Por tanto, los judíos bautizaban prosélitos convertidos al judaísmo, pero Juan estaba bautizando a los judíos. Eso escandalizaba a los líderes religiosos, quienes consideraban que los judíos ya eran el pueblo de Dios y no necesitaban el bautismo. Pero quienes se sometían al bautismo de Juan reconocían con ello que su pecado los había puesto fuera del pacto de salvación de Dios y no eran mejores que los gentiles.

Entonces Juan los bautizaba como una expresión pública de su arrepentimiento (Mt. 3:6, 11), en preparación para la venida del Mesías. Su bautismo era otra característica de su testimonio de Jesucristo, el Mesías, quien ya estaba en medio del pueblo, aunque ellos no lo conocían y nunca lo harían (1:10).”

JOHANNES BRENZ

Yo bautizo con agua. Es decir, lo que hago, lo hago por la autoridad de Dios, como lo confirma el testimonio de Isaías. Y leemos: La palabra del Señor le fue dada a Juan, es decir, una palabra que le mandó por la autoridad de Dios a predicar un bautismo de arrepentimiento. Por tanto, el hecho de que yo bautice con agua no se debe a mi temeridad o arrogancia, sino al mandato de Dios. Mi enseñanza y mi bautismo, sin embargo, no son más que una preparación y una mortificación que miran hacia una futura justificación.

Pero hay otro que ahora vive entre ustedes que es despreciado como desconocido. Él es un verdadero Salvador y dador de vida, a quien no conoces, es decir, a quien tratas con desprecio y cuyas enseñanzas consideras heréticas; es un hombre al que consideras vil. Sin embargo, es tan grande que reconozco que soy completamente indigno de desatar los cordones de sus zapatos. Como dice el refrán, no soy digno de tenderle un orinal.

Cuando escuche el bautismo de Juan, no piense sólo en la inmersión de agua, mas bien piense en todo el oficio, y el deber de Juan. Porque el bautismo incluye tanto la enseñanza como el sumergirse en agua, por lo que las personas fueron consagradas al arrepentimiento. Creo que el bautismo de Juan y el bautismo de Cristo no fueron diferentes en términos de la ejecución externa y el ritual. La diferencia entre los dos debe buscarse únicamente en la enseñanza.

La enseñanza de Juan define el bautismo de Juan. Y es justamente por la enseñanza de Cristo que debe considerarse el bautismo de Cristo. La enseñanza de Juan mortifica y se prepara para la justificación mediante la predicación de la ley. Por tanto, su bautismo es sacramento de mortificación y futura justificación. El bautismo de Cristo da vida y justifica al creyente. En consecuencia, su bautismo es un sacramento de vivificación y justificación. Porque tales cosas se convierten en sacramentos cuando una palabra unida a un sacramento promete o proporciona ciertas cosas.”

ALBERT BARNES

“Juan admitió que había introducido un cambio importante en los ritos de la religión y continúa diciéndoles que eso no es todo. Pronto tendrían lugar cambios mayores e importantes sin su autoridad. El Mesías estaba por venir, y el poder estaba a punto de partir de sus manos. Allí está uno. Hay uno entre vosotros. En medio de ti. No se distingue entre la multitud. El Mesías había ya venía, y estaba a punto de manifestarse al pueblo.

No fue hasta el día siguiente (Jn. 1:29) que Jesús fue manifestado o proclamado como el Mesías; pero no es improbable que estuviera entonces entre la gente que estaba reunida cerca del Jordán y se mezclara con ellos, aunque no se distinguía. Probablemente había ido allí con las multitudes que habían sido atraídas por la fama de Juan, y había ido sin llamar la atención, aunque su objetivo real era recibir el bautismo de esta manera pública, y ser exhibido y proclamado como el Mesías.

Por lo tanto, podemos aprender:

1er. Que a menudo hay cosas buenas y excelentes de Dios, asi como su presencia misma en el mundo que pasa de manera indistinguible y desconocida. Jesús fue cerca de toda esa gente, pero no estaban conscientes de su presencia, porque estaba retirado. Aunque era el personaje más grande del mundo, no se distinguía externamente de los demás.

2do. Jesús puede estar cerca de los hombres del mundo, pero ellos no lo conocen. El está en todas partes por su Espíritu, pero pocos lo conocen, y pocos desean conocerlo.”

GRANT OSBORNE

“Juan podría haber respondido al contrastar el bautismo en agua con el bautismo en Espíritu (véase Mt 3:11; Mr 1:7–8; Lc 3:16), pero en lugar de eso se compara a sí mismo con el mayor (Jn 1:15), alguien a quien ellos “no conocen” o reconocen. Hay un doble significado aquí: En cierto nivel habían visto a Jesús y no se dieron cuenta quien era él, pero en un nivel más profundo esta es una alusión de vuelta a 1:10–11, donde “no conocerlo” quiere decir uno que han rechazado y que no quieren conocer. Ellos creen que están tomando la autopista como religiosos expertos, pero Juan está, en efecto, diciéndoles que son parte del mundo y necesitan, por lo tanto, el bautismo del arrepentimiento.”

J.C RYLE

“La respuesta de Juan el Bautista aquí constatada es muy elíptica, y el significado pleno de sus palabras se debe obtener de otros lugares. Parece que dice: “Yo no bautizo por mi propia autoridad, sino por comisión de Uno mucho más alto que vosotros o que yo. Solo bautizo con agua, no pretendo hacer discípulos para mí mismo, sino para mi Señor. No constituyo un partido. No pido a los hombres que me sigan. Les digo a todos aquellos a quienes bautizo que crean en Aquel que es Poderoso y que viene detrás de mí. Yo solo soy siervo de Uno mucho mayor que yo que está ya ahora en medio de vosotros si tenéis ojos para verle. Él está tan por encima de mí en naturaleza y en dignidad, que no soy digno de ser su más humilde servidor. Él puede bautizar corazones y cumplir las promesas acerca del Mesías a las que vosotros hacéis referencias superficiales. Mientras tanto, yo solo bautizo con agua a todos aquellos que profesan arrepentimiento y disposición a recibir a mi Señor: bautizo por otro, no por mí mismo”.

[En medio de vosotros está uno]. Tengo mis dudas de que estas palabras signifiquen literalmente: “En medio de la multitud de los que me estáis escuchando hay uno”. Prefiero el sentido: “Hay uno que vive y mora entre vosotros, en esta tierra de Judea. Uno que es mayor que yo”. Creo que este es el sentido por las palabras del versículo 29 —“vio Juan a Jesús que venía a él”—, que parecen indicar que no estaba con él el día anterior. El pensamiento parece paralelo al contenido en las palabras: “El reino de Dios no vendrá con advertencia”. “Vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis” (Malaquías 3:1; Lucas 17:20). Todo señala la misma verdad: que, cuando el Mesías vino por primera vez, vino en silencio, sin hacer ruido, sin hacerse notar, sin que la nación de los judíos lo supiera; de manera que estaba en medio de ellos y, no obstante, no eran conscientes de su presencia.

La palabra griega traducida como “está” aparece en tiempo perfecto y se podría haber traducido literalmente “ha estado”, es decir, “ha estado por algún tiempo y sigue estando”. El Mesías ha venido y está presente. Bengel lo traduce así: “Ha ocupado su lugar”. La idea que he afirmado acerca del significado de la palabra “está” es sostenida por Parkhurst, quien la define como “ser o vivir” y cita Juan 6:22 como un ejemplo paralelo. Pearce adopta la misma postura y cita Hechos 26:22. Jansen lo traduce así: “Ha conversado entre vosotros, como cuando se sentó entre los doctores” en el Templo. Aretius lo traduce así: “Está presente en la carne y caminando por Judea”.

[A quien vosotros no conocéis]. Esto parece querer decir no solo que los judíos no conocían a Jesús el Mesías de vista, sino que no tenían conocimiento espiritual de Él y de la verdadera naturaleza de su labor como Salvador de los pecadores: “Buscáis un Mesías vencedor y que reina. No conocéis al Mesías sufriente que vino para ser cortado y ser crucificado por los pecadores”. Bengel comenta que Juan aquí “se está dirigiendo especialmente a los habitantes de Jerusalén que no habían estado presentes en el bautismo de Jesús. Y él estimula sus deseos de que estén deseosos de estar al corriente de su existencia.”

LEON MORRIS

“La respuesta de Juan hace referencia a Jesús, cumpliendo así con su misión. El pronombre “yo” es enfático (del mismo modo que también lo es “vosotros”); lo único que él hace es bautizar en agua. Después de eso, lo normal sería que hablara de otro tipo de bautismo, como el Bautismo en el Espíritu Santo, que sí aparece en los Sinópticos. Pero nuestro evangelista pasa a hablar de la grandeza de Jesús, y da por acabado el tema del Bautismo.

No por ello podemos concluir que Juan no viera la importancia del bautismo que él realizaba. Sí la veía, y lo que hace no es despreciarlo. Pero ese bautismo no era un fin en sí mismo. El propósito de ese bautismo era hacer que la gente estuviera preparada para recibir a Cristo (v. 31). El único interés de Juan es dar testimonio de Cristo. Así que les dice a sus interrogadores que el Grande está entre ellos, aunque no le reciben (cf. v. 11), y les repite que ha de venir después de él (v. 15).”

SAMUEL P. MILLOS

egw baptizo en udati Juan reconoce lo que estaba haciendo, de modo que en la respuesta acepta la acusación que le hacían: yo bautizo en agua. Es interesante apreciar la preposición de dativo en, que debe traducirse en, incluso dentro de, y no tanto con agua. En esa puntualización de Juan se aprecia que el bautismo que practicaba con agua, lo hacía en agua, es decir, por inmersión en el agua del Jordán, de ahí que buscaba un lugar donde hubiera abundancia de agua. Juan se limitaba a aplicar la señal correspondiente al arrepentimiento. Quienes venían a su bautismo y confesaban su condición, se identificaban mediante un bautismo de agua, simbólicamente en sentido de limpieza del pecado. Con eso responde a la acusación velada que le hacían los fariseos, como si les dijese yo no me excedo en lo que hago, pero tampoco necesito autorización para hacerlo puesto que me avala la Escritura y lo que en ella se establece para purificación personal.

Ese bautismo en agua no produce una limpieza espiritual del pecado, pero tras él venía uno que era antes de él porque era primero y ese sería quien podía limpiar el pecado de quienes creyesen en Él. Juan les dice que ya estaba delante de ellos, pero también les advierte que aunque le estuviesen viendo no le conocerían, mejor no le reconocerían. El Mesías que aquellos esperaban era el liberador, el que vendría glorioso para establecer el reino, con el que, conforme a la esperanza judía encumbraría a Israel sobre las naciones. Jesús se manifestará humilde, en semejanza del hombre, cumpliéndose la profecía de Isaías que predecía la falta de aprecio por no tener el atractivo que se habían imaginado que debía tener el Mesías cuando viniese (Is. 53:2).”

ALFRED  WIKENHAUSER

Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis…. Es un hecho que el esperado Mesías está ya presente en medio de ellos; en consecuencia, se ha cumplido el tiempo fijado para la realización de aquel vaticinio. Ellos no lo conocen, pero él sí (v. 32-33).”

WILLIAM HENDRIKSEN

“Al decir, “Yo bautizo con agua”, Juan hace resaltar que, después de todo, existe una enorme diferencia entre lo que él está haciendo y lo que el Mesías hará. Todo lo que Juan puede hacer es administrar la señal (agua); el Mesías—y sólo él—puede derramar lo que esto significa: el poder purificador del Espíritu Santo. (Cf. Mr. 1:8.) Y el Mesías ya ha llegado. Y Está en medio de ellos; es decir, pertenece a su propia generación; y está a punto de empezar su tarea pública como sucesor de Juan. De hecho él ya ha sido bautizado. Y sin embargo no lo conocen, y ni siquiera parecen ocuparse de él. En su celo por denunciar a falsos Mesías, han llegado a ignorar al verdadero.”

MATTHEW HENRY

“«Yo bautizo con agua» (v. Jua_1:26); como si dijese: «Eso es todo. Yo no puedo conferir la gracia espiritual que ello simboliza. Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis (lit. sabéis)». Cristo estuvo en medio del pueblo como uno de ellos, pero pasaba desconocido; no se daban cuenta de Su presencia, como indica el verbo original.

Como iban en busca de un Mesías que no respondía al verdadero concepto bíblico del auténtico Mesías, el Cristo que ya ha surgido en medio de ellos les pasa totalmente desapercibido. ¡Cuántas cosas de gran valor están escondidas a los ojos del mundo! La oscuridad es con mucha frecuencia la suerte que cabe al verdadero valor, a la virtud sincera y a la auténtica excelencia. También nos muestra esto que Dios está siempre más cercano a nosotros que lo que pensamos. Así entonces, el reino de Dios estaba en medio de ellos (Luc_17:21).”

SAN GREGORIO

“San Juan no bautizaba en espíritu sino en agua, porque no podía perdonar los pecados. Lavaba con agua los cuerpos de los que se bautizaban, pero no purificaba sus almas por medio del perdón. ¿Y para qué bautiza si no perdona los pecados por medio del bautismo? Porque, cumpliendo en todo el orden y oficio de precursor de Aquel que venía -esto es, a cuyo nacimiento se había adelantado naciendo-, debía adelantarse también al Señor, que había de bautizar, bautizando él. Y el que se había hecho precursor de Jesucristo por medio de la predicación también había de ser su precursor bautizando, para imitarle en el sacramento, puesto que con ello anunciaba que éste era uno de los misterios de nuestra redención, y que estaba en medio de los hombres Aquél que aún no era conocido. Por esto sigue: "Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis", porque como el Señor aparece en carne, es visible en cuanto al cuerpo pero invisible en cuanto a la majestad.”

TEOFILACTO

“El Señor estaba en medio de los fariseos, pero le desconocían. Porque como ellos creían saber las Escrituras, por cuanto en ellas era anunciado el Señor, se encontraba en medio de ellos (esto es en sus conciencias) pero no lo conocían, porque no entendían las Escrituras. Además estaba en medio de ellos porque era mediador entre Dios y los hombres, por cuya razón Cristo Jesús se encontraba en medio de los fariseos esforzándose por unirlos con Dios, pero ellos no le conocían.”

ORIGENES

“Una vez contestado: "Yo bautizo en agua" a aquella pregunta: "¿Por qué bautizas?", a las palabras: "¿Si tú no eres el Cristo?", el precursor ofrece su contestación pregonando la excelencia de la esencia de Jesucristo. Y dice que es tan grande el poder que tiene, que es invisible en cuanto a su divinidad, a pesar de que está presente a todos y se encuentra difundido por todo el orbe, lo que se da a entender por lo que dijo: "En medio de vosotros estuvo". Pues Este se encuentra en todo el mecanismo del universo, y lo penetra todo de tal modo que las cosas que nacen, nacen por El, puesto que todo fue hecho por El.

Y esto es lo que da a conocer claramente a los que le preguntan: "¿Por qué bautizas?" O cuando dice: "En medio de vosotros estuvo", debe entenderse esto respecto de nosotros los hombres. Porque como somos racionales, existe en medio de nosotros, por lo mismo que el asiento principal del alma, el corazón, está situado en la parte media del cuerpo. Los que llevan al Verbo en su interior, ignorando su naturaleza, ni de dónde viene, ni cómo se encuentra en ellos, éstos desconocen que tienen el Verbo dentro de sí mismos, lo cual ya conoció San Juan. Por lo que, reprendiendo a los fariseos, les dice: "A quien vosotros no conocéis". Como los fariseos esperaban que no se tardaría la venida del Cristo y no podían elevarse a tan alto concepto acerca de El, creyendo sólo que sería un hombre santo, San Juan reprende su ignorancia, porque desconocen su excelencia. Dice: "Estuvo", porque está el Padre, que existe de una manera invariable e impermutable.

Está también su Verbo, para salvar continuamente y aun cuando ha tomado carne y se encuentra entre los hombres de una manera invisible y no es conocido por ellos. Y para que alguno no crea que el que es invisible, cuando viene para todos los hombres o para todo el universo, es otro distinto del que se ha humanado y aparecido en la tierra, añade: "Este es el que ha de venir en pos de mí.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario