EVANGELIO DE JUAN CAPITULO 1
VERSICULO 47 |
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RV1960 |
NVI1999 |
BTX4 |
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Cuando
Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero
israelita, en quien no hay engaño. |
Cuando
Jesús vio que Natanael se le acercaba, comentó: Aquí tienen a un verdadero
israelita, en quien no hay falsedad. |
JESÚS
vio venir a Natanael, y dice acerca de él: ¡He aquí un verdadero israelita,
en quien no hay engaño! |
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TR+ |
INA27+ |
VUL |
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ειδενG3708
V-2AAI-3S οG3588 T-NSM ιησουςG2424 N-NSM τονG3588 T-ASM ναθαναηλG3482 N-PRI
ερχομενονG2064 V-PNP-ASM προςG4314 PREP αυτονG846 P-ASM καιG2532 CONJ
λεγειG3004 V-PAI-3S περιG4012 PREP αυτουG846 P-GSM ιδεG3708 V-AAM-2S
αληθωςG230 ADV ισραηλιτηςG2475 N-NSM ενG1722 PREP ωG3739 R-DSM δολοςG1388
N-NSM ουκG3756 PRT-N εστινG1510 V-PAI-3S |
ειδεν G3708:V-2AAI-3S Vio ο G3588:T-NSM
el ιησους G2424:N-NSM Jesús τον G3588:T-ASM a el ναθαναηλ G3482:N-PRI
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G846:P-ASM a él και G2532:CONJ y λεγει G3004:V-PAI-3S está diciendo περι
G4012:PREP acerca de αυτου G846:P-GSM él ιδε G3708:V-AAM-2S Mira αληθως
G230:ADV verdaderamente ισραηλιτης G2475:N-NSM israelita εν G1722:PREP en ω
G3739:R-DSM quien δολος G1388:N-NSM engaño ουκ G3756:PRT-N no εστιν
G1510:V-PAI-3S está siendo |
vidit
Iesus Nathanahel venientem ad se et dicit de eo ecce vere Israhelita in quo
dolus non est |
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KJV |
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Jesus saw Nathanael
coming to him, and saith of him, Behold an Israelite indeed, in whom is no
guile! |
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TCB |
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He
aquí un verdadero israelita. Jua_8:31, Jua_8:39;
Rom_2:28, Rom_2:29; Rom_9:6; Flp_3:3.
En
quien no hay engaño. Sal_32:2; Sal_73:1;
1Pe_2:1, 1Pe_2:22; Apo_14:5. |
COMENTARIOS:
WILLIAM GURNALL
Nota:
Este es un comentario de W. Gurnall al salmo 32:2 “Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en
cuyo espíritu no hay engaño.” Me parece importante insertarlo en este
comentario de Juan 1:47 por dos razones: La primera es que el autor cita el versículo. Y el segundo punto es
que Gurnall expone el Porqué en su espíritu
no hay engaño (Edwing P.)
“Cuando el creyente atraviesa dificultades y tribulaciones,
su mente suele estar llena de citas de la Escritura en las que basa su veredicto,
pero a menudo muy mal entendidas e interpretadas. «¡Oh, –se dice la pobre alma atribulada–,
está claro que este pasaje va en mi contra: “Bienaventurado el hombre a quien Jehová
no imputa iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño”! Pues en él –se reflexiona–,
el salmista describe a una alma sincera, en cuyo espíritu no hay doblez ni engaño;
y este no es mi caso, me da la sensación de que en mí hay mucha hipocresía; no me
veo ni considero libre de doblez, y por tanto no puedo decir que sea del todo
sincera».
Esta
deducción es sumamente débil, sí, en tanto que parte de una inferencia falsa.
Por espíritu “sin doblez” no se entiende en modo alguno una persona en la cual
no quede un solo resquicio de hipocresía en su corazón. El ser sin pecado en su
sentido estricto, y consecuentemente sin engaño ni doblez, es una prerrogativa
peculiar que sólo se dio aquí en la tierra en la persona de Nuestro Señor
Jesucristo: “El cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca”.
Por
tanto, cuando nos topamos con la misma frase atribuida a los santos, como el
caso de Leví, que “no fue hallada iniquidad en sus labios”; o Natanael, al que
se identifica como: “un verdadero israelita en quien no hay engaño”; es preciso
entenderlo como una calificación a nivel inferior, adaptada a su estado de
imperfección terrenal; y no atribuir en modo alguno al cristiano débil mientras
permanece militante aquí en la tierra, azuzado por el demonio desde fuera y por
un cuerpo de pecado desde dentro, aquello que es únicamente corona de Cristo en
la tierra y vestidura de los santos glorificados en el cielo.
Oh
alma desdichada, limpia de nuevo tus ojos y vuelve a leer después estos pasajes
en los que el Espíritu de Dios habla de manera tan elevada e hiperbólica sobre
la gracia de sus santos; y descubrirás que no afirman en modo alguno que los
creyentes tengan que ser perfectos, libres de toda injerencia de pecado. Lo que
dicen, lo dicen más bien para consolar a las pobres almas caídas y eliminar de
sus corazones cualquier recelo; evitando que al detectar en su interior
presencia de hipocresía, infravaloren su sinceridad como si en realidad no
existiera.
Todo
lo contrario, lo que pretende el Espíritu es manifestar su elevada estima de su
santidad imperfecta, describiéndola como si fuera perfecta y pasando por alto
la somera hipocresía que aún pueda subsistir en ella.”
JONATHAN EDWARDS
“Encontramos
en las Escrituras que todos aquellos del pueblo profeso de Dios o santos
visibles que no son verdaderamente piadosos, son representados como falsos, con
engaño, disfraz y apariencia falsa, que hacen falsas pretensiones, y que son engañosos
e hipócritas. Así Cristo dice de Natanael, en Juan 1:47. "He aquí un verdadero israelita, en quien no
hay engaño"; es decir, una persona verdaderamente
amable; implicando, que aquellos del pueblo profesante de Dios, que no
son misericordiosos, son engañosos y engañosos en su profesión. Así que los
pecadores en Sion, o en la iglesia visible de Dios, son llamados hipócritas.”
GEORGE WHITEFIELD
“¿Qué
dijo nuestro querido Redentor cuando vio a Natanael? Como si fuera un
espectáculo poco común, lo contemplaba y quería que otros lo vieran; “He aquí un verdadero israelita:” ¿Por
qué? "En quien no hay engaño".
No me confunda; No digo que los cristianos no deban ser prudentes; deben orar a
Dios en gran manera por prudencia, de lo contrario pueden seguir los engaños del
diablo, y por su imprudencia dar toques incorrectos al arca de Dios. Fue el
lamento de un gran hombre: "Dios me ha dado muchos dones, pero Dios no me
ha dado prudencia". Por lo tanto, cuando digo que un cristiano debe ser
inocente, no me refiero a que debe exponerse a sí mismo y estar expuesto al
ataque de todos: debemos orar por la sabiduría de la serpiente, aunque
generalmente aprenderemos esta sabiduría por nuestros errores e imprudencia: y
debemos hacer algún avance en el cristianismo, antes de que conozcamos nuestra
imprudencia.
Una persona realmente convertida puede decir, como se dice de un filósofo, "Ojalá hubiera una ventana en mi pecho, para que todo el mundo pueda ver la rectitud de mi corazón y mis intenciones": Y aunque hay demasiado del viejo hombre en nosotros, sin embargo, si realmente nos convertimos, no habrá engaño permitido en nosotros, seremos inofensivos. Y esa es la razón por la que con demasiada frecuencia se impone al cristiano pobre; él mismo juzga a otras personas; al tener un corazón honesto, piensa que todos son tan honestos como él mismo y, por lo tanto, es una presa para todos.”
SAN JUAN CRISOSTOMO
“Un
israelita puede ser mentiroso, pero no es éste el caso. Su juicio es recto, y
al hablar no se deja ganar por simpatías o antipatías personales. También los
judíos, cuando se les preguntó dónde debía nacer el Mesías, respondieron: En Belén, y adujeron el siguiente testimonio:
Y tú, Belén, no eres la más pequeña entre
las ciudades de Judá. Citaron esas palabras antes de verlo, y cuando lo
vieron, por envidia, no prestaron atención a esa profecía y dijeron: De éste no sabemos de dónde viene. No
hizo lo mismo Natanael. Al contrario, conservó la misma opinión que se había
formado de El desde el comienzo, a saber, que Cristo no podía ser originario de
Nazaret. ¿Por qué, entonces, los profetas lo llamaron nazareno? Porque iba a
ser educado y a vivir mucho tiempo en Nazaret.
Para
no hacer surgir dudas en su ánimo, Cristo no quiso precisar en este momento:
«No soy de Nazaret como te dijo Felipe, sino de Belén». Además, aunque le
hubiera convencido de ello, ésa no es razón válida para demostrar que El era verdaderamente el Mesías. ¿Qué
impedía que, aun habiendo nacido en Belén, no hubiera sido el Cristo, como
tantos otros que habían nacido allí? Por eso, dejando de lado esa cuestión,
recurrió a un procedimiento más hábil para atraerlo, y fue el de demostrarle que El estaba presente en la conversación que ellos
habían tenido. Pues, cuando Natanael le dijo: ¿De qué me conoces?, repuso: Antes de que Felipe te llamara, cuando
estabas debajo de la higuera, te vi.”
Notad
la firmeza y la constancia de este hombre. Cuando Cristo le dijo: He ahí a un
verdadero israelita, no se emocionó por el elogio, ni se ensoberbeció a causa
de la alabanza, sino que continuó indagando con cuidado y quiso agotar la
verdad. Pero él buscaba la verdad de un hombre, y Cristo le contestaba como
Dios al decirle: ya te he visto antes.
Verdaderamente conocía de sobra su rectitud moral, no como quien le hubiera
observado con anterioridad, sino como quien es
Dios.”
A.W PINK
“Natanael
fue honesto y abierto. La pregunta que le hizo a Felipe no fue una mera evasión
o una sutileza hipócrita; más bien fue la expresión de una dificultad genuina.
Esto no debe olvidarse en nuestro trato con diferentes almas. No debemos
concluir que todas las preguntas que se nos hacen se formulan con espíritu de queja.
Hay algunas personas, quizás muchas, que tienen verdaderas dificultades. Lo que
necesitan es luz, y para obtenerla necesitan venir a Cristo. Entonces, en todos
los casos, no podemos equivocarnos si presentamos a Cristo y sus demandas sobre
cada alma que encontramos. Natanael era un "israelita, en verdad, en quien
no había engaño". Suponemos que él ilustra en su persona uno de los requisitos
para llegar a ser un buen oidor de la Palabra, a saber, recibir esa Palabra en
"un corazón honesto y bueno.”
COMENTARIO BIBLICO MUNDO HISPANO
“Al
ver a Natanael, Jesús pudo discernir la naturaleza de su carácter (v. 47). El
término israelita se encuentra sólo
aquí en Juan, aunque el término plural “los
judíos” se usa frecuentemente. Una traducción sería “un israelita de pura cepa”, sin ninguna contaminación. Se refiere
no sólo a su descendencia, sino a su
carácter en relación con la revelación de Dios. Engaño traduce el término
gr. dolos, usado antiguamente para
referirse a la carnada de pesca, con la idea de engaño, fraude o seducción (2
Ped. 2:14). Se usa en la Biblia en relación con Jacob antes de su “conversión”,
dando lugar a una versión que lee así: “¡He aquí un verdadero israelita, en
quien no hay Jacob!.”
BRIAN BAILEY
“¡Qué
gran reconocimiento para un hombre! Cristo dijo que Natanael era un verdadero
israelita, lo que significa un israelita de corazón. Pablo dijo en
Romanos 9:6: “porque no todos los que descienden de Israel son israelitas”.
Queremos ser verdaderos israelitas en el corazón, lo que significa tener un
corazón circuncidado que sea totalmente consagrado al Señor.
Cristo
dijo también que en Natanael no había engaño. Ésta es una descripción del Señor
mismo, como vemos en 1 Pedro 1:22. El Señor escogió a Natanael para estar cerca
de Él y ser uno de Sus doce discípulos, porque no había engaño en él. Aquellos
que estarán más cerca del Señor en la eternidad, en el monte Sion, son aquellos
que no tienen engaño o falsedad en ellos, como leemos en Apocalipsis 14:5: “y en sus bocas no fue hallada mentira, pues
son sin mancha delante del trono de Dios.”
JUAN CALVINO
“No
es por cuenta propia de Natanael que Cristo le concede este elogio, pero bajo
su persona presenta una doctrina general. Porque, dado que muchos que se jactan
de ser creyentes están muy lejos de ser realmente creyentes, es de gran
importancia que se encuentre alguna marca para
distinguir lo verdadero y genuino de lo falso. Sabemos cuán altivamente se
enorgullecían los judíos de su padre Abraham, y cuán presuntuosamente se
jactaban de la santidad de su descendencia; y sin embargo, apenas había uno de
cada cien entre ellos que no estuviera completamente degenerado y alienado de
la fe de los Padres.
Por
eso, Cristo, para arrancarle la máscara a los hipócritas, da una breve
definición de verdadero israelita y, al mismo tiempo, quita la ofensa que luego
surgiría de la perversa obstinación de la nación. Porque aquellos que deseaban
ser contados como hijos de Abraham y pueblo santo de Dios, poco después se
convertirían en enemigos mortales del Evangelio. Para que nadie pueda
desanimarse o alarmarse por la impiedad que generalmente se encuentra en casi
todos los rangos, da una advertencia oportuna, que de aquellos por quienes se
asume el nombre de israelitas hay pocos que son verdaderos israelitas.
Una
vez más, como este pasaje contiene una
definición del cristianismo, no debemos pasarlo por alto. Para resumir el
significado de Cristo en pocas palabras, debe observarse que el engaño se
contrasta con la rectitud y la sinceridad; de modo que llama doble de corazón a
aquellas personas que son llamadas en otras partes de la Escritura, (Salmo
12:2). Tampoco es sólo esa crasa hipocresía con la que los que son conscientes
de su maldad pretenden ser buenos hombres, pero también otra hipocresía
interior, cuando los hombres están tan cegados por sus vicios que no sólo
engañan a los demás sino a sí mismos.
Por
tanto, es la integridad de corazón ante Dios y la rectitud ante los hombres lo que
hace al cristiano; pero Cristo señala principalmente ese tipo de engaño que se menciona
en el Salmo 32:2. En este pasaje, ἀληθῶς (verdaderamente) significa algo más que seguro. La palabra griega, sin duda, se usa
a menudo como una simple afirmación; pero como aquí debemos proporcionar un
contraste entre el hecho y el mero nombre, se dice que es verdaderamente quien es en realidad lo que se supone que es.”
JOHN MACARTHUR
“Desde
la perspectiva humana, Natanael vino a Jesús por medio del testimonio de Felipe.
Pero, como lo revela su encuentro con Jesús, esto ocurrió solo porque Jesús lo
había buscado primero. Gerald L. Borchert anota con mucha perspicacia:
Jesús
“se encontró” con Felipe (1:43).
Felipe a su vez “buscó” a Natanael y le dice: Lo hemos encontrado (1:45)… Pero
causa intriga hacerse una pregunta muy simple relacionada con estos relatos: ¿Quién encuentra a quién en realidad? Se
sabe que los cristianos dicen que encontraron a Cristo o encontraron la fe como
Andrés y Felipe refirieron, pero tal vez la perspectiva de Jesús en estas
historias podría alterar provechosamente una perspectiva tan egocéntrica de la
salvación. ¡No era Jesús quien estaba perdido! (John 1—11, The New American
Commentary [Juan 1—11, El nuevo comentario estadounidense] [Nashville: Broadman
& Holman, 2002], p. 146. Cursivas en el original).
Jesús
describió a Natanael como un verdadero israelita, en quien no hay engaño. Lo
que estaba diciendo era que la repuesta sincera y franca de Natanael a Felipe
revelaba la ausencia de duplicidad en el primero, y el afán de examinar por su
propia cuenta las afirmaciones de Jesús.”
ALBERT BARNES
“¡Qué
feliz sería si Jesús, que conoce los corazones de todos como conoció el de
Natanael, pudiera dar el mismo testimonio de todos los que profesan la religión
del Evangelio!”
ALEXANDER MACLAREN
“En quien no hay engaño… Jacob en su vida
temprana había sido marcado y estropeado por el arte egoísta. La sutileza y la
astucia habían sido la nota clave de su carácter. Para sacar eso de él, se
habían necesitado años de disciplina, dolor y tristeza. Y hasta que no lo
hubiera expulsado, su nombre no pudo ser modificado hasta que se convirtió en Israel. A este hombre le han quitado la
astucia engañadora. ¿Por qué proceso? Las palabras son una cita verbal de Sal
32:1 - Sal 32:11: 'Bienaventurado aquel
cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado está cubierto. Bienaventurado el
hombre a quien el Señor no atribuye iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño.
La apertura de espíritu clara y sincera, y la libertad del alma de toda esa
corrupción que el salmista llama "engaño", es propiedad de aquel que
la ha recibido de Dios por confesión,
perdón y purificación.
Así
Natanael, en su lucha, había ganado el gran regalo. Su transgresión había sido
perdonada; su iniquidad había sido cubierta; a él Dios no le había imputado su
pecado; y en su espíritu, por tanto, no había engaño. ¡Ah, hermano! Si esa gota
negra va a ser limpiada de su corazón, debe ser por el mismo medio: confesión a Dios y perdón de Dios. Y
entonces tú también serás un príncipe con Él y tu espíritu será franco y libre, abierto y sincero.”
JOHN TRAPP
“Aquí
Cristo se maravilla de su propia obra de renovación, tan maravillosa, sin duda,
como la de la creación.”
CHARLES SIMEON
“Se
acerca el tiempo en que todos debemos aparecer en la presencia de Cristo: y,
como él discernió el carácter de Natanael para pronunciarse sobre ello con
certeza infalible, así pesa ahora nuestros espíritus, como en perfecta balanza,
para poder dar a cada uno la porción que le corresponde de censura o aplauso.
De los que eran verdaderamente rectos, dirá: 'He aquí un verdadero israelita, en quien no había engaño; lo vi
debajo de la higuera; Escuché sus gemidos; Vi sus luchas con Dios en oración;
Atesoré sus lágrimas en mi frasco; y testifico ante todos que su corazón estaba
bien con Dios'.
Pero de aquellos que albergaron alguna iniquidad secreta, dirá: 'He aquí un hombre que se llamaba israelita, pero que en realidad era un mentiroso ante Dios: tenía "un nombre para vivir, pero estaba realmente muerto": lo vi debajo de la higuera; Marqué las lujurias secretas que albergaba en su corazón y las negligencias permitidas de las que habitualmente era culpable: seguiría sus convicciones y se dedicaría a mí en la medida en que su comodidad, su honor y sus intereses se lo permitieran, pero no más: y por lo tanto, debido a sus reservas secretas y su engaño permitido, debe tomar su parte con los hipócritas y los incrédulos. ¿Quién puede reflexionar sobre las consecuencias de esa decisión, y no desear vivir de tal manera que Jesús pueda dar un testimonio favorable en su favor?.”
JOHN GILL
“Esto
dijo Cristo para mostrar cuánto aprueba tal carácter; y que conocía los
secretos del corazón de los hombres y la estructura interna de sus mentes.”
GRANT OSBORNE
“Una
vez más, Jesús tomó la iniciativa cuando “vio que Natanael se le acercaba”. Su
desafío es similar al de su encuentro con Simón en 1:42, demostrando su divina
omnisciencia. Miró profundamente el carácter de Natanael y su caminar con Dios
(a pesar de que nunca había conocido al hombre) y dijo: “Aquí tienen a un
verdadero israelita, en quien no hay falsedad”. Para entender todo lo que Jesús
quiso decir con esto, debemos ir a la historia de Jacob en Génesis 27. El
nombre de Jacob connota “engaño”. Esto ciertamente caracterizó a Jacob, quien
engañó a su hermano Esaú sobre de su derecho de primogenitura, de modo que este
último dijo: “¡Con toda razón le pusieron Jacob! —Replicó Esaú—. Ya van dos
veces que me engaña: primero me quita mis derechos de primogénito, y ahora se
lleva mi bendición”. (Gn 27:36).
Más
tarde, después de que luchó con éxito contra Dios, el Señor lo renombró como
Israel, dándole el nombre que representaría a la nación misma. Aquí Natanael es
llamado un israelita “verdadero” o “genuino”, un israelita que no es como el
viejo Jacob (lleno de engaño) sino como el nuevo Israel, un hombre que “lucha
con Dios” (el significado de Israel) y quien es completamente confiable. En
otras palabras, este es un Israel con todo el Jacob quitado. Natanael es un
discípulo modelo, completamente honesto y confiable.”
JON PAULIEN
“Una
de las características de Jesús que se resaltan reiteradamen- te en el
Evangelio es su pleno conocimiento de lo que pasa en el interior de las
personas. Ya ha demostrado conocer el carácter de un extraño al apodar “Piedra”
(que es el significado del apodo griego “Pedro”, vers. 42) al impetuoso Simón.
Jesús también revela su conocimiento íntimo de Natanael dos veces en el presente
relato.
De
él declara que es un “verdadero israelita” que verá a los ángeles de Dios
ascender y descender una escalera celestial, igual que lo hizo Jacob, el
israelita prototípico, original. Luego confirma su vislumbre de la vida de
Natanael diciéndole lo que estaba haciendo antes que Felipe se encontrara con
él. Cuando Natanael reconoce el carácter de quien le está hablando, reconoce a
Jesús como Hijo de Dios y como Rey de Israel.
Existen,
sin embargo, dos puntos significativos que diferencian a Natanael de Jacob. El
israelita original era un hombre de
engaño (Gén. 27:35), pero en Natanael no
hay engaño (Juan 1:47). El israelita original captó una visión de Jehová en el extremo superior de una escalera
celestial (Gén. 28:12, 13) mientras que Natanael iba a ver una “visión” de
Jesús en el extremo inferior de la
escalera (Juan 1:51). En el Evangelio de Juan, por lo tanto, el verdadero
israelita no es el que rastrea su genealogía física hasta Jacob, sino aquel que sabe quién es Jesús y cree en
él. El Jehová que estaba en el extremo superior de la escalera celestial ha
descendido a la tierra y está siendo reconocido por los que tienen ojos para
ver.”
NACAR – COLUNGA
“Natanael,
“don de Dios,” es, en consecuencia, un hombre que es con toda autenticidad un
verdadero israelita. Cristo habló en arameo, donde el adjetivo aquí usado,
“israelita,” es empleado muy raramente. Normalmente se usa o el mismo nombre
“Israel” o “hijo de Israel”. El sentido de la frase de Cristo es: “He aquí un hombre verdaderamente digno de
llamarse Israel.” ¿Qué intenta decir Cristo con estas palabras?
Isaías
dice a propósito de la conversión de Israel a Dios. En aquellos días:
“Este dirá: Yo soy de Yahvé;
Aquél tomará el nombre de Jacob;
Y el otro escribirá en su mano: De Yahvé,
Y será sobrellamado Israel” (Is 44:5).
Así,
pues, ser llamado Israel es equivalente a
reconocer a Yahvé por el único y verdadero Dios y permanecer en plena fidelidad
a su ley (Sal 22:24). Israel es el nombre que indica la elección divina del
pueblo santo, lo que exige, para la prometida protección de Dios, fidelidad a
su ley. Por eso, Israel viene a ser sinónimo de “fidelidad a Yahvé.”
A
esto mismo lleva, como una confirmación pleonástica, la otra expresión: “en
quien no hay dolo.” La palabra griega usada aquí (doloz)
indica todo género de engaño. Pero en el vocabulario de los profetas, la infidelidad
religiosa a Yahvé es llamada frecuentemente falsedad o mentira (Os 12:1; Sof
3:12.13; Ap c.13).”
SAMUEL P. MILLOS
“Un
israelita verdadero no tiene otro dios que el único y verdadero Dios (Is.
44:5-7). Esta es la característica que Jesús pone de manifiesto en el encuentro
con Natanael, se trataba de un israelita que buscaba la gloria de Dios. Éste
que busca a Dios porque lo ama, depende de Él y se acerca con corazón sincero y
no solo con meras palabras como hacían los religiosos en aquel tiempo.”
SAN AGUSTIN
“¿Qué
significa eso: No hay doblez (engaño) en él? ¿Es que no tenía pecado alguno?
¿Es que no estaba enfermo? ¿Es que no tenía necesidad de médico? No, nada de
eso. No existe nadie que haya nacido sin la necesidad de este médico. ¿Qué es
lo que se quiere decir por estas palabras: No hay doblez en él? Examinémoslo más
atentamente y se verá con la ayuda del Señor. El Señor dice "dolo". Quien comprenda la lengua
latina, sabe que hay dolo cuando se hace una cosa y se finge otra. Esté atenta
vuestra caridad. Dolo no es lo mismo que dolor. Hago esta observación porque un
gran número de nuestros hermanos, que conocen mal el latín, se expresa de tal
modo que llega a decir: El dolo le hace sufrir; en vez de decir: El dolor. Dolo
es fraude, es simulación.
Cuando
se tiene una cosa en el corazón y se dice otra, entonces hay dolo. Se tiene
como dos corazones: uno como seno del corazón, donde ve la verdad, y otro como
vientre, donde concibe la mentira. Y, con el fin de que veáis que el dolo es
esto, se dice en el Salmo: Labios doíosos. ¿Qué son labios dolosos? Sigue el
Salmo: Hablan mal con el corazón y con el corazón. ¿Qué son corazón y corazón,
sino dos corazones? Como en éste no había dolo, por eso el médico no lo juzgó
sano, pero sí curable. Porque sano es una cosa, y curable otra, e incurable
otra muy distinta. El enfermo, de quien se tiene esperanza, es curable; es
incurable el que está ya desahuciado, y sano el que no necesita de médico. El
médico, que había venido a curar, vio que éste era curable; no había doblez en
él. ¿Por qué no hay doblez en él? Porque, si es pecador, confiesa que lo es;
si, en cambio, es pecador y dice que es justo, hay doblez en su, confesión? El
Señor alaba en Natanael la confesión de su pecado, no declara que no era
pecador.”
W. PARTAIN – B. REEVES
“Este es otro de los muchos textos que revelan la omnisciencia de Cristo. Los que dicen que al venir a la tierra Cristo se despojó de sus atributos divinos y, por eso, que Cristo no era omnisciente. Véanse 2:24, 25; 4:29; 7:64; 11:14; Mat_9:4; Mat_12:25; Luc_5:22; Luc_11:17, y muchos otros semejantes.”
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